WASHINGTON — Mientras economistas entrevistados por la Asociación Nacional de Economía de Negocios de Estados Unidos (NABE, por sus siglas en inglés) vaticinan que habrá una recesión en el país en los próximos meses, otros consideran que la primera potencia mundial se encuentra en una recesión desde el 2022.
El 58% de los 48 economistas encuestados por NABE vaticinan una recesión este año, el mismo porcentaje que respondió así en el sondeo de diciembre. Pero solo una cuarta parte cree que ocurrirá antes de finales de marzo, la mitad de lo que pensaban lo mismo en diciembre.
Economistas independientes y conservadores consideran que los datos ofrecidos por el gobierno en los últimos dos trimestres no coinciden con la realidad que atraviesa la mayoría de las empresas y mucho menos la mayoría de los estadounidenses, tras la peor escalada de precios al consumidor entre 2021 y 2022 y una fuerte caída de los dos primeros cuartos de años del Producto Interno Bruto (PIB) con tendencia al descenso. Los primeros seis meses cuando la Reserva Federal (Fed o Banco Central) comenzaba su "guerra" contra la inflación, que registró en junio 9,1%.
¿Habrá o hay una recesión económica en EEUU?
Una tercera parte de los que respondieron al sondeo ahora cree que habrá una recesión en el período entre abril y junio. Una quinta parte cree que vendrá entre julio y septiembre. Pero economistas independientes y conservadores no creen en lo que llaman una manipulación de cifras como se evidenció luego de dos trimestres consecutivos de caída del Producto Interno Bruto.
Las políticas económicas de la actual administración han puesto contra la pared a decenas de miles de empresas mediante los altos costos de materias primas, escasez y la histórica inflación (la peor en cinco décadas).
Los gigantes de la tecnología y los grandes bancos estadounidenses se dieron cuenta desde hace meses y emprendieron medidas de urgencia y preventivas de una inminente agudización de la situación económica en EEUU.
Los bancos aumentaron las reservas en más de un 15% a la espera de un incremento sustancial de impagos y las grandes tecnológicas han despedido a más de 70.000 empleados en menos de tres meses, sin contabilizar los despidos a nivel nacional de las medianas empresas, a pesar de otro grave problema agudizado en 2021: la crisis crónica de mano de obra durante los dos años del gobierno de Biden. Aún permanecen sin cubrir unos 10 millones de puestos de trabajo, una cifra que llegó a 11,9 millones.
El décifit comercial de EEUU registró un récord alarmante en 2022: 948.100 millones de dólares. La diferencia entre las importaciones y las exportaciones de EEUU aumentó en un 12,2% (unos 103.000 millones de dólares, en comparación con 2021). Mientras, la deuda pública del país supera los 31 billones (trillions) de dólares.
Otros de los grandes indicios de recesión en el país es la caída por 12 meses consecutivos de la venta de viviendas de todo tipo en el país junto a la fuerte desaceleración en los últimos 6 meses del sector manufacturero, muy por debajo del índice de 50 puntos lo cual representan la marcada contracción.
Las ventas de todo tipo de viviendas y condominios disminuyeron un 0,7% respecto a diciembre, según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR, por sus siglas en inglés).
El mercado de la vivienda de la mayor economía del mundo se ha desplomado desde que la Reserva Federal (Fed, banco central) puso en marcha el año pasado una agresiva campaña de subidas de las tasas de interés para frenar el aumento de la inflación.
Los resultados de la encuesta -según la nota de prensa- ocurren luego de una serie de reportes sobre la supuesta fortaleza de la economía, [basada en la mayor parte en el mercado laboral], el único indicador que se ha mantenido en verde con el actual gobierno y prácticamente su bandera de propaganda. Este análisis para analistas independientes es más político y populista que económico y real.
Mercado laboral, referencia de un análisis superficial
En enero, los empleadores añadieron más de medio millón de posiciones y la tasa de desempleo alcanzó el 3,4%, su nivel más bajo desde 1969. Este elemento ha sido el freno para las acciones de la Reserva Federal en su intento de desarticular la persistente alta inflación.
Resulta poco creíble que con 8 subidas (cuatro de ellas drásticas) de las tasas de interés el impacto en la economía sea hasta ahora muy limitado como afirman expertos de tendencia de izquierda; en medio además de una guerra en Ucrania financiada por Washington (en prioridad nivel 1), bajo fuertes acciones de China a nivel global y los precios del petróleo entre la inestabilidad y la incertidumbre.
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, acaba de anunciar en una visita a Kiev la transferencia de otros 1.200 millones de dólares a Ucrania, la primera entrega de los 10.000 millones de dólares que Biden suministrará en las próximas semanas.
El índice general de la actividad manufacturera cayó en febrero a -24,3 puntos, frente a las -8,9 unidades del mes anterior, según la encuesta mensual de la filial de la Reserva Federal (Fed, banco central) en Filadelfia.
Las ventas minoristas descendieron en noviembre y diciembre, los dos meses más importantes del año, y recuperaron el 3% del terreno perdido en enero.
El falso optimismo impulsado por analistas afines a la Casa Blanca sobre una eventual marcha atrás del Banco Central en su tardía, pero finalmente agresiva política contra la inflación, ha puesto a los inversionistas en una cuerda floja que se tambalea constantemente y que cambia de dirección en apensas horas cuando los inversores regresan -por temporadas- a la realidad, apartándose de los vaticinios de campañas oficialistas para mantener la confianza.
Sin embargo y a pesar de evidentes señales de desaceleración económica y recesión, aún el sector laboral y el consumo siguen su impacto respecto a la efectividad del importante incremento de las tasas de interés. Pero... hay que tomar en cuenta que los valores de ventas están respaldados ahora por los altos precios, y en la mayoría de los casos han salvado o aumentado las ganancias de las grandes corporaciones o medianas empresas, dando una imagen de avance, junto a la resistencia del sector de los servicios que sostiene hasta el momento las estadísticas de consumo, a pesar del agujero negro creado por la inflación en las finanzas de la mayoría de los estadounidenses.
El último informe indica ahora que la inflación repuntó en enero, tras ceder supuestamente durante varios meses, lo cual suscita temores de que la Reserva Federal está lejos de abandonar su batalla para llevar la inflación al 2%.
El aumento de las tasas incide en mayores tasas hipotecarias, préstamos automovilísticos e intereses sobre las tarjetas de crédito, ya de por sí bastante altas desde la gran recesión de 2007-2008. También se disparan los pagos en los préstamos empresariales.
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FUENTE: Con información de AFP y AP