MIAMI - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) acelerar y ampliar las deportaciones como parte de su campaña para reforzar la seguridad nacional y garantizar el cumplimiento de la ley.
La medida forma parte de la denominada “Operación Safeguard”, un programa que prioriza los arrestos en zonas urbanas con alta presencia de inmigrantes indocumentados, especialmente con antecedentes penales.
Bajo esta nueva directriz, el propósito del gobierno estadounidense es alcanzar un mínimo de 2000 detenciones diarias, cifra que supera con creces el promedio de 650 arrestos registrado bajo la administración anterior de Joe Biden. ICE ya ha ajustado su estructura interna, incluyendo cambios en puestos claves.
"Programa de deportación"
El mandatario estadounidense instruyó a través de una circular: "Por la presente se ordena a los agentes del ICE (...) que hagan todo lo que esté en su mano para alcanzar el importantísimo objetivo de llevar a cabo el mayor programa de deportación masiva de la historia", indicó en una publicación en Truth Social.
Las nuevas instrucciones, considerada por analistas como una de las más contundentes en materia migratoria desde su regreso a la Casa Blanca, tiene como objetivo restablecer el respeto a la ley en jurisdicciones que, a juicio del presidente, han “protegido la ilegalidad” y permitido el avance de redes criminales que se benefician de vacíos legales.
“La ley debe cumplirse en todo el territorio estadounidense, no solo donde a los políticos locales les conviene”, expresó el mandatario desde la Oficina Oval. “Vamos a defender a los ciudadanos estadounidenses y a proteger nuestras fronteras de quienes abusan del sistema”, indicó.
"Bajo revisión"
Fuentes de The Daily Caller y Fox News indicaron que las ciudades bajo revisión incluyen Nueva York, San Francisco, Los Ángeles, Filadelfia y Chicago, donde los alcaldes han bloqueado en reiteradas ocasiones la colaboración con ICE, impidiendo incluso el arresto de extranjeros con antecedentes penales.
Con esta medida, se espera triplicar las operaciones diarias de ICE, pasando de 650 a 2.000 arrestos, priorizando casos con antecedentes criminales, fraude migratorio y órdenes de deportación no ejecutadas.
Los voceros de la administración destacaron que esta acción no busca perseguir a familias trabajadoras, sino recuperar el control del sistema migratorio, devolver la confianza a las comunidades y frenar la explotación de políticas permisivas por parte de estructuras delictivas.
Algunos estados, como Texas y Florida, han respaldado la decisión y ofrecido apoyo logístico, al tiempo que líderes republicanos aplaudieron el “regreso al cumplimiento de la ley” que, según dijeron, se perdió durante la administración Biden-Harris.
La operación coincide con un repunte en las cifras de entrada ilegal por la frontera sur, y se enmarca en la política de “Tolerancia Cero con el Crimen Migratorio” impulsada desde el Departamento de Seguridad Nacional.
FUENTE: Con información de: FOX News/ El País/ Financial Times/Daily Caller