Para combatir el cambio climático, el presidente electo Joe Biden devolverá a Estados Unidos al acuerdo del clima de París y, con toda probabilidad, bloqueará la construcción de un oleoducto incluso a riesgo de deteriorar las relaciones con Canadá.
Para combatir el cambio climático, el presidente electo Joe Biden devolverá a Estados Unidos al acuerdo del clima de París y, con toda probabilidad, bloqueará la construcción de un oleoducto incluso a riesgo de deteriorar las relaciones con Canadá.
Los expertos consideran que el demócrata deberá restaurar la credibilidad de Estados Unidos en el escenario internacional proponiéndose objetivos concretos con miras a lograr la neutralidad de carbono para 2050.
Para ello, Biden planea reunir a los líderes de los países más contaminantes para una cumbre donde pretende convencerlos de hacer más ambiciosos sus compromisos medioambientales.
"Es importante que Estados Unidos demuestre que está decidido, y especialmente en casa", dijo David Waskow, del World Resources Institute, un centro que aboga por que Estados Unidos establezca una reducción del 45% al 50% en las emisiones totales de gases de efecto invernadero para 2030 respecto de los niveles de 2005.
La nueva administración planea imponer límites estrictos en materia de metano para las nuevas infraestructuras petroleras y gasíferas, dijo al sitio de noticias Vox un portavoz del equipo de transición del presidente electo, Jamal Brown.
John Kerry, exsecretario de Estado en la administración Obama, será la cara de Estados Unidos en las negociaciones internacionales sobre el clima, mientras los temas internos estarán a cargo de Gina McCarthy, principal asesora ambiental de la Casa Blanca.
Existen de entrada muchas medidas al alcance del demócrata para reparar el daño ambiental causado por su predecesor.
Estas incluyen el reingreso al acuerdo de París -un proceso de 30 días desde que Estados Unidos envía una carta a la ONU manifestando su voluntad de volver-, y desmontar el oleoducto Keystone XL, que conecta las arenas bituminosas de Alberta con las refinerías de las costas de Texas.
El presidente francés, Emmanuel Macron, elogió el miércoles la decisión de Biden de regresar al acuerdo climático de París y le dijo "Welcome back" en un mensaje de felicitación después de su juramentación.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien está presionando a Biden para que cambie de opinión respecto a suspender el oleoducto, le prometió por su parte "trabajar juntos para promover la acción climática y el crecimiento económico limpio".
- Economía verde -
Puertas adentro, Biden puede restablecer una serie de regulaciones ambientales eliminadas por Trump que van desde las emisiones de los automóviles hasta la contaminación atmosférica industrial. También puede establecer nuevos estándares de conservación, como el de declarar reserva el 30% de la tierra y el agua de Estados Unidos para 2030.
El presidente demócrata presentará al Congreso el próximo mes su plan de 2.000 billones de dólares que promete "enfrentar la crisis climática, construir una economía basada en energías limpias, abordar la injusticia ambiental y crear millones de empleos sindicales bien remunerados".
Las medidas son muy similares al "green new deal" o "nuevo pacto verde" defendido por el ala progresista del Partido Demócrata.
Y es allí donde las cosas corren el riesgo de complicarse: el Partido Demócrata ejercerá un control muy frágil en el Senado y puede tener que hacer frente a posiciones contrarias y protestas.
"El desafío será reunir a los republicanos en torno a un proyecto de infraestructura de energía limpia que pueda reducir significativamente las emisiones estadounidenses", dijo a AFP Paul Bledsoe, asesor climático del expresidente Bill Clinton y experto del Progressive Policy Institute.
Pero incorporar plenamente la acción climática a la forma en que se construye la economía es lo que la convertirá en una agenda "sostenible", dijo Waskow.
Los desafíos políticos y técnicos son importantes, y Biden estará bajo presión para no reducir demasiado rápido los combustibles fósiles, especialmente el gas natural, que ha ayudado a Estados Unidos a bajar las emisiones durante una década y que es considerada una energía de transición esencial.
Pero también llega en un momento en que el cambio climático muestra registros récord, y buena parte de la opinión pública estadounidense quiere ver acciones inmediatas.
Una encuesta llevada a cabo después de las elecciones y publicada la semana pasada por un programa de la Universidad de Yale mostró que la mayoría de los votantes de ambos partidos apoya las políticas para reducir la contaminación por carbono y promover la energía limpia.
El 53% de los electores cree que el calentamiento global debe ser una "prioridad importante" o "muy importante" para el presidente y el Congreso, y dos tercios ven el desarrollo de fuentes de energía limpia como una prioridad "alta" o "muy alta".
FUENTE: Con información de AFP