De la Peña, en entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS, analiza por primera vez el panorama de las relaciones entre el Pentágono y el conjunto de naciones del continente, donde el giro ideológico que atravesaron varios países en el último lustro permitió a Washington retornar a la región en áreas clave como seguridad y defensa. No en vano, el combate al narcotráfico, la crisis en Venezuela hasta la influencia de China a través de sus empresas tecnológicas, fueron alguno de los temas que el subsecretario repasó.
Desde que el gobierno del presidente Donald Trump puso en marcha, el 1 de abril pasado, una operación antinarcóticos ampliada que implicó la duplicación de las fuerzas estadounidenses en el mar Caribe y el Pacífico oriental, más de 108.000 libras de cocaína provenientes de Colombia y Venezuela, en su mayoría, fueron interceptadas, lo que ha representado pérdidas de 1.24 billones de dólares al crimen organizado, reveló De la Peña.
-Luego de una década de hostilidades ideológicas, Estados Unidos parece tener una mejor relación con sus vecinos regionales. ¿Cómo aprovechó esto el Pentágono para forjar nuevas alianzas en materia de defensa o inteligencia?
Hemos mantenido un alineamiento bastante fuerte con nuestro vecino del hemisferio occidental. Nos consideramos socios y pienso que vamos en buen camino. La actual estrategia nos dirige a fortalecer las asociaciones y las alianzas, y tratar de atraer a nuevos compañeros o socios de defensa. En nuestras relaciones de defensa, por ejemplo, Brasil recientemente ha sido nombrada “Aliado de la OTAN No Superior” (Major non-NATO ally). Colombia también ha sido designada socio global de la OTAN, que es otra asociación que comparte con países que son de alto nivel de cooperación con Estados Unidos. Hemos desarrollado el Ministerial de Defensa Norteamericana con Canadá y México. Fortalecimos la cooperación multilateral a través de la Conferencia Ministerial de las Américas. Hay relaciones fortalecidas con 14 países independientes en el Caribe que están implementadas a través del Comando Sur y Norte.
Con el Ministerio de Defensa de Ecuador estamos trabajando activamente, porque en el pasado el alineamiento del presidente Rafael Correa no estaba en consonancia con Estados Unidos. Esto cambió completamente. Estamos fortaleciendo la relación con Bolivia, y a la espera de las elecciones, pero pensamos que podemos regresar a una relación institucional como la que hemos tenido.
- ¿Hay realmente un desafío regional en América Latina en este momento?
Pensamos que esta región, como la vemos, es una vecindad para nosotros. Si se requiere comparar este hemisferio con el otro, estamos relativamente en tranquilidad. Aquí no tenemos conflictos entre estados. Tenemos una colaboración superior a la que existe en el otro lado en temas militares. Realmente hay poca competencia o pocos conflictos. Reconocemos que es un mundo complejo. Tenemos que estar atentos a todo esto y tomar en cuenta que los cambios están avanzando rápidamente, y colaborar con nuestros socios en todo: tierra, aire, mar, espacio. Estar pendientes, también, de un nuevo escenario, el ciberespacio. Sabemos que no es el mundo perfecto. Tenemos competidores. Actualmente nuestra Estrategia de Seguridad Nacional, que es la que dirige el presidente, y luego nuestra Estrategia de Defensa Nacional, que maneja el Departamento de Defensa, reconocen que tenemos competencia con China y con Rusia. Eso es lo que tenemos que tomar en cuenta, que vamos a tener estos retos, pero nosotros queremos mantener una orden internacional que es libre y abierto.
-Precisamente, en una década, Rusia, China e Irán se posicionaron como socios clave en América Latina, incluso con proyectos militares en el caso de los chinos. ¿Cómo sucedió esto frente a Estados Unidos y cómo se manejará esta relación de ahora en adelante?
