martes 26  de  marzo 2024
EEUU

Escalan las tribulaciones en Washington

Los cambios repentinos en el equipo de trabajo del Presidente parecen apuntar a poner orden en la Casa Blanca y hacer frente a las críticas sistemáticas
Por JESÚS HERNÁNDEZ

MIAMI.- Llevar las riendas del país más diverso y poderoso del mundo no es tarea fácil. Y puede que basten los sucesos acaecidos en las últimas tres semanas para comprender que acabar con el establishment, como el presidente Donald Trump lo planteó durante la campaña presidencial, requiera algo más que rodearse de funcionarios “apolíticos”.

Dejando a un lado el sobrecogedor fracaso para derogar parcialmente el Obamacare y la votación en el Senado que fortalece el paquete de sanciones a Rusia, los comentaristas en radio, televisión y prensa escrita no paran de abordar estos tres asuntos: el sorpresivo despido de Anthony Scaramucci, la salida de Reince Priebus, entonces jefe del staff, o Gabinete, y el supuesto dictado de una declaración sobre la reunión del hijo del entonces candidato presidencial, Donald Trump Jr., con los rusos.

Implacable

Si impactante fueron las declaraciones de Scaramucci sobre sus predecesores, Steve Bannon, y Priebus, haciendo gala de un vocabulario vulgar, más impresionante fue su abrupta salida de la Casa Blanca, 10 días después de que fuera anunciado como nuevo director de Comunicaciones y tan solo seis después de tomar posesión del cargo.

El general John Kelly hizo honor a su fama de implacable, luego de haber servido al Ejército como jefe del importantísimo Comando Sur. Nada más tomar posesión como jefe de Gabinete el lunes, un puesto tan importante como el de primer ministro en otras democracias, destituyó al entonces aún nuevo director de Comunicación.

Sin embargo, no faltan las preguntas que cuestionan por qué Scaramucci fue asignado si no estaba apto para ocupar el cargo. Priebus no lo nominó, mucho menos lo empleó.

“Kelly está al mando del Gabinete y claramente no confiaba en Scaramucci”, informó al canal de noticias CNN una persona cercana al nuevo jefe del consejo de ministros y directores.

“Scaramucci no es el tipo de persona que Kelly toleraría a su lado”, añadió el informante, que aseguró que Kelly no era el único que se sentía incómodo con la presencia de Scaramucci, sino que el propio Trump, que inicialmente apoyó la gestión del flamante director de Comunicaciones, finalmente cambió de opinión.

“El Presidente ciertamente sintió que los comentarios de Anthony eran inapropiados para alguien en su cargo, y no quiso cargar al general Kelly con esa situación”, aseguró la nueva secretaria de prensa Sarah Huckabee Sanders, que tomó posesión del puesto el pasado miércoles 26, el mismo día que lo hiciera Scaramucci.

Ningún otro director de Comunicaciones ha durado tan pocos días al frente del importante departamento. Solamente Jack Koehler, que fue empleado por la administración del Ronald Reagan en 1987, renunció a los 12 días de aceptar el cargo, luego que saltara a la luz que a los 10 años de edad fue miembro de un grupo juvenil pro nazi en Alemania.

Investigación

Otros medios de comunicación, como Fox News, restan importancia a las supuestas diferencias que podrían existir en la Casa Blanca y evocan el punto de vista del Presidente, cuando tuitea “el mayor récord de la historia de la bolsa, los mejores números de la economía en muchos años, el desempleo en su menor tasa en 17 años, los salarios aumentan, la frontera se asegura, (ganamos en) Carolina del Sur. No hay caos en la Casa Blanca”.

A todo esto, el periódico The Washington Post, que ha sido tan crítico de la gestión del Presidente como The New York Times, suma otro capítulo a la trama del caso de la intromisión rusa en las elecciones presidenciales de EEUU.

Según asegura el muy respetado rotativo, ganador de 57 premios Pulitzer, alguien cercano al Presidente informó que durante la pasada reunión del Grupo G 20 en Alemania, “Trump ideó la estrategia a seguir para responder a la acusación de que su hijo mayor, Donald, se reunió con un grupo de rusos durante la pasada campaña electoral”.

Cierto o no, cualquier declaración de esta índole añade fuego a la ya candente situación, que no sólo cuestiona la integridad del Presidente y su Gobierno, sino que suma argumentos a la ya difícil tarea investigativa del designado fiscal especial Robert Mueller.

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