La parálisis presupuestaria en Estados Unidos entró este lunes en su segunda semana y amenaza con prolongarse con la postura intransigente de los demócratas y su agenda "WOKE" o "progresista".
Los demócratas en el Congreso quieren continuar con el cierre parcial del gobierno federal en Washington para obstaculizar y chantajear a la administración del presidente Donald J. Trump
La parálisis presupuestaria en Estados Unidos entró este lunes en su segunda semana y amenaza con prolongarse con la postura intransigente de los demócratas y su agenda "WOKE" o "progresista".
Los extremistas de izquierda se empeñan en proseguir con las marcadas diferencias con los republicanos, en momentos en que el presidente Donald J. Trump asegura que comenzaron los despidos de empleados federales.
El proyecto de ley de presupuesto que ya fue aprobado en la Cámara Baja se encuentra estancado en el Senado por las solicitudes de los demócratas para continuar el despilfarro de dinero que tenían durante la administración de Joe Biden.
Trump anunció el domingo en la noche que comenzaron los despidos definitivos de funcionarios, en lugar de las licencias temporales que suelen aplicarse durante un "shutdown". En los últimos días, también congeló proyectos de infraestructura en estados demócratas y amenazó con eliminar agencias federales.
"Está ocurriendo justo ahora. Es todo por culpa de los demócratas", dijo Trump en referencia a los despidos ante periodistas en la Casa Blanca. "Los demócratas están causando la pérdida de muchos empleos", agregó sin dar más detalles.
Entre los más afectados por el cierre se encuentran los empleados federales, que no podrán cobrar su sueldo hasta que el Congreso apruebe un presupuesto.
"Es muy posible que este cierre dure semanas, no solo unos días", estimó Andrew Koneschusky, exasesor del líder demócrata Chuck Schumer.
Por lo que se infiere de las palabras de Koneschusky, a la izquierda no le interesa una solución, sino crear el caos y las crisis. Aprovechan esta oportunidad como chantaje a los republicanos, después de una extensa lista de derrotas políticas recientes e importantes.
El nivel de aprobación de los demócratas no supera el 30%, mientras que el de los republicanos se encuentra en más del 65%.
"Por ahora, ambas partes se mantienen firmes y se habla muy poco de compromisos. Las cosas siempre pueden cambiar (...) pero por el momento ninguna parece dispuesta a ceder", declaró este especialista en comunicación de crisis.
Los republicanos proponen una prórroga del presupuesto actual hasta finales de noviembre, mientras que los demócratas insisten en extender programas partidistas y ayudas y seguro médico para inmigrantes ilegales.
Scott Bessent, secretario del Tesoro de Donald Trump, reconoció el jueves que temía "un impacto en el PIB y en el crecimiento".
Los estadounidenses que planean volar en las próximas semanas también podrían ver interrumpidos sus viajes debido a la escasez de agentes de seguridad del transporte o controladores aéreos, lo que provocaría retrasos y cancelaciones.
El cierre actual, iniciado hace sólo seis días, está lejos aún de alcanzar un récord.
Entre diciembre de 2018 y enero de 2019, bajo el primer gobierno de Donald Trump, una crisis similar duró 35 días.
Y al parecer, la extrema izquierda quiere otra vez imponer otro récord o al menos acercarse. Esas, hasta ahora, son sus únicas intenciones.
Ante el chantaje de los radicales de izquierda, el presidente Trump está implementando estrategias de gran presión, incluida la congelación de fondos federales para estados demócratas y la amenaza de despidos masivos de funcionarios.
En marzo, ante la amenaza de un cierre gubernamental inminente, diez senadores demócratas votaron a favor de un proyecto de ley republicano, lo que produjo fuertes críticas en su propio campo.
A pesar de todo, los republicanos esperan persuadir a suficientes senadores demócratas como para que se alcance el umbral de los 60 votos necesarios para superar el bloqueo. Ya cuentan con el voto de tres y esta semana esperan obtener el resto del respaldo.
Hasta el viernes, el proyecto de ley había obtenido 54 votos, incluidos tres de la oposición.
El analista financiero Michael Ashley Schulman cree que la salida de la crisis podría provenir de la situación económica que se desencadenaría en caso de cierre prolongado del gobierno.
"Si Wall Street comienza a ponerse nervioso y los rendimientos de los bonos se disparan, incluso los ideólogos más fervientes se verán repentinamente comprometidos a asumir soluciones de consenso", pronosticó.
FUENTE: Con información de AFP, Daily News, The Epoch Times.