lunes 10  de  febrero 2025
ANÁLISIS

Si el derecho de expresión no se ejerce, se pierde

MIAMI.- Tragedias como la de París deben inspirar el diálogo entre culturas, ideologías y personas.

MIAMI.- Por Ricardo J. Rodriguez Vacas, Esq.*

Especial

El ataque contra la revista de sátira francesa en París donde extremistas religiosos asesinaron a 12 inocentes por el contenido de sus publicaciones ha llevado a reflexionar sobre el encuentro de civilizaciones y sus valores, principalmente sobre la libertad de expresión.

En un mundo cada vez  más conectado, es imposible evitar cruces violentos de culturas e ideologías y sus consecuencias. Por eso es crucial lidiar con esos encuentros con prudencia y evitar la trampa de la vagancia intelectual, que ofrece categorizar estos problemas en una manera simple de dos bandos, como por ejemplo, el occidente contra oriente,  EEUU y Europa contra los países dominados por el fundamentalismo religioso, o las “democracias” contra las “tiranías”.

La cultura de libertad de cada sociedad y cómo la manifiesta varía en este mundo y es multidimensional. Lo común es que la libertad de expresión está a prueba en cada país. 

Aunque la mayoría de los medios son industrias privadas que legalmente tienen la última decisión en lo que publican, sus actos y decisiones reflejan los principios de la sociedad donde están.

De los países “autoritarios” como Cuba o China no se espera un fórum de libertad de expresión ya que no está en su tradición ni aplicación, pero para los países que sí tienen una cultura de libre expresión es crucial cuidar este derecho.

EEUU ha tenido una tradición estable de respetar este valor aunque últimamente hay mucho debate sobre asaltos a la libertad de expresión, resultado de la “guerra contra el terror” que siguió después del ataque del S/11. La respuesta a estos retos lleva a un peligro del que hablaba Friedrich Nietzsche: “Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo”.

Respetar las libertades

El extremismo religioso lleva al mismo resultado que el autoritarismo secular. Ambos debilitan o eliminan la libertad de expresión. Naciones que “valoran” esta libertad intentan  definir ese espacio sagrado con cuidado pero a veces lo violan con restricciones o políticas reaccionarias basadas más en la emoción que en la lógica. Uno de los fundadores de la patria americana, Benjamín Franklin, dijo: “Aquellos que sacrifican la libertad para obtener seguridad, no merecen ni la libertad ni la seguridad”.

Casos de  libertad de expresión están más presentes en las cortes americanas y el debate en la sociedad y entre los que gobiernan se intensifica. EEUU y aquellos países que se autodesignan líderes y modelos democráticos deben ser analizados profundamente bajo una lupa de mayor crítica. Parte de la esencia de estas sociedades son sus libertades y respetarlas es lo que las diferencia de otras sociedades que oprimen sus pueblos y silencian la voces.  La tragedia de los mártires debe servir para inspirar el dialogo y la apertura entre culturas, ideologías, y personas.  El francés Voltaire entendió este concepto cuando dijo: “No estoy en lo absoluto de acuerdo con tus ideas, pero daría mi vida por tu derecho a defenderlas”.

Analizando casos como los de Edward Snowden, Wikileaks, en el abuso y presión de la CIA contra periodistas se puede ver el daño contra la libertad de expresión. Europa también tiene  restricciones de expresiones controversiales, entre muchas, el prohibir publicaciones o discursos públicos que duden de la veracidad del holocausto. Normalmente las restricciones aceptadas universalmente y de menos controversia son aquellas que prohíben discursos o publicaciones que causen o inciten a la violencia. En general estos controles no son de máximo riesgo a la libertad de expresión, la amenaza mayor viene de la expansión de los controles, la censurara, y la criminalización de las ideas.

La libertad de expresión existe para proteger aquel discurso que es controversial, ofensivo, de mal gusto, y “fuera de lugar”. Por ejemplo, en EEUU se permite quemar la bandera nacional. Algunos han tratado de criminalizar este acto pero las cortes han dictado que este acto es protegido bajo la Constitución.

Es importante defender y ejercer el derecho de expresión, ya que un derecho que no se ejerce, se pierde.

Para aquellos que ejerzan su derecho de expresión siempre habrá un riesgo. Los que han pagado con sus vidas dan testimonio a los principios de la libertad. Cada pueblo decidirá su destino. Los que vivimos en EEUU debemos recordar que la estatua de la libertad es mucho más que un monumento, es el mayor símbolo y valor elegido por nuestro pueblo.

  

*Abogado de Miami

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