domingo 24  de  marzo 2024
Gobierno de Trump

Trump toma la iniciativa con su reforma fiscal

Con el recorte que él denomina "el más grande de la historia" del país, el Presidente puede estar forjando una victoria legislativa que le asegure su reelección
Diario las Américas | EMILIO J. SÁNCHEZ
Por EMILIO J. SÁNCHEZ

MIAMI.- Los conservadores lo aplaudieron como un audaz plan para estimular el crecimiento económico; los demócratas lo impugnaron, al considerar que solo beneficiará a los ricos. Académicos y analistas mostraron sus dudas por un plan que, advirtieron, podría costar más de 2 billones de dólares durante una década.

Las expectativas han sido enormes, y el entusiasmo de los partidarios de Trump (e incluso de quienes no lo son tanto) considerable. El diario El País, de España, dijo que se trataba de “píldoras de alegría inmediata para millones de ciudadanos”.

En verdad, esa sustancia ya escaseaba, sobre todo luego del fracaso reiterado de los republicanos para desbancar el Obamacare. Trum retoma así una de sus banderas (acaso la más promisoria) de su campaña, convertida ahora en eje central de su gobierno.

Ante todo, ¿de verdad es la mayor reducción de impuestos de la historia de Estados Unidos? En absoluto: la reforma tributaria de Ronald Reagan en 1981 bajó los impuestos cerca de un 2,5% anual; la de George W. Bush en 2001, 1,5%; y la de Bill Clinton en 1997, 0,6%. Así que, de aprobarse, la de Donald Trump se quedará en alrededor de 1,1%.

No obstante, no deja de ser un recorte notable; aunque esa no es la única ventaja que, a los ojos del Presidente, tiene su propuesta. Según Trump, esta busca la creación de empleos (millones), el crecimiento económico (hasta el 3%), el apoyo a las familias de bajo y medio nivel de ingresos (la clase media) y la simplificación del Código Fiscal.

Insistió en que este sería un “código simple, justo y fácil de entender”, porque había llegado el momento de que los ciudadanos no tuvieran que contratar un contador (y algunos son caros…) para elaborar su declaración anual. Un código, por cierto, que se asemejaría al de otras naciones industrializadas como Francia y Japón.

Veamos, en esencia, los puntos más importantes de este borrador de plan cuyo contenido aún debe ampliarse y precisarse antes de que el Congreso finalmente lo apruebe:

  • Las empresas reducirían sus impuestos del 35 al 20%. (¡Sin duda, un estímulo gigantesco!)
  • Los impuestos de las personas físicas (Usted, yo, aquél) se dividirían en 3 “niveles” (hoy existen siete): 10, 25 y 35 por ciento. (¡A ver dónde caemos!).
  • Se duplicaría la deducción a los individuos: $12, 000 a solteros y $24,000 a parejas casadas. (¡buenísimo!)
  • Las familias con hijos recibirían un incremento del crédito fiscal por estos. Aquellas con dependientes adicionales, por ejemplo, los padres, tendrían un nuevo crédito. Además, en caso de fallecimiento, eliminaría tanto el impuesto por muerte como el castigo fiscal para los herederos. (¡Qué alivio!).
  • Las empresas no tendrían que pagar impuestos por sus ganancias en el extranjero, lo que incentivaría su repatriación. (más inversiones)
  • Derogaría el impuesto a las herencias. (ah, qué pena, no estoy en ese caso)

Magnífico; todo esto está muy bien. Pero, ¿quién pagará por estas enormes erogaciones? ¿No se afectarían los programas sociales? ¿Aumentará el déficit fiscal, ya de por sí grande?

Algunos analistas independientes estiman que, de ser aprobados los cambios propuestos, podrían provocar la friolera de 4 trillones de dólares más en el déficit durante la próxima década. El tanque pensante Tax Foundation lo eleva incluso hasta 5 billones en 10 años.

No obstante, otros estudiosos, acaso más optimistas, esperan que, al reducirse la tasa impositiva corporativa en 20 puntos porcentuales, la economía se reactivará y los empleos se multiplicarían. Siguiendo este silogismo panglosiano, ello repercutiría positivamente en la balanza fiscal.

¿Y si no sale como planea Trump? Al Congreso tocará conciliar el sueño y el entusiasmo con las realidades. De modo que la reforma que será aprobada no necesariamente tiene que parecerse a lo que el primero concibió.

Por lo pronto, las tres cuartillas del esbozo de reforma ya tienen una legión de enemigos.

“Esto no es una reforma fiscal. Es un regalo a los más ricos pagado por la clase media”, dijo Nancy Pelosy, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes. Por su parte, el senador Bernie Sanders consideró “moralmente repugnante” la propuesta. También el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, denunció que el plan republicano supondría un “alivio fiscal para los más ricos”.

Entrevista al economista Jorge Salazar-Carrillo

DIARIO LAS AMÉRICAS conversó con el Dr. Jorge Salazar-Carrillo, profesor del Departamento de Economía de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), acerca de la propuesta de una reforma tributaria.

Algunos han tildado de “mucho ruido y pocas nueces” el anuncio que hizo el Presidente.

“Yo diría que es todo lo contrario: ‘poco ruido y muchas nueces’, porque constituye una enorme rebaja de impuestos”, sostiene el profesor. “La veo muy positiva. Existen antecedentes en la reforma propuesta por John F. Kennedy, en 1963, y la de Ronald Reagan de 1981, que dieron lugar a un crecimiento extraordinario de la economía. En el caso de la reforma de Reagan, no hay nada comparable, al menos, desde que existen estadísticas, o sea, desde los años 30. Así que ya se demostró que esas palancas funcionan”, indica. “De hecho, la bolsa de valores ha tenido una tendencia al alza desde que Trump asumió el cargo y eso proseguirá en lo adelante.

Hay analistas que aplauden el recorte de los impuestos, pero se preguntan cómo se va a suplir el dinero que ya no se recaudará…

“Con el crecimiento de la economía y las inversiones. Antes también ocurrió con los ejemplos que te cité”, indica Salazar-Carrillo.

Bueno, aquí solo hay una propuesta. Pero ¿la aprobará el Congreso?

“Desde luego que sí. Hay una gran cohesión de los republicanos respecto de la reforma; y hasta algunos demócratas la apoyan. Así que se aprobará sin problemas”, afirma convencido. “El Partido Demócrata la ve con malos ojos, pues será un gran triunfo para Trump. Y eso le asegurará la reelección”, concluye.

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