Sabemos que los chinos tienen sus intereses mundiales. Ellos quieren tener relaciones económicas con América Latina, pero ellos tienen una manera distinta de ser. En la forma que ellos establecen sus asociaciones, tratan de tomar ventaja de las democracias jóvenes y no tienen las mismas normas de Estado de derecho y de respeto a los derechos humanos. Obviamente para nosotros esto clave. Queremos mantener esas normas institucionales, ¿para qué? Para que otros países no tomen ventaja de ellos como puede ser China. Tenemos que tomar en cuenta que la ideología de China o el patrón, es un cinturón, un camino en el cual ellos quieren establecer un alineamiento a su visión política y estamos en desacuerdo con esa manera de ser.
-El Pentágono reveló que una revisión de los despliegues militares en África será seguida por uno en América Latina, ¿cómo considerar este escenario a medida que China aumenta su presencia en la región, como usted advierte?
Es una excelente pregunta. El secretario de Defensa nos dirigió a que hiciéramos una revista de defensa a nivel mundial. Él quiere estar seguro de que el presupuesto de Estados Unidos y las actividades que apoyan a nuestra estrategia están bien alineados. ¿Qué es lo que necesita para cumplir las tareas que dirige? Tenemos que ver dónde se invierten los recursos basados en dicha estrategia. Si todo está bien, entonces se queda igual. Si hay alguna manera de mejorar, fortalecer u optimizar las capacidades, entonces las hacemos, pero eso es una revisión. No es una cosa de cambiar por cambiar, sino que vamos a ver cómo estamos cumpliendo con nuestra estrategia. Estamos trabajando con el Comando Sur para que lleven a cabo ese proceso.
-La Administración estadounidense tuvo una retórica fuerte contra Irán por enviar gasolina a Venezuela. Sin embargo, los barcos finalmente llegaron. ¿Por qué Estados Unidos no detuvo esos envíos como advirtió?
En primer lugar, esos cinco buques sólo van a poder proveer de gasolina a Venezuela por un máximo de un mes. Nosotros estamos trabajando en colaboración con nuestros socios internacionales, junto al Departamento de Estado y del Tesoro, para ver cuál es la mejor manera de dar actuación a lo que ellos están haciendo, tomando en cuenta que tenemos otras herramientas como sanciones para ver lo que pasa con estas naves. Tenemos acciones en el lugar y los iraníes tienen que tomar en cuenta que puede haber repercusiones, sanciones, en caso de que esto continúe. Hay que tomar en cuenta que el régimen de Nicolás Maduro es un régimen criminal que depende de la corrupción y actos ilegales para mantener su poder, y que el gobierno del presidente interino, Juan Guaidó, es reconocido por 50 países. Eso quiere decir que no somos solo nosotros los que reconocemos las fallas. Hay países 50 países que están alineados a nuestra visión.
- ¿Quiere decir que otros países podían haber evitado esta circunstancia y no solamente EEUU aventurarse a interferir?
Nosotros siempre estamos actuando en colaboración con nuestros socios, así que hay un diálogo constante que los mantiene al día con lo que está pasando. Hay bastantes herramientas en la diplomacia. La parte militar es sólo una, pero hay bastantes otras agencias que tienen su rol.
-Algunas fuerzas políticas en EEUU y Venezuela creen que será necesaria una intervención en ese país para destituir a Maduro. ¿Es una intervención militar en Venezuela una estrategia correcta o favorable a EEUU en este momento?
En el caso del Departamento de Defensa nosotros somos solo una parte del Gobierno y tenemos que tomar en cuenta una estrategia del Gobierno de Estados Unidos, que es dirigida por el Departamento de Estado. Las acciones que tomamos, entonces, van a ser en apoyo a dicha estrategia. Nosotros obedecemos o cumplimos con las normas que establecen el Departamento de Estado y el Presidente. Tenemos una estrategia en Venezuela que está basada en la diplomacia en la cual reconocemos al presidente Guaidó, y actualmente la manera en la que estamos tratando el tema, es con sanciones económicas.
-Habló al principio de la cooperación militar de EEUU con algunos países de la región, pero hay una fuerte controversia en Colombia por el envío de un nuevo contingente militar, cerca de la frontera con Venezuela. Esto podría aumentar la tensión con ese país. ¿Cómo se prepara el Pentágono para esta situación?
