Shohei Ohtani, derecha, de los Angelinos de Los Ángeles, batea un cuadrangular solitario mientras que Gabriel Moreno, dentro, receptor de los Diamondbacks de Arizona, y el umpire del plato, Doug Eddings, observan durante la octava entrada del juego de béisbol, el domingo 2 de julio de 2023, en Anaheim, California.
AP /Mark J. Terrill
Cuando Shohei Ohtani llegó a las Grandes Ligas mandó una señal de que no era de este planeta. Su fuerza sobrenatural y su calidad en el montículo no parece humana y quienes en algún momento dudaron de sus capacidades diciendo que era solo un buen año, hoy no les queda de otra que admirar lo que hace el japonés.
Sus avales son tan impresionante, que podría conseguir la Triple Corona ofensiva si cierra bien la temporada (ser líder de jonrones, promedio y remolcadas) en la Liga Americana. Un hito que solo han alcanzado 10 peloteros en la historia de las mayores, siendo el último el venezolano Miguel Cabrera en 2012.
Pero si ya es un logro tan excepcional conseguir esa proeza, a Ohtani hay que sumarle que podría lograrla, además, haciendo algo que ninguno de sus predecesores se atrevió. Hay que recordar que el japonés también se sube al montículo para dominar desde allí a sus rivales. Todos los demás ganadores de la Triple Corona eran unos expertos en el bateo, exclusivamente.
Pero hay un camino que recorrer y Ohtani no la tiene tan fácil. Luego de los primeros 115 juegos, tiene a los cubanos como sus “enemigos”, pero aún así tiene todo para buscar esa hazaña llamada Triple Corona.
El japonés, de los Angels Angeles, lidera el departamento de jonrones, con 40, y es seguido por Luis Robert, quien ha dado 31. En impulsadas marcha segundo, con 83, superado por el nativo de la mayor de las Antillas, Adolis García, que suma 89. Mientras que en promedio es tercero con .307; el departamento lo lidera el también cubano Yandy Díaz.
Y si es que no le alcanza su magnífica temporada para conquistar la Triple Corona, Ohtani parece tener asegurado el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana. Además, está cerca de ayudar a clasificar a su equipo a postemporada por primera vez desde 2014.
Entonces, queda claro un par de cosas que van de la mano. Ohtani no es de este planeta y a estas alturas ya deberían haber fanáticos que duden de sus capacidades en el diamante del béisbol.
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