Antes de entrevistar a Juan Manuel Cao hay que tener un dato en cuenta: es un periodista suficientemente popular y con las credenciales bien ganadas. De ahí que a su sagaz mirada no se le escape detalle y logre pasar de lo diáfano a lo oscuro con una facilidad envidiable.
Me acerqué a él por la publicación de su nuevo libro El impertinente. Una recopilación de crónicas que define como “un canto a la libertad de expresión” y que ha decidido presentar “a lo gonzo”, un estilo que el neoperiodismo norteamericano puso de moda: “Contiene hechos reales ya que el periodismo puro está presente, pero está escrito con la técnica de una novela”.
“Estas crónicas ni siquiera son escogidas… son las que vinieron a mi memoria. Escribí aquellas de las que tengo videos y testigos”, agrega mientras se sienta cómodamente en el sofá de su oficina.
Allí Juan Manuel, en vez de lanzar convicciones profundas y severas en política, cuestiones sociales y asuntos culturales, se entusiasma contándome impresiones y anécdotas de su visita a Chile en 1996, en la que cubrió la VI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado.
Años de investigación y reportajes especiales en una veintena de países de América y Europa es lo que nos da acceso a su bitácora periodística que se titula El impertinente. “Ese apodo se lo escuché a Fidel Castro que dijo: ‘Ahí hay un impertinente haciéndome preguntas’… Y bueno, si hacer las preguntas pertinentes me hace impertinente. Bienvenido sea el apodo”, revela sobre su libro editado por el grupo Planeta.
Dado su carácter provocador, no podía escoger un mejor nombre. Y es que famosas han sido sus formas de abordar a líderes políticos como Fidel Castro, Hugo Chávez o Evo Morales, con un estilo agudo y mordaz que divierte pero que también irrita y demuele a muchos.
¿Tienes enemigos? –le pregunto mientras me obsequia un ejemplar.
“Todo el tiempo, es una cosa horrorosa. Cuando Fidel Castro me gritó en Argentina que yo era un agente enviado por Bush, un mercenario y que lo iban a probar, fue un escándalo gigantesco que me llevó a ser portada de periódicos. Me dolió… todo eso afecta. Como dice mi madre: los comunistas te fusilan con balas o te fusilan con fango. Las campañas de desprestigio moral en mi contra y los chantajes son permanentes”, responde.
Consagrado presentador del noticiero América Noticias, conductor del programa de opiniones El Espejo en América TeVé y ganador de tres premios Emmy, Juan Manuel Cao -sin entrar en consideraciones metafísicas ni filosóficas- redefine el concepto del éxito: “No pienses que es una frase hecha, pero yo no me siento exitoso. Toda mi vida he buscado algo que no se consigue, que es la democracia y la plena libertad de expresión para ejercer el periodismo en mi país. Desde ese punto de vista me siento un fracasado porque eso no se ha alcanzado. Este libro [El impertinente] tendría sentido si yo pudiese ir a Cuba y presentarlo”.
Juan Manuel Cao me concede una pieza de guitarra durante la entrevista y proyecta una sensibilidad que pocas veces muestra en pantalla, esa dualidad es su verdadero polo de atracción y lo que acaso determina su magnetismo.
En su oficina se encierra a componer e interpretar. Esa es su manera de abstraerse de las noticias y el mundo hostil del que le toca informar diariamente. Allí también defiende íntima y públicamente lo que cree.
“Esta carrera es muy dura”, me dice. Y a mí sólo me queda asentir.
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