La Casa Blanca, la Cámara de Representantes, el Senado y la Corte Suprema han quedado ahora bajo el control de los republicanos y del presidente #47 Trump…un éxito rotundo.
Luz verde
Todo lo anterior le abre completamente el camino al elegido por más de 72 millones de estadounidenses para llevar hacia adelante gran parte de sus planes.
Trump, igual que en el 2016 y 2020, ha puesto como prioridad la seguridad nacional y la economía, que en su modo de pensar y actuar representa prosperidad para todos los norteamericanos.
Ningún presidente de Estados Unidos había obtenido un acuerdo comercial con China, el mayor rival y poderoso enemigo de Norteamérica, como el que logró Trump en enero de 2020, después de casi dos años de beligerantes presiones entre ambas partes.
Ese pacto histórico puso a EEUU en el lugar correcto, merecido y favorable. El régimen chino ha llegado hasta donde se encuentra hoy gracias únicamente a EEUU, el principal consumidor de los productos del gigante asiático y la máquina impulsora de tecnología y producción en ese país con cientos de grandes y medianas empresas estadounidenses.
¿Cómo le ha pagado el régimen de Pekín? Con el espionaje económico, el robo de propiedad intelectual y de la tecnología estadounidenses para luego venderle al propio EEUU sus productos casi exentos de aranceles.
Trump ha reiterado que impondrá penalidades fiscales a las empresas que trasladen la fabricación desde EEUU a otro país y, en septiembre, amenazó específicamente a John Deere con aranceles si la empresa no abandonaba sus planes de trasladar parte de la producción del Medio Oeste a México.
Estadísticas y medidas efectivas
Con la experiencia del primer mandato y los envidiables resultados económicos, el expresidente dejó al país en enero de 2021 en una sorprendente recuperación, después de la recesión causada por la peor pandemia de la era moderna: el COVID-19.
Trump abandonó el poder con una inflación promedio de 1,4% y una deuda de 27 billones (trillions) de dólares.
Bajo el gobierno de Joe Biden y kamala Harris, la inflación llegó al 9,1%, pero economistas afirman que osciló entre el 13% y el 18%. Casi al término de 2024, la deuda pública de EEUU es de casi 36 billones (trillions) de dólares.
Sólo estos dos índices comparativos indican el descalabro de las políticas económicas de la administración actual y en qué dirección se dirigía el país.
El plan económico del presidente electo se enfoca en tres puntos centrales: imponer mayores aranceles a las importaciones (entre un 10% y 20%), potenciar la extracción y producción petroleras e incrementar las exportaciones estadounidenses, mediante el desarrollo de la industria nacional.
Respecto a los productos provenientes de China, el incremento podría ser de un 60%; y en algunos casos el 100%.
Estas medidas buscan fortalecer la recaudación fiscal, mientras que el auge de la industria petrolera haría bajar los precios de forma automática, como ocurrió en 2017 durante su primera gestión presidencial.
“Él quiere asegurarse que la calidad de vida de los estadounidenses mejore de manera sustancial en los dos primeros años de su mandato y ese es su objetivo a nivel de tasas de bancos, de préstamos, hipotecas, combustibles y alimentos”, comentó Gabriela Berrospi, fundadora de LatinoWallStreet y exdirectora de estrategia hispana de Robert F. Kennedy Jr., el candidato presidencial independiente que le dio su apoyo a Trump, después de ser marginado por el propio Partido Demócrata en sus intentos de competir contra Biden por la Casa Blanca.
Propinas y horas extras
Como otras medidas internas, se incluye la reducción de los impuestos a las grandes, medianas y pequeñas empresas para estimular su expansión y desarrollo, unido a la disminución de impuestos a individuos y familias para llevar el consumo a los niveles que existieron durante su primer mandato.
En cuanto al sector de los servicios, ha dicho que eliminará el cobro fiscal sobre las propinas de empleados y sobre las horas extras laborales en todos los sectores de la economía, junto a las prestaciones de la Seguridad Social.
Estas regulaciones se traducen en un alivio inmediato para la clase trabajadora y el comienzo de la recuperación de su poder adquisitivo, ayudado por un descenso de los precios a través de otras medidas económicas.
Alrededor de la mitad de los beneficiarios, principalmente los de mayores ingresos, pagan impuestos federales sobre la renta por sus pagos a la Seguridad Social. Al prescindir de esos pagos, el beneficio para millones de estadounidenses de clase media sería inmediato.
Uno de los grandes éxitos de Trump en su primer mandato fue en 2017 la Ley de Recortes de Impuestos y Empleos (TCJA, por sus siglas en inglés). Estas regulaciones caducan a finales de 2025.
La ley redujo los impuestos para la mayoría de los estadounidenses. Ahora desea prorrogar todos los recortes de impuestos sobre la renta de las personas físicas y de la imposición fiscal sobre el patrimonio que contempla dicha ley.
Trump ha pedido rebajar la tasa de gravamen fiscal de sociedades al 15% para determinadas empresas. La TCJA recortó de forma permanente la tasa máxima del impuesto de sociedades del 35% al 21%.
