Luego de firmar el año pasado con los Dodgers de Los Angeles por seis años y 62,5$ millones, Héctor Olivera cambió de uniforme a mitad de la temporada al ser canjeado a los Bravos de Atlanta, sin haber siquiera tomado en turno en las mayores con los californianos.
En 24 juegos en la gran carpa, el cubano dejó promedió de apenas .253 de bateo, con dos jonrones y 11 empujadas en el 2015. Sin embargo, los números que tiene hasta ahora en los entrenamientos primaverales, han obligado a los Bravos a observarlo como un seguro con la titularidad del jardín izquierdo para el día inaugural, el próximo cuatro de abril.
Tras los primeros 11 juegos en la Liga de la Toronja, Olivera es líder en imparables conectados en las Grandes Ligas con 14, incluidos dos dobles y tres empujadas para un promedio de .438.
"Me preocupo por la técnica y golpear la bola. Mientras más juegos pasen, más me adaptaré y las conexiones serán más sólidas. Me siento bien y le estoy dando bien a la bola, después llegarán los extrabases", dijo el cubano a ESPN Deportes.
Olivera alega que la mejoría en su bateo es producto de un trabajo intensivo que tuvo en el receso de temporada.
En lo que a su defensiva respecta, el isleño de 31 años ha estado en constante desarrollo desde su firma con los Dodgers. Hizo la transición de la segunda base, la cual defendió en Cuba, a la tercera en las sucursales de Los Angeles, y ahora está afinando detalles para cubrir la pradera izquierda.
"Me he sentido bien, me preparé [para jugar en el LF] y cada juego que pasa, me he ido acostumbrando un poquito más. Jugar todos los días allí me ha dado confianza", apuntó.
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