miércoles 8  de  enero 2025
RECURSOS NATURALES

La crisis de agua, una amenaza ambiental

La ONU reconoce el derecho humano al agua y al saneamiento. 2,200 millones de personas no tienen acceso a servicios de agua potable de forma segura

Por Sofía Nederr

MIAMI.-El agua es un recurso fundamental para la vida, por lo que la crisis de este componente representa una amenaza ambiental con impacto sobre los seres vivos y el mundo.

La Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció en 2010 el derecho humano al agua y al saneamiento. Esto significa el derecho de todos los seres humanos a tener acceso a una cantidad de agua suficiente para el uso doméstico y personal (entre 50 y 100 litros de agua por persona y día), segura, aceptable, asequible y accesible físicamente.

De acuerdo con la ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS), 2,200 millones de personas no tienen acceso a servicios de agua potable de forma segura. De este grupo,771 millones de personas no pueden acceder ni siquiera a servicios básicos de agua potable.

El ecologista Javier Velasco, director del Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (UCV), señala que el agua es un componente fundamental en toda la trama de la vida. Añade que hay varios elementos que inciden en la escasez del agua como la contaminación por distintas vías, el cambio climático, la desforestación, la destrucción de zonas boscosas y selváticas, además del mal manejo del agua con gran impacto ambiental.

"La crisis del agua es parte de una crisis económica global que se manifiesta de diferentes maneras, pero esta es una de las más dramáticas", añade.

Asimismo, Velasco explica que dentro de la crisis del agua se combina el aspecto estrictamente ambiental, desde el punto de vista natural, con situaciones sociales. Expresa que la desigualdad en el acceso al agua potable en términos globales es abismal.

"Esto supone un problema muy grande porque incide en la calidad de vida de millones y millones de personas, en su salud, en sus posibilidades de una existencia digna", enfatiza el ambientalista. La tendencia es que la crisis de agua se agrave. "El cambio climático nos afecta a todos, pero de manera diferencial y hay países con una situación muy grave producto del proceso de desertificación, como en el caso de los africanos", indica.

Saneamiento y otras cifras

Más de la mitad de la población, 4,200 millones de personas, no tienen servicios de saneamiento gestionados de forma segura, según Naciones Unidas. La ONU indica que 80% de las aguas residuales retornan al ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas.

Asimismo, la agricultura representa 70% de la extracción mundial de agua. Por su parte, UNICEF señala que: "Unas mejores condiciones de agua, saneamiento e higiene podrían evitar unas 400,000 muertes al año por enfermedades diarreicas entre niños menores de cinco años".

De acuerdo con las cifras de Naciones Unidas el país que más consume agua en el mundo, según los litros promedios consumidos a diario per cápita, es Estados Unidos con 475 litros.

Estrés hídrico

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, asevera que, en los últimos 20 años, existe una tendencia gradualmente creciente del estrés hídrico mundial. Este estrés se origina cuando la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible durante un período determinado.

"Eso ejerce una fuerte presión sobre las fuentes de agua y se ve restringida por su baja calidad", señala Velasco. Explica que el estrés hídrico es causado por la falta de lluvias, la alta demanda en climas muy calurosos, los suelos con baja capacidad de retención del agua, la sobrepoblación de los acuíferos, la contaminación por materia orgánica y exceso de aguas en determinados puertos, lagunas y embalses.

El ecologista también sostiene que las desigualdades en el mundo expresan la falta de equidad en la prestación de los servicios, en las posibilidades de acceso directo a fuentes de agua, en la segregación de poblaciones hacia zonas con menos posibilidades de obtención de recursos; además de las situaciones en las que los servicios de agua se han privatizado y que en términos de las tarifas presentan impedimentos para que sectores de la población accedan a ese recurso.

Enfatiza que el derecho al agua forma parte de los derechos humanos: "No hay argumento válido para que ninguna población en el mundo no tenga las posibilidades básicas para atender sus necesidades de agua y en buenas condiciones".

Refiere que hay situaciones que afectan a países más que a otros. En ese sentido, Javier Velasco pone como ejemplo el caso de Chile: "Es un país con unas proyecciones muy preocupantes en cuanto a la posibilidad de disponer de agua en el futuro cercano porque el cambio climático y otros factores afectan esto, además de que Chile no es muy boscoso ni muy selvático como Venezuela u otros países de la cuenca amazónica".

Sin embargo, el investigador recuerda la situación vivida en Brasil, en 2024, con la severa sequía que afectó a muchos ríos, incluyendo el río Amazonas. "En Venezuela, hay una propia crisis hídrica que se relaciona con situaciones globales, pero también con asuntos planetarios como el avance de la desforestación, la contaminación, el avance de la minería, la expansión urbana descontrolada y otros factores, como la precaria situación en que se encuentran las instituciones encargadas de gestionar el agua. La escasez de agua y su mala calidad son causas de las protestas sociales", indica.

Acuerdos clave

Naciones Unidas señala que la falta de agua puede aumentar el riesgo de conflicto. En ese contexto, "África sigue siendo especialmente vulnerable a las tensiones interestatales provocadas por el agua: 19 de los 22 Estados estudiados sufren escasez de agua y dos terceras partes de los recursos hídricos son transfronterizos".

La organización destaca, además, la importancia de los acuerdos transfronterizos para la gestión del agua: pese a que 40% de la población mundial habita en cuencas fluviales y lacustres transfronterizas, solo una quinta parte de los países ha suscrito acuerdos transfronterizos para gestionar conjuntamente y de forma equitativa los recursos compartidos.

"En la región árabe, siete países tenían conflictos abiertos en 2021, algunos desde hace tiempo, con grandes repercusiones en el abastecimiento de agua, las infraestructuras y la posible cooperación en cuestiones relacionadas con el agua", afirma Naciones Unidas.

@snederr

FUENTE: ONU , OMS

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