@ruiefe
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MIAMI.– Si algo ha trascendido del debate de este martes entre los dos candidatos a la vicepresidencia de los EEUU es que sus designios dependen de lo que piensan realmente, o quieren, los dos candidatos de primera línea a la Casa Blanca.
Pareció de inicio una conversación de caballeros, donde el comienzo fue bastante lento pero terminó por reflejar algo que los observadores esperaban, o sea, un debate entre dos experimentados parlamentarios, habituados a los vericuetos del intercambio de ideas y la concesión a los argumentos, irrebatibles, de su oponente.
No sucedió mucho, ni los temas claves como inmigración, inversiones, economía, política exterior, conflictos en ultramar o necesidades sociales en el país, fueron lo suficientemente abordados con profundidad a punto de hacer realzar una propuesta clara de política.
Este debate tuvo dos vencedores. El gobernador Mike Pence por la elegancia con que expuso y defendió los postulados más escabrosos del candidato presidencial Donald J. Trump, incluso algunos que a todas luces no estuvo totalmente de acuerdo como el tema de los impuestos. Y el senador Tim Kaine, por la forma frontal en que defendió las posiciones de la candidata demócrata, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton.
De todos modos, ambos jugaron a la defensiva, quizá esperando por los enfrentamientos entre los dos principales candidatos. Tanto que el nominado republicano, Donald Trump, defendió de inmediato a su colega a través de su cuenta de Twitter por lo que consideró, "la limpieza de sus argumentos".
Kaine abrió las 'hostilidades' a la ofensiva, atacando en la primera frase al mismo Trump. "El hecho de que sea Comandante en Jefe es algo asustador a muerte. Es que no puedo imaginar como el gobernador Pence puede defender un discurso insultante como el de Donald Trump", que ha descrito a los inmigrante mexicanos como "violadores".
Pence le contestó despacio. "No entiendo como una campaña como la suya y la de Hillary Clinton haya podido ser tan insultante. Ha sido una avalancha de insultos", dijo.
Pero, al contrario de Clinton y Trump en su primer debate la semana anterior, los dos candidatos a la vicepresidencia prefirieron intercambiar sobre ideas como el aborto, o la interrupción del embarazo que fue, sin duda, el tema más álgido.
Pence fue diáfano y se opuso de inicio al aborto, un tema según Kaine en el que su oponente tiene una postura bastante radical e irrespetuosa, teniendo en cuenta, dijo el senador, que Trump ha sugerido en la carrera electoral que "las mujeres deben ser castigadas por realizar abortos si el procedimiento es ilegal". Es cierto que Trump ha dado marcha atrás en este comentario, pero el candidato a la vicepresidencia por Hillary Clinton lo sacó a relucir y al mismo tiempo, el tema sirvió para que al menos ambos estuvieron de acuerdo en algo. "Es un tema nacional. Definido por ley, pero voluntario", dijo Kaine.
El debate pasará sin pena ni gloria porque el intercambio que los estadounidenses esperan es entre Hillary y Donald, por mucho que ambos detesten que les llamen por esos nombres.
FUENTE: Especial