WASHINGTON.- EFE
En una entrevista que publica la revista "The Atlantic", Obama aseguró que una serie de países en Oriente Medio y Europa son "oportunistas"
WASHINGTON.- EFE
El presidente Barack Obama cree que Irán y Arabia Saudí deben "compartir" Oriente Medio mediante algún tipo de "paz fría" pese a su arraigada enemistad, según dijo en una entrevista en la que reconoció el fracaso de su intervención militar en Libia y defendió sus acciones en Siria.
En una larga entrevista que publica hoy la revista "The Atlantic", Obama aseguró que una serie de países en Oriente Medio y Europa son "oportunistas" en el sentido de que presionan a EEUU para que se implique en complicados conflictos que tienen poco que ver con sus intereses, sin poner ellos de su parte.
También lamentó el efecto que está teniendo en la región el recrudecimiento de las tensiones entre Arabia Saudí, de credo suní, e Irán, que es chií, y su batalla por la hegemonía en Oriente Medio.
"La competición entre los saudíes y los iraníes -que ha ayudado a alimentar guerras subsidiarias y el caos en Siria, Irak y Yemen- nos lleva a decir a nuestros amigos (saudíes) y también a los iraníes que tienen que encontrar una manera eficaz de compartir la región e instituir algún tipo de paz fría", afirmó Obama.
El mandatario indicó que se niega a decirle a los saudíes que "tienen razón" en todo, que Irán es la fuente de todos los problemas" y que EEUU les apoyará "contra ellos".
"Eso significaría básicamente que a medida que crezcan estos conflictos sectarios y nuestros aliados del Golfo, nuestros amigos tradicionales no tengan la capacidad de apagar solos las llamas o ganar decisivamente por sí solos, nosotros tendríamos que entrar y usar nuestro poder militar para cerrar las batallas", argumentó.
Y eso, añadió, "no estaría en el interés ni de Estados Unidos ni de Oriente Medio".
Obama también reconoció que fue un error intervenir militarmente en Libia bajo el paraguas de la OTAN en 2011, algo que ya insinuó durante su discurso ante la Asamblea General de la ONU en septiembre pasado.
"No funcionó", dijo Obama sobre la operación internacional que acabó con la dictadura de Muamar al Gadafi, quien amenazaba con perpetrar una masacre en Bengasi.
El mandatario se opuso inicialmente a sumarse a la operación internacional, pero finalmente le convencieron varios miembros de su Gobierno, entre ellos la ex secretaria de Estado y aspirante demócrata a la Presidencia, Hillary Clinton.
Obama señaló que algunos países en Europa y el Golfo Pérsico insistían para que EEUU actuara, pero "en las últimas décadas, hay gente que ha adoptado el hábito de empujarnos a actuar y después estar poco dispuestos a implicarse ellos", a los que calificó como "oportunistas".
"Cuando miro atrás y me pregunto qué fue mal, hay espacio para las críticas, porque tenía más fe en que los europeos, dada la proximidad de Libia, se implicaran más" en la estabilidad del país después de la operación militar, aseguró, y citó en particular a Francia y el Reino Unido.
"(Ahora) Libia es un desastre", reconoció.
Obama también defendió su decisión de no bombardear posiciones del régimen sirio en 2013 pese a descubrirse que habían utilizado armas químicas, algo que él mismo había señalado una y otra vez como la "línea roja" que le haría plantearse una intervención militar en Siria.
"Estoy muy orgulloso de ese momento. El hecho de que fuera capaz de contenerme ante las presiones inmediatas y pensar bien lo que estaba en el interés de Estados Unidos, no solo con respecto a Siria sino a nuestra democracia, fue una de las decisiones más difíciles que he tomado, y creo que en último término fue la correcta", agregó.
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