WASHINGTON — Un grupo de vigilancia conservador exigió respuestas al gobierno federal tras lo que calificó como un “increíble fallo de seguridad” del Servicio Secreto durante una salida pública del presidente Donald Trump en Washington DC, en la que manifestantes lograron acercarse peligrosamente al mandatario.
Según la denuncia, el episodio ocurrió el pasado 9 de septiembre en el restaurante Joe’s Seafood, Prime Steak & Stone Crab, donde Trump cenaba junto al vicepresidente JD Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y el secretario de Defensa Pete Hegseth. Durante la velada, activistas del grupo Code Pink lograron ubicarse en una mesa contigua y comenzaron a increpar al presidente con consignas políticas.
“Estoy realmente preocupado por la seguridad del presidente”, declaró Tom Fitton, presidente de Judicial Watch, al The New York Post. “Ha estado a punto de morir dos veces, supuestamente bajo la protección del Servicio Secreto, y luego lo llevaron a una emboscada potencialmente peligrosa”, de acurdo con Fitton.
El activista cuestionó cómo los manifestantes obtuvieron información anticipada sobre los movimientos del presidente, lo que les permitió reservar con antelación y colocarse a escasos metros del mandatario. “A estas personas se les permitió acercarse al presidente en funciones con cuchillos y quién sabe qué más había disponible en el restaurante”, advirtió.
“Un fallo de seguridad increíble”
El exsubdirector del FBI, Chris Swecker, calificó el incidente como “un fallo de seguridad increíble”. “No puedo creer que dejaran que gente desconocida se sentara tan cerca de ellos. Es una locura”, afirmó, comparando la situación con los escasos protocolos de seguridad de otra época.
Ante estos hechos, Judicial Watch presentó el pasado 18 de diciembre una demanda en el Tribunal Federal del Distrito de Columbia solicitando, bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA), todos los correos electrónicos y mensajes de texto internos del Servicio Secreto relacionados con la presencia de manifestantes de Code Pink, así como cualquier comunicación entre funcionarios de la agencia y cuentas vinculadas a esa organización.
De acuerdo con documentos judiciales citados por The New York Post, el gobierno habría ignorado el plazo legal del 9 de diciembre para entregar la información solicitada.
Aunque ninguno de los manifestantes fue acusado de violencia, Fitton subrayó que el acceso a información sensible sobre los desplazamientos presidenciales representa un riesgo crítico para la seguridad nacional.
Un historial de fallas
Videos del incidente muestran a miembros del equipo de seguridad reaccionando mientras Trump se acercaba a su mesa y pedía que los manifestantes fueran retirados. Los activistas corearon consignas como “¡Libertad en Washington D. C.! ¡Libertad en Palestina!” y comparaciones ofensivas contra el mandatario.
El episodio se suma a un historial reciente de fallas de seguridad. Trump sobrevivió a dos intentos de asesinato durante la campaña de 2024 —uno en Butler, Pensilvania, y otro en su club de golf en West Palm Beach—, tras lo cual un informe de la Cámara de Representantes concluyó que personal inexperto del Servicio Secreto “no entendía claramente la delimitación de sus responsabilidades”.
Judicial Watch también busca documentos relacionados con esos atentados, así como con otro incidente en el que un invitado logró ingresar una pistola Glock al Trump National Golf Club en Sterling, Virginia, mientras el presidente se encontraba en el lugar.
El Servicio Secreto aseguró en su momento que “se toma muy en serio la seguridad” y que existen “capas de seguridad redundantes” en todos los sitios protegidos. La agencia afirmó que todos los comensales del restaurante fueron examinados antes de la llegada de Trump, pero declinó comentar sobre la demanda en curso.
FUENTE: Con información de The New York Post