Mucho se habla de la crisis de los refugiados en Europa, pero poco se ha abordado el tema de los beneficios que recibirán las naciones que los acepten, fundamentalmente a largo plazo.
En EE.UU, por ejemplo, los inmigrantes ilegales han aportado más de $100 billones al Seguro Social en la última década.
Suecia en 1945 recibió unos 80.000 refugiados de los campos de concentración de los nazis. Recientemente es uno de los países más ricos con salud y educación gratuitas. En los últimos años ha recibido a cientos de miles de inmigrantes musulmanes.
La infraestructura de esos países también se verá beneficiada. En el Líbano, donde uno de cada diez residentes es un refugiado, se ha disparado el consumo de electricidad en un 27 por ciento en un año y medio.
Adicionalmente puede servir para reinyectar con una nueva fuerza laboral a la mayoría de las naciones de Europa. El 17.1 por ciento de la población del viejo continente sobrepasa los 65 años de edad.
Debido a la alta demanda el precio de los bienes raíces se disparará en los países que acepten a los refugiados europeos.
A corto plazo, estas naciones europeas verán cómo se disparan sus gastos sociales, en especial los relativos a la salud y la asistencia social, pero con una buena inversión en educación, el gasto puede ser retribuido.
