Aún no se han publicado pero ya se han filtrado algunos fragmentos de las que seguramente son en estos momentos las memorias más esperadas en todo el mundo. Y eso sin exagerar. Hard choices (Decisiones difíciles) sale al mercado la semana próxima, pero, según lo aparecido, la exsecretaria de Estado se ha olvidado de escribir la que seguramente es la respuesta a la pregunta más esperada: u00bfcuál va a ser futuro? n
A la espera de que ponga fin a la incógnita que intriga a Estados Unidos, éstos son por ahora los episodios a los que se refiere en su obra: n
- tLa liberación del soldado Bowe Bergdah: Aunque pueda parecer algo estrambótico, la que pudiera ser la apuesta demócrata para las presidenciales del 2016, se aventuró y predijo que el debate sobre la liberación del soldado ( u00bfdesertor?) iba a ser u201cdifícil de tragar para un gran número de estadounidenses u201d. n
- tRelación con Obama: Las relaciones, no siempre fáciles, con Barack Obama seguro que ocuparán un gran espacio en su libro. Y demasiados son los que esperan más de una explicación y luz sobre una de las relaciones más complicadas que ha habido en la política estadounidense. De enemigos políticos (y puede que personales, dada la lista negra que ella confeccionó con todos aquéllos que se pasaron al bando del primer presidente afroamericano) a compañeros de un Gobierno en el que Hillary se hizo ni más ni menos que con las riendas de la diplomacia. Pero antes de que este dúo trabajara conjuntamente, Hillary se atrevió en aquel 2008 fatídico para ella a no apoyar un u201cdespectivo comunicado u201d contra la estrella republicana del momento: Sarah Palin. Según las palabras de Clinton - u00bflo confirmará el Presidente en unas futuras memorias?- ella no u201ciba a atacar a Palin sólo por ser una mujer que podía atraer el voto de otras mujeres u201d. Si esta revelación es tan sólo un fragmento destinado a precisamente atraer el voto femenino, aún es un misterio. Lo que está claro es que ella no se prestó al juego de la campaña de Obama. u201cPensé que no tenía ningún sentido político, y no me sentí cómoda con ello. Por eso dije no u201d. nEn este mismo plano, la exsenadora de Nueva York revela alguno de esos capítulos que sabe tanto gustan fuera de Washington: un encuentro privado con el que fue su opositor (y vencedor) de las primarias demócratas, antes de la convención de su partido en 2008. u201cNos miramos profundamente uno al otro como dos adolescentes en un primer y raro encuentro, en el que tomamos algunos sorbos de Chardonnay u201d. n
- tUn gran arrepentimiento: La que llevó las riendas de la política exterior confiesa un gran remordimiento, un paso que hizo que precisamente su apuesta por la Casa Blanca se convirtiera en el, hasta ahora, su mayor fracaso: su voto por la intervención militar en Irak. Y lo deja muy claro: u201cMe equivoqué. Lisa y llanamente u201d. Claro, que habría que recordarle a la exprimera dama que hace no mucho u2013en una entrevista emitida el 13 de enero del 2008, en el programa Meet the press, volvía a defender su decisión intervencionista.
n- tDos grandes momentos: Todo libro de memorias debe contener los grandes episodios del protagonista y Clinton, que ha tenido seguramente una de las vidas más excepcionalmente posibles, debe tener muchos. Dos son los personajes que los provocaron: Bin Laden y Chelsea Clinton. u201cRaras veces he estado más orgullosa de estar a su lado que aquel día u201d. Se refiere así Clinton al 1 de mayo de 2011 cuando junto al Comandante en Jefe presenció la captura y muerte del enemigo número uno de los Estados Unidos. Más personal (y emocional): u201cEsta ocasión no era una cumbre de alto nivel o una crisis diplomática. Se trataba de la boda de mi hija, un día que había estado esperando por 30 años. Me sentí feliz de que mi trabajo del día a día me hubiera preparado para la complicada diplomacia que requiere ayudar para preparar una gran boda u201d. Un gran episodio sin duda que aún no ha terminado pues, según algunos analistas, sólo hay un hecho que podría evitar la considerada inevitable puja de Hillary a la presidencia: su nieto. Es la propia Hillary quien ha declarado que el embarazo de su hija la ha hecho la feliz y era lo que más deseaba. u00bfSerá éste el motivo que pare su ambición presidencial? Seguro que será una u201cdecisión difícil u201d pero la solución -para todos los que ya deseamos que lo diga- no está en las páginas de estas memorias.