LA HABANA.- El cubano Ysmael Romero ha pagado un precio sentimental elevado, pero hoy lleva una carrera en ascenso con Vaqueros de Bayamón.
LA HABANA.- El cubano Ysmael Romero ha pagado un precio sentimental elevado, pero hoy lleva una carrera en ascenso con Vaqueros de Bayamón.
Con el sueño de convertirse en un baloncestista profesional y jugar en las mejores canchas del planeta, en junio de 2012 decidió abandonar la delegación de Cuba que participaba en Puerto Rico en un Centrobasket. Tenía 19 años, resñó el Diario de Cuba.
"Llevo seis años aquí y siento una mejoría increíble, ya que llegué en cero al país con una ilusión de ser profesional. Y después de haberlo logrado, siento que mi carrera está en ascenso cada año", dijo Romero, quien se ha convertido en un jugador de impacto en el Baloncesto Superior Nacional (BSN), la liga puertorriqueña.
Hasta el viernes, Romero figuraba cuarto en anotaciones con 230 puntos en 14 juegos para una media de 16.4, y octavo en rebotes con 82 para 5.9. Ha sido una pieza fundamental en el sólido arranque de su equipo con 10-4.
Luego de fugarse de la selección cubana, Romero pasó por un difícil proceso que lo mantuvo sin poder jugar durante tres años (antes de ser elegible para el BSN). En ese tiempo se trasladó a Miami a trabajar en una tienda de calzado deportivo para sobrevivir. Luego regresó a Puerto Rico, donde fue reclutado por la Universidad del Turabo en 2014. Ahí comenzaron a abrirse las puertas.
Recibió una invitación para ir a un entrenamiento de verano de la Liga de Desarrollo de la NBA, y luego fue seleccionado por el equipo Grand Rapids Drive. Después debutó con los Atléticos de San Germán, de Puerto Rico, en 2016.
"La D-League fue una gran experiencia y mi juego mejoró increíblemente. También jugué en México, y el BSN, sin duda, es una de las ligas más fuertes de América", comentó.
Romero estuvo recientemente Israel, donde con el club Hapoel Haifa promedió 21.6 puntos y 12.2 rebotes.
"Creo que la temporada en Israel me abrió puertas para la División I" puertorriqueña. "Ya he tenido acercamientos con mi agente y siento que mi carrera sigue en la dirección correcta. Quiero tomar un avión y seguir por ahí", apuntó.
La parte más difícil de este ascenso ha sido la familia, ya que toda reside en aún Cuba, incluyendo una hija.
"En un año o dos espero tenerlos conmigo. La meta es traerlos. Estoy muy agradecido con Puerto Rico", dijo Romero. Afirmó que espera ver al seleccionado cubano en el partido de la tercera ventana de FIBA, en el coliseo Roberto Clemente, el 28 de junio, ante los boricuas.
"Si pudiera volver a jugar por Cuba lo haría, pero las relaciones políticas siguen tensas. Dejé grandes amigos en la selección y tengo dos primos hermanos en la selección. Así que sí, de que voy a apoyarlos, voy. Son dos de mis equipos favoritos de América: Cuba y Puerto Rico", finalizó.
FUENTE: Publicado originalmente en el Diario de Cuba