De lo de lo que estamos hablando es de una compañía y asistencia a puestos de seguridad. Está compuesta de 50 soldados y llegaron a Colombia a comienzos de junio. Van a trabajar con nuestro socio en el transcurso de cuatro meses. Esto es algo que hacemos cotidianamente, labores de entrenamiento. Colombia es uno de nuestros socios más importantes y vamos a colaborar con ellos para entrenar e intercambiar ideas en lo que se trata del terrorismo y el tráfico ilícito de las drogas. En este caso, como digo, vamos a estar enfocados en operaciones contra el narcotráfico y flujo de drogas hacia Estados Unidos. Entonces, lo que queremos hacer es compartir con nuestros socios cómo podemos fortalecer el comando y control a sus capacidades para llevar a cabo esta misión.
- ¿De cuántas fuerzas militares estadounidenses desplegadas estamos hablando en el hemisferio occidental?
Varía bastante. En comparación con el otro lado del mundo, es una cosa pequeñísima, porque lo que hacemos, sobre todo, es intercambio en entrenamiento, intercambio de doctrina, técnica, tácticas y procedimientos.
¿Cuáles han sido los resultados de la Misión Antidrogas que comenzó en abril pasado?
Desde que arrancó la operación por orden del presidente Trump, el 1 de abril de 2020 hasta este 10 de junio, hemos incautado 108.643 libras de cocaína (49.280 kg) y 12.939 libras de marihuana (4.179 kg). Y estamos hablando de un golpe a las ganancias de criminales internacionales que asciende a 1.24 billones de dólares.
- ¿De dónde está saliendo esta droga? ¿Es una droga de Venezuela, de Colombia?
La cocaína que se origina en Colombia parte de ambos países, principalmente por aire desde Venezuela y principalmente por mar desde Colombia.
-La Casa Blanca tiene una posición muy crítica contra la compañía china Huawei. Pero en América Latina la empresa está operando en 20 países y hasta cerró siete contratos relacionados con la tecnología 5G. Aparentemente, los gobiernos de la región no le temen a Huawei. ¿Cómo aborda Estados Unidos este desafío?
Lo que podemos hacer es dialogar con nuestros socios y explicarles claramente que tienen que evaluar los riesgos y los beneficios utilizando el equipo de China de 5G, porque tienen medidas de seguridad bastantes bajas, donde el riesgo de explotación es altísimo. Eso quiere decir que el Partido Comunista de China (PCCh) tiene leyes que dirigen a sus compañías pidiéndoles que compartan información de seguridad a su servicio de inteligencia, inclusive los que están fuera de China. Así que el socio si se siente cómodo con esto, debe tomarlo en cuenta. También tenemos que ver que no solamente se consideran los costos que tiene que hacer uno inicialmente, sino cuál va a ser la estrategia a largo plazo de esos riesgos. Los chinos utilizan esos medios de comunicación y ese acceso a la información de una manera distinta a la nuestra. Ellos tienen un control de su pueblo y todos saben que es bastante dramático. Estas son algunas de las consideraciones que tiene que tomar en cuenta el socio que quiere establecer una red de 5G con Huawei.
-Quiero hablar sobre dos casos específicos. ¿Pueden las relaciones especiales entre EEUU, Colombia y México superar la tormenta de Huawei? La compañía china controla el 25% del mercado colombiano, y en el sur de México su presencia es absoluta.
Primero, las relaciones que tenemos con México y con Colombia son bastante fuertes, sobre todo, en el área de defensa. Les explicamos a nuestros socios cuáles son los riesgos, que hay que tener cuidado y las repercusiones en sus sistemas. Tenemos que tomar en cuenta que la relación, por ejemplo, con Colombia, que es uno de nuestros socios más cercanos, llega al rango de socio global de la OTAN, y solo hay uno en Latinoamérica que tiene esa determinación. Obviamente los chinos quieren entrar en esto, pero el propio país tiene que hacer su evaluación de riesgo.
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@franchuterias
Este reporte es de DIARIO LAS AMÉRICAS en alianza con el proyecto de periodismo ITEMP (Investigación de Temas Periodísticos)