Jefferson Savarino, jugador venezolano, inauguró el marcador en la victoria que le permitió al Botafogo ganar su primer título local en casi 30 años
El jugador venezolano del Botafogo, Jefferson Savarino, celebra luego de anotar el primer gol de su equipo en el partido contra Internacional, el 4 de diciembre de 2024.
AFPRÍO DE JANEIRO.- Una semana después de haber alzado su primera Copa Libertadores, el Botafogo de Río de Janeiro se consagró campeón este domingo del torneo de fútbol de Brasil, una conquista con la que pone fin a una sequía liguera de casi treinta años.
El Fogão ganó su tercera estrella, la primera desde 1995, al vencer 2-1 al Sao Paulo en el estadio olímpico Nilton Santos de Río en la 38ª y última jornada del certamen.
Al equipo de la Estrella Solitaria le bastaba con conseguir una unidad para tocar el cielo y de paso cortar el dominio del Palmeiras, vencedor de las dos últimas ediciones del Brasileirao, la liga más poderosa de Sudamérica.
El atacante venezolano Jefferson Savarino desató el júbilo en el Nilton Santos con una bella definición en el minuto 37.
El atacante William Gomes puso tensión al empatar en la segunda parte (63), pero el volante Gregore, antihéroe de la final de la Libertadores, sentenció el 2-1 en el descuento (90+2).
Comandado por el portugués Abel Ferreira y segundo en la tabla, a seis puntos, el Verdão perdió 1-0 con el Fluminense en Sao Paulo.
Los paulistas llegaron al encuentro final con chances de título, aunque necesitaban ganar y que el líder perdiera.
Pero el extremo colombiano Kevin Serna, con un zurdazo rastrero en el minuto 37, garantizó la victoria tricolor y de paso alejó al Flu del descenso.
Tras el cierre de la competición, Botafogo se concentrará en la Copa Intercontinental que jugará en Catar la próxima semana y luego saldrá de vacaciones.
Al bordar la estrella con un fútbol ofensivo y propositivo, iluminado por su poderoso cuarteto de atacantes (Savarino, Luiz Henrique, Thiago Almada e Igor Jesus), el Botafogo firmó una semana histórica.
A pesar de haber jugado con un hombre menos desde el minuto dos, por la expulsión precoz de Gregore, el sábado 30 de noviembre derrotó 3-1 al Atlético Mineiro en la final brasileña de la Copa Libertadores disputada en Buenos Aires.
De esa forma, el cuadro dirigido por el portugués Artur Jorge dejó de ser el único de los considerados equipos grandes de la tierra del 'jogo bonito' que nunca había ganado el principal torneo de clubes de América.
A lo largo del certamen internacional, sin embargo, no mostró la superioridad que ejerció en el Brasileirao, donde tomó la punta del torneo por primera vez en la cuarta jornada y la conservó en 22 de las 38 fechas.
El título estuvo en serio riesgo cuando el Palmeiras lo destronó del primer lugar en la jornada 35, aprovechando una seguidilla de tres empates consecutivos del ahora campeón.
Pero el Glorioso retomó la autoridad al vencer 3-1 a los palmeirenses en Sao Paulo en la fecha siguiente, en el considerado juego del año en Brasil.
La victoria a domicilio fue doblemente balsámica: les dio el liderato de nuevo y sepultó los temores de que se repitiera la pesadilla del 2023, cuando dilapidaron una ventaja de 13 puntos y perdieron la corona al final de la temporada.
FUENTE: AFP
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