Cero guerras
Biden hizo más de cuatro intentos fallidos ante el Congreso en Washington para subirla otra vez con el propósito de financiar sus proyectos partidistas: costear el despilfarro de dinero en donaciones financieras a países, organizaciones y entidades extranjeras, además de la guerra en Ucrania.
Trump también restauraría la capacidad de las empresas para deducir inmediatamente las inversiones en equipamiento e investigación.
Una de las premisas de Trump es eliminar cuanto antes las guerras entre Israel y los terroristas de Hamás y Hezbolá, además de la innecesaria e insostenible guerra entre Ucrania y Rusia.
Con la erradicación de estos conflictos armados comenzaría en Europa, fundamentalmente, un nuevo proceso de estabilización económica con un rol protagónico de EEUU mediante el auge de exportaciones estadounidenses de petróleo y otros recursos hacia el Viejo Continente, que haría salir la actividad manufacturera estadounidense de sus más de dos años de contracción.
En estos momentos, EEUU exporta a Europa 2,2 millones de barriles de petróleo crudo por día como promedio.
A su vez, Rusia volvería a depositar en el mercado regular internacional sus más de 7 millones de barriles diarios de crudo, que como alternativa a las sanciones hoy vende a China, India y otros países del sudeste asiático. El retorno del petróleo ruso generaría a corto plazo el descenso de los precios internacionales de los combustibles y por ende, de la inflación global.
Tarjetas de crédito
Con los históricos y peores niveles inflacionarios en cinco décadas, causados por el gobierno Biden-Harris, las familias estadounidenses vieron dilapidarse al año más de 26.000 dólares de sus ingresos.
La reducción de precios con medidas económicas de emergencia y de sanidad financiera harán aumentar el valor del dólar estadounidense y al mismo tiempo contribuir a mediano plazo a que los consumidores recuperen la capacidad adquisitiva que disfrutaban en 2017, 2018 y 2019.
El nuevo presidente ha dicho además que limitaría temporalmente las tasas de interés de las tarjetas de crédito a alrededor del 10%, menos de la mitad de la tasa actual.
Hoy, como nunca antes, las deudas individuales y familiares se encuentran en cifras récord junto a la morosidad en el pago de créditos.
El recién electo presidente prometió hacer que los intereses pagados por los préstamos para automóviles sean totalmente deducibles de impuestos, de forma similar a la popular deducción existente para los intereses hipotecarios.
Los impagos de préstamos hipotecarios para inmuebles comerciales alcanzaron un máximo en 10 años en Estados Unidos, según un reciente informe de la Reserva Federal (Fed, banco central). Este es apenas la punta del iceberg.
La vivienda
En cuanto a la vivienda, el impacto del nuevo gobierno en la Casa Blanca será decisivo. Más del 36% de los potenciales compradores tuvieron que desistir de la idea de comprar una propiedad, porque no califican para préstamos debido a la combinación de altos precios, altos intereses, inflación e ingresos personales y familiares.
De poder lograr un préstamo en estos momentos, los compradores se enfrentan a pagos hipotecarios por encima de los 3,400 dólares como promedio, junto al alto o costo del resto de necesidades básicas como alimentación, electricidad, transporte, seguros, etc.
Los impagos de préstamos hipotecarios para inmuebles comerciales alcanzaron un máximo en 10 años en Estados Unidos, según un informe de la Reserva Federal (Fed, banco central).
"La tasa de impagos de créditos inmobiliarios comerciales (CRE en inglés) alcanzó su nivel más alto desde 2014", indicó la Fed en su reporte semestral de supervisión y regulación.
Por casi tres años de forma consecutiva la industria inmobiliaria experimenta una caída de ventas sin precedentes que ha causado una crisis en bienes raíces con la mirada ausente del gobierno de Biden-Harris, amparado por los grandes medios de prensa de extrema izquierda.
A partir del último trimestre de 2023, el sur de Florida comenzó a experimentar el impacto nacional del desplome en ventas de viviendas por casi tres años consecutivos, en medio de una situación económica desfavorable y con la incertidumbre sobre el destino de EEUU.
Florida y el sur del estado son parte de un mercado atípico respecto al resto de la nación, debido a sus grandes atractivos fiscales, su naturaleza, el poder económico, el auge y amortización de las inversiones y el desarrollo logrado en los últimos 15 años.
Consultado para Diario las Américas, Luis Garino, vicepresidente de Desarrollo de Negocios Internacionales - 14 ROC, afirma:
“Desde mucho antes de las elecciones, se percibía un notable aire de incertidumbre. Vimos a los compradores adoptar un enfoque cauteloso. Sin embargo, a partir de los resultados hemos experimentado un aumento del 30-40% en las citas para compraventas”
“Esta es una señal fuerte de que el sentimiento del mercado ha comenzado a cambiar de rumbo, con una renovada confianza de los compradores. Este repunte sugiere un cambio positivo en el impulso, por lo que somos optimistas sobre las oportunidades por delante al entrar en una nueva fase de crecimiento”.
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FUENTE: Con información de AFP y otras fuentes.