MIAMI.– Acorde a un artículo publicado por el diario The Washington Post, en agosto del año pasado la CIA informó a la Casa Blanca que, acorde a un fuente confidencial dentro del Kremlin, el presidente ruso Vladimir Putin había ordenado una intervención cibernética en las pasadas elecciones presidenciales a favor del hoy presidente Donald Trump.
Las instrucciones del mandatario ruso fueron que se desacreditara a la candidata demócrata Hillary Clinton con quien Putin tuvo una relación tirante cuando ella fue secretaria de Estado.
Según las fuentes del rotativo, el entonces presidente Barack Obama entró en estado de shock y ordenó una retaliación de igual calibre contra Moscú. Pero nada fue hecho público. Solamente en octubre fue que The Washington Post informó que, desde julio, la comunidad de inteligencia sospechaba que los rusos habían interferido el sistema informático del Partido Demócrata y el FBI había abierto una investigación. Más tarde se vino a confirmar la penetración rusa con la divulgación de miles de correos electrónicos de la organización por parte de WikiLeaks. El líder de la entidad, Julian Assange, ha negado haber recibido los correos desde Moscú, pero las autoridades estadounidenses han concluido lo contrario, tras detectar rastros de origen ruso en la forma de divulgar los documentos.
La información que la CIA le dio a la Casa Blanca era tan sensible en ese momento sólo Obama y tres de sus colaboradores más cercanos fueron puestos al tanto. Solo en octubre, antes de las elecciones cuando la prensa divulgó la penetración rusa fue que el entonces presidente ordenó un paquete de sanciones a Moscú, expulsó 35 diplomáticos rusos y clausuró dos instalaciones de escucha que existían en las afueras de Washington.
El crimen del siglo
Según el Post, Obama también aprobó una operación encubierta autorizando la inserción de ‘armas cibernéticas’ en la infraestructura rusa, una especia de bomba digital que pueden ser activada en caso de una escalada en el conflicto entre los dos países. Pero la idea todavía se encuentra en la mesa de diseño y ahora le toca a Trump tomar la decisión de aplicarla o no.
“En términos políticos, la interferencia rusa ha sido el crimen del siglo, un ataque desestabilizador de la democracia estadounidense, sin precedentes y exitoso. Fue un caso que prácticamente no tomó ningún tiempo en dilucidarse, directamente rastreable al Kremlin a través de una investigación cibernética y el uso de informaciones de inteligencia sobre la participación de Putin. Pero, aparentemente por las formas divergentes como Obama y Trump abordaron la cuestión parece que Moscú no va a sufrir las consecuencias apropiadas”, señaló el Post.
Para los especialistas la reacción de Obama fue débil. “Se olvidaron totalmente del libro que Ronald Reagan ‘escribió’ sobre las retaliaciones con los rusos. Reagan decía y (el exdirector de la CIA, William) Casey siguió eso al pie de la letra que con Moscú había siempre que subir la parada, sin contemplaciones y sin que se dieran cuenta. Una vez los soviéticos nos atacaron en un otro país y nosotros logramos introducirnos en sus sistemas de control de distribución de petróleo y lo hicimos volar. Ellos hasta piensan que fue una accidente”, dijo este viernes a la cadena CNN, el exdirector de la CIA, R. James Woolsey en los tiempos de Bill Clinton.
Durante toda la campaña presidencial y después de asumir La Casa Blanca, Trump ha desestimado la penetración rusa en el Partido demócrata como una ‘patraña’ de los mismos demócratas. Pero este viernes, la gente de su entorno ha mantenido un perfil bajo ante las revelaciones de The Washington Post. El propio presidente dio una entrevista a la cadena Fox pero no abordó el asunto. Su consejera Kellyanne Conway dijo a CNN, que lo importante es que la penetración rusa no tuvo influencia en el resultado electoral. “Creo que es muy importante que se vea que no hay una conexión demostrada entre Rusia o un gobierno extranjero, y el resultado electoral. Ningún voto ha cambiado, vamos a mantener esa postura, y sabemos que Donald Trump ganó de toda justicia y sin duda alguna los 306 votos del colegio electoral. No tuvo nada que ver con interferencia”, ha afirmado Conway.
Un encuentro no definido
El próximo mes el presidente va a asistir la cumbre del G20 en Hamburgo, Alemania, y Putin va a estar presente. Es la primera vez que se miraran las caras tras la llegada de Trump a La Casa Blanca. Todavía no se sabe si tendrán un encuentro a solas y si se reúnen cuál será el contenido de las conversaciones.
Este viernes, en la rueda de prensa en La Casa Blanca, que por cierto no fue trasmitida en vivo, el portavoz Sean Spicer toreó las preguntas sobre el asunto con guantes de seda. “Va a haber muchas reuniones bilaterales con algunos países en (la reunión) del G20. Creo que él (Putin) entiende que tenemos un papel que desempeñar a punto de que podemos trabajar con Rusia para cooperar y resolver algunos problemas. Si logramos ese entendimiento entonces nos gustaría hacerlo”, dijo Spicer.
Pero Moscú ha dicho ya que no hay nada en ese sentido. “No podemos excluir la posibilidad de una forma u otra, seguro que ellos encontrarán una forma u otra paralelo a la cumbre. Pero de momento no hay nada especifico, ni siquiera se están organizando (un encuentro a solas entre los dos presidentes)”, dijo el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov a la televisión rusa, citado por la agencia Associated Press.