El británico Andy Murray avanzó este miércoles a las semifinales del torneo de tenis de Wimbledon al vencer al francés Jo-Wilfried Tsonga por 7-6 (12-10), 6-1, 3-6, 4-6 y 6-1 en el último turno de la pista central, que más temprano vio la heroica victoria del suizo Roger Federer ante el croata Marin Cilic tras remontar dos sets y levantar tres match points.
Murray, número dos, remató su partido en un quinto set brillante tras batallar muy duro ante el francés, a quien le ganó 13 de las 15 veces que chocaron.
El británico había tenido un quiebre de ventaja en el cuarto y lo dejó pasar, pero salió decidido en el quinto y agitó al público al conseguir romper el servicio de Tsonga en el segundo juego para no dejarlo escapar.
"Perder el cuarto set fue duro, pero me repuse y recibí mucho apoyo", dijo el ídolo local a pie de pista tras 3:53 horas de una lucha ante Tsonga que terminó a las 20:42 (hora local).
"Tsonga es uno de los mejores en esta superficie. Cuando llegas a las instancias finales siempre es duro."
El triunfo fue el postre para los 15.000 espectadores que tenían reservado su asiento en una jornada de altísimo nivel de tenis en la "Catedral" del All England, con 10 sets jugados y más de siete horas de juego.
Con la victoria, el británico alcanza su séptima semifinal en Wimbledon y el viernes buscará un lugar en la definición para repetir el título que ganó en 2013.
Su rival en semifinales será el checo Tomas Berdych (10), que en la pista 1 venció al francés Lucas Pouille (32) por 7-6 (7-4), 6-3 y 6-2.
Más temprano, bajo un imponente sol, Federer se impuso a Cilic por 6-7 (4-7), 4-6, 6-3, 7-6 (11-9) y 6-3 en otra maratón de 3:18 horas de juego y demostró un gran aplomo para alcanzar su semifinal número 11 en el All England, igualando el récord del estadounidense Jimmy Connors.
Tras remontar dos sets y levantar tres match points, el exnúmero uno se enfrentará ante el canadiense Milos Raonic, que más temprano venció al estadounidense Sam Querrey en la pista 1 por 6-4, 7-5, 5-7 y 6-4.
"Es un sentimiento único poder ganar una batalla física así. Fue una victoria emocional", dijo el suizo, de 34 años.
"Estoy sorprendido de mí mismo, estaba muy preocupado al llegar aquí. Pensaba en pasar la primera semana, (pero) a esta altura de mi carrera, por la temporada que tuve, ganar un partido así es una sensación única", cerró el suizo, que no gana un título de Grand Slam desde 2012.
