Rui Ferreira.-Especial
@ruiefe
Famoso ha quedado su comentario de que la discriminación racial en las escuelas no es inconstitucional, porque cuando fue aprobada en 1868 sus autores no tenían esa intención
Rui Ferreira.-Especial
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El más conservador pero a la vez fascinante juez del Tribunal Supremo de Estados Unidos, Antonin Scalia, ha muerto este sábado durante un fin de semana de vacaciones en Texas. Tenía 79 años.
Desde que fue nombrado al alto tribunal en 1986 por el presidente Ronald Reagan, no ha habido controversia, discusión o fallos de fondo en que este abogado ítaloamericano no se vio envuelto. Scalia era juez asociado, prácticamente el segundo en la jerarquía pero era el más veterano. Su fallecimiento obliga al presidente Barack Obama a buscar un sustituto, sin duda el último gran nombramiento de su mandato y que le da una nueva dinámica a esta campaña presidencial.
En las primeras horas tras su muerte, la generalidad de los observadores coincidieron en destacar que el mandatario tiene ahora una oportunidad de reforzar el ala liberal del Tribunal Supremo si logra la aprobación del Senado. Al cierre de esta edición, la Casa Blanca manifestó el pesar del mandatario por el fallecimiento y anunció que Obama hará declaraciones en las próximas horas.
Lo más natural es que el mandatario proponga un juez liberal con lo que pudiera desequilibrar al Tribunal Supremo. Sin embargo, no es la primera vez que sucede, pero sería altamente controversial en estos momentos. Es una oportunidad única para Obama que muy difícilmente dejará pasar.
Y, sin duda presintiendo que el presidente puede nombrar a un juez de ese matiz, este sábado los precandidatos republicanos a la presidencia, Ted Cruz y Donald Trump, dijeron que un nuevo miembro del Tribunal Supremo debe ser nombrado por el próximo presidente a elegir en noviembre.
Scalia era conocido por sus posturas conservadoras, cuyas opiniones y fallos reflejaron esa filosofía; pero era también un juez muy apegado a la ley aunque por veces sus interpretaciones fueron sujetas a discusión. Su paso por el Tribunal Supremo coincidió con una de las decisiones más importantes de la historia contemporánea estadounidense, cuando el año 2000 fue llamado a decidir quién era el ganador de las polémicas elecciones presidenciales disputadas, voto a voto, entre el entonces gobernador de Texas, el republicano George W. Bush y el vicepresidente Al Gore. Scalia votó por Bush.
Una de las características de Scalia era su creencia de que las enmiendas constitucionales deberían ser analizadas a la luz del momento en que fueron aprobadas. Famoso ha quedado su comentario de que la discriminación racial en las escuelas no es inconstitucional, porque cuando fue aprobada en 1868 sus autores no tenían esa intención. Lo mismo pasó en 2006 con la interpretación de la segunda enmienda sobre el uso y tenencia de armas.
Desde que ingresó al Tribunal Supremo, el ahora fallecido juez asociado dejó bien claro que creía en la separación de poderes, que ni el ejecutivo o el legislativo debían inmiscuirse en las responsabilidades de cada cual. Para dejar bien sentada su filosofía, en 1988 Scalia emitió una opinión muy emocional sobre los valores constitucionales en un caso sometido a la consideración del tribunal. Según el juez, la función del sistema jurídico es ser implacable con el Gobierno porque “el lobo es el lobo” y tienen tendencia ampliar sus facultades.
Es por ello que Scalia, de profundas raíces católicas, se oponía al aborto porque la legalización de la interrupción del embarazo no está ni siquiera mencionada en la constitución y ninguna ley la autoriza. De hecho, el aborto es legal en Estados Unidos por una decisión del Tribunal Supremo en 1968, no por una ley.
“Los estados si quieren pueden autorizar el aborto. Pero la constitución no los obliga a hacerlo. La posibilidad de un aborto debe ser resuelta como una de las cuestiones más importantes de nuestra democracia y por los ciudadanos convenciéndose unos a otros y después ir a votar”, dijo Scalia en 1992.
Lo mismo pasa con su oposición a los matrimonios del mismo sexo. Scalia creía que contrarían la definición tradicional de un matrimonio. Pero a la vez, dijo, el matrimonio tampoco está definido legalmente. Si por él fuera, la discusión del tema comenzaría por ahí, por una definición de que es un matrimonio que constitucionalmente no existe.
Antonin Scalia nació el 11 de marzo de 1936 en Trenton, Nueva York. Según las autoridades de Texas, su fallecimiento se produjo por causas naturales, aparentemente, mientras dormía. La noche anterior asistió a una fiesta privada y cuando al día siguiente no apareció para desayunar, los amigos lo buscaron en su habitación y lo encontraron muerto. El juez estaba casado, deja nueve hijos y 13 nietos.
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