Lima superó el que parecía su peor escollo y se convirtió en la ciudad que en más corto tiempo repite los Juegos Panamericanos, la cita máxima multideportiva del Nuevo Mundo.
En apenas ocho años, Lima volverá a ser la sede del deporte de las Américas luego de vencer 28-24 a Asunción en una votación virtual con centro de operaciones en Miami
Lima superó el que parecía su peor escollo y se convirtió en la ciudad que en más corto tiempo repite los Juegos Panamericanos, la cita máxima multideportiva del Nuevo Mundo.
En la Asamblea Extraordinaria de Panam Sports, realizada el martes 12 de marzo en Miami, 40 presidentes de los comités olímpicos nacionales votaron de manera virtual para que la capital peruana, que había organizado los Juegos Panamericanos el 2019, los volviera a hacer el 2027, la vigésima edición.
Solamente dos ciudades habían repetido los Juegos iniciados en 1951 en Buenos Aires, y ambas lo habían hecho con dos o más décadas de separación: Ciudad de México 1955, 1975 y Winnipeg 1967, 1999.
Justamente la cercanía en el tiempo era uno de los reparos que se habían filtrado antes de la votación y Asunción tenía a su favor el hecho que lo iba a organizar por primera vez. Los presidentes de los comités nacionales sentían que había que ampliar las oportunidades de ser anfitrión de los Juegos.
Los países que habían organizado los Juegos con anterioridad tenían doble voto y son 12: Canadá, Estados Unidos, México, Puerto Rico, Cuba, República Dominicana, Venezuela, Colombia, Brasil, Perú, Argentina y Chile.
La sede se ganaba por mayoría simple, es decir con 27 votos. El resultado del martes fue Lima 28, Asunción 24.
En el interior de Panam Sports trascendió que dos fueron los factores que inclinaron la balanza a favor de Perú, pese a que muchos de los votantes no deseaban que una misma ciudad albergará los Juegos en apenas ocho años.
Esos factores decisivos fueron que, después de Lima 2019, el gobierno peruano creó el Programa Especial Legado para mantener una infraestructura de cinco complejos deportivos de máximo nivel que costaron alrededor de 620 millones de dólares al país.
Gracias a ello, Perú ha organizado desde entonces una serie de torneos internacionales y este año será sede de cinco mundiales juveniles. Posee la experiencia, el “know how”.
El presidente del Comité Olímpico Peruano Renzo Manyari expuso que para el 2027 Lima cuenta con un presupuesto de 369 millones de dólares, asignados por el gobierno nacional, para entre otros gastos acoger a los cinco nuevos deportes del programa olímpico: flag football, lacrosse, béisbol/softbol, squash y cricket. Y también para construir cinco torres en la Villa Panamericana, que tiene seis más disponibles.
Antes de los comicios, las delegaciones tenían 40 minutos cada una para convencer a los electores sobre sus respectivos proyectos.
Ese fue el otro factor determinante. La exposición peruana fue muy sólida. Estuvo a cargo del primer ministro Gustavo Adrianzén, la ministra de Educación Miriam Ponce, el alcalde de Lima Rafael López Aliaga, el primer regidor de Lima Renzo Reggiardo, Manyuri y el capitán de la selección de voleibol de Perú Eduardo Romay.
Cada uno fue muy específico y breve. La presidenta Dina Boluarte empezó de manera virtual la presentación blanquirroja.
“El compromiso de todos los peruanos es trabajar para que Lima vuelva a hacer historia y mi gobierno dará todo el apoyo para que las obras se cumplan a tiempo”, dijo la presidenta. “Perú garantiza el éxito y la seguridad de este gran evento. Contamos con una infraestructura de primera heredada de los Juegos Panamericanos del 2019”.
Por su parte, Adrianzén aseguró que Lima 2027 desarrollará no solo una mayor infraestructura deportiva sino una mayor conectividad en la ciudad y un mejor futuro para los jóvenes del Perú y América.
El alcalde López Aliaga ofreció un plan de tránsito urbano y de seguridad para que los Juegos se desarrollen con la fluidez debida.
Carlos Neuhaus, presidente del Comité Organizador de Lima 2019, acompañó a la delegación y pese a no tener ningún cargo oficial fue una fuente de consulta y de transmisión de experiencia. Su apoyo a Lima 2027 dio confianza a los presidentes de los comités olímpicos nacionales y la garantía de una presencia que llevó con éxito los Juegos en el pasado.
“Lima nos ha demostrado por segunda vez que es una capital del deporte”, expresó el presidente de Panam Sports Neven Ilic, quien dirigió de manera impecable un proceso extraordinario que se inició cuando el 3 de enero pasado el organismo deportivo panamericano le quitó la sede a Barranquilla.
En agosto del 2021, la ciudad colombiana del Atlántico había sido designada como anfitriona de los XX Juegos Panamericanos. El compromiso supone el depósito de alrededor de 20 millones de dólares en garantías, con entregas anuales cercanas a tres millones. Barranquilla había incumplido todos los pagos.
Lima, en aras al Fair Play, se había comprometido con Colombia a retirar su candidatura si se rehabilitaba la sede de Barranquilla. No ocurrió así y ahora la capital peruana recibe este gran desafío.
El único comité nacional que no votó de los 41 que conforman la familia Panamericana fue Guatemala debido a la suspención COI y PanamSports.