Mientras Nicolás Maduro deporta a colombianos sin piedad bajo argumentos sin fondo ni peso, el drama de la frontera no se detiene. Los abusos cometidos por la guardia fronteriza de Venezuela a los colombianos y venezolanos que viven en la frontera no tienen límite. Según algunos refugiados, la guardia venezolana ha llegado a extremos de violar mujeres indefensas y detenido a un sin número de colombianos sin ninguna orden judicial. La izquierda radical ha salido en defensa del fascista al decir que Maduro solo protege su país de paramilitares colombianos, sin embargo, yo me pregunto: ¿cuáles? Desde las denuncias de que existen grupos paramilitares no se ha visto ni una sola prueba válida que sustente que en realidad existen grupos de terror que buscan desestabilizar el vecino gobierno. No existen y tampoco existirán. Maduro ha creado un demonio que no existe, y más bien busca ocultar la seria situación de su país creada por él mismo y sus secuaces.
Nicolás Maduro y su socialismo del siglo 21 han llevado a un país como Venezuela a una destrucción sin precedentes. Venezuela no tiene productos básicos para su población no precisamente por una guerra económica, ni por un complot desde Washington. No, la crisis del vecino país se ha creado por el uso equivocado de los recursos públicos, por la corrupción, el manejo equivocado de los contratos públicos, por el despilfarro de los recursos no renovables y por la constante destrucción de los poderes públicos. En Venezuela no existen divisiones del poder público, no hay instituciones judiciales que funcionen de verdad, la policía es inexistente y la población se encuentra en total indefensión ante el poder criminal de las clases resentidas que apoyadas en el discurso fascista del gobierno han asesinado a muchas personas de bien cuyo único pecado fue nacer en medio de ciertos privilegios, o peor, simplemente por tener un celular de gama alta y sus vidas han sido terminadas solo por hurtarles sus pertenencias. ¿Acaso todo lo que acabo de mencionar es culpa de Colombia también? Lo dudo…
Actualmente Venezuela es garante del proceso de paz en Colombia y sin duda Juan Manuel Santos debería considerar retirar a este país como garante debido a lo sucedido con los colombianos en la frontera. Eso no es hacer paz, eso es hacer la guerra y destruir vidas inocentes sin necesidad. Con estos actos Maduro y su corte pasaron a ser miembros del siniestro club de Hitler, Mussolini y Pinochet quienes eran fascistas y cuyos actos destruyeron vidas enteras sin mencionar el menoscabo a la dignidad humana. Lo visto en la frontera es precisamente eso; una violación a los derechos humanos y la dignidad humana. A Maduro le faltó fue crear campos de concentración para matar a colombianos tal y cual lo hizo Hitler para matar a los judíos. Lo único cierto es que Maduro cada día sigue justificando su caída y salida del gobierno sea por la vía electoral o por las vías de hecho.
Lo lamentable es que en Venezuela no hay una oposición que sea válida o que realmente funcione ya que muchos de sus miembros han sido intimidados por el Gobierno o en el peor de los casos han sido comprados con dádivas y la posibilidad de mantener sus negocios e inversiones a cambio de no atacar al régimen de frente. Es realmente triste como ciertos personajes que dicen ser líderes de la oposición han mostrado un silencio cómplice frente a lo que sucede en Venezuela pero también con la reciente crisis. Un ejemplo de esto es Enrique Capriles quien deja mucho que desear como líder de la oposición.
Lo único cierto es que Venezuela está en un camino hacia un desenlace siniestro. Maduro y sus tácticas fascistas han puesto en evidencia de lo que es capaz este régimen con tal de quedarse con el poder que cada día que pasa se le sale más de las manos. La pregunta es: ¿hasta cuándo los venezolanos seguirán pensando que la vía electoral es el camino para salvar a Venezuela? O será que ¿Acaso les pasará lo de los cubanos que no fueron capaces de tomar las armas efectivamente y le entregaron el país a un grupo de tiranos? Ya veremos qué pasa, pero lo único cierto es que mientras algunos líderes están muy cómodos en Miami, el país vecino se hunde sin que nadie, ni siquiera sus propios ciudadanos hagan nada por salvarlo.