Ha sido un día histórico para todos los cubanos, para los que viven en la isla y para aquellos que residen en cualquier país del mundo. El presidente Obama aseguró que es hora de “enterrar uno de los últimos remanentes de la Guerra Fría” y la enemistad que por más de medio siglo ha separado a dos naciones y sus pueblos.
Según lo expresado por Obama, corresponde a los cubanos, en especial a los jóvenes, construir el futuro que desean para su país. Es la hora de “compartir valores comunes” sin ignorar las diferencias reales entre una sociedad democrática como la estadounidense y el socialismo que pervive en Cuba al estilo de los Castro.
El presidente de Estados Unidos dijo en Cuba que la mayor prueba de que los cubanos “se la inventan en el aire” es Miami donde una comunidad de exiliados logró posicionar a dos de sus descendientes en la contienda presidencial este año. También se refirió a los cuentapropistas que hoy ofrecen sus servicios en la isla y a los autos viejos que vio rodando en La Habana.
Obama, en su política de tender puentes entre los cubanos que se encuentran de uno y otro lado, invitó al gobernante Raúl Castro a dejar que el pueblo desarrolle su potencial al máximo. “Si el embargo se levantara mañana” los cubanos todavía no podrían ser empleados directamente por compañías estadounidenses ni tampoco exportar o importar por su cuenta. El embargo interno también debe levantarse.
El mensaje de Obama fue directo: los cubanos deben tener internet para que puedan conectarse con el resto del mundo y con uno de los grandes motores del conocimiento de la historia humana.
Tampoco los Estados Unidos pueden “imponer ningún cambio”. No tiene ni la intención ni la capacidad de hacerlo si primero no la desean los cubanos y hacen por ello.
En cuanto a los derechos humanos, la mejor prueba de Obama no estuvo en su discurso sino en la determinación de reunirse con un grupo de disidentes y escucharlos a pesar de los continuos arrestos de que fueron objeto por estos días. El llamado de Obama fue a crear el futuro de una Cuba en democracia aunque las democracias no sean perfectas.
El presidente abogó por crearles más oportunidades a descendientes de afroamericanos, por una reconciliación para que más jóvenes no tengan que escapar de la tierra que los vio nacer.
Sin dudas, sus palabras y sus acciones han significado un cambio. En más de 50 años ningún otro político había tenido la valentía de juntar con su mensaje de paz, a pesar de las diferencias y de que Cuba aun no sea democrática.