lunes 4  de  noviembre 2024
COLOMBIA

El mes de la paz

Lo único cierto es que nada bueno puede traer un acuerdo en donde hay impunidad, y se silencia a los medios

Diario las Américas | CRISTHIAN MANCERA MEJÍA
Por CRISTHIAN MANCERA MEJÍA

Todos en Colombia ven este mes de marzo como el mes en donde por fin habrá un acuerdo firmado entre gobierno y Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Lo que resulta irónico es ver como el gobierno de Santos habla de paz por un lado y por el otro no solo persigue a la oposición con la más feroz estrategia, sino que también no hace la paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Es claro que en marzo se espera que haya un acuerdo firmado entre FARC y gobierno pero lo que no está claro es si realmente esa paz será la reconciliación que todos los colombianos esperamos. Durante todo el proceso de paz es claro que se ha visto como las FARC han prácticamente gobernado mientras Santos se ha dedicado a venderle al mundo que el acuerdo si es bueno para Colombia, y para toda la comunidad inversionista que ve en Colombia un país clave para el comercio, pero sin guerrilla. Lamentablemente, ese país perfecto es tan imaginario que solo puede ser posible en los sueños de un gobernante mentiroso, manipulador de la información y que silencia a aquellos que opinan en su contra.

Ejemplos de cómo Santos silencia a la prensa hay muchos, no solo lo hace con contratos del estado sino que lo hace presionando para que periodistas que se salen de la línea esperada por palacio, sean despedidos de sus puestos. Lo cierto es que la prensa ya está prácticamente comprada, y se evita que denuncie como lo debe hacer las anomalías del proceso de paz y los riesgos que implicarán firmar un acuerdo con las FARC sin que esté presente el ELN. Es una total burla al país y de lo cual muchos se van arrepentir, ya que no se puede hablar de paz sin que esté el ELN. La ecuación matemática es tan sencilla que ya puedo imaginar lo que pasará en unos años con otro gobierno que seguro legalizará al ELN y montará otro show para brindarle todos los beneficios que este gobierno le ha dado a las FARC. Cualquiera en el lugar del ELN esperaría a que se firme el acuerdo entre gobierno y FARC para iniciar una escalada terrorista y después presionar al gobierno a que lo entregue todo con tal de que este grupo se desmovilice.

Todos estos grupos siguen el libreto instaurado desde hace mucho tiempo por gobiernos como el de Belisario Betancourt y César Gaviria de darlo todo sin recibir nada a cambio, debido a que delincuentes rinden el país con la ayuda de gobernantes débiles que prefieren entregar al estado que enfrentar y someter a estos criminales ante la justicia. Se vio con Pablo Escobar, el M-19 y otros grupos al margen de la ley que someten a la población mientras los gobernantes son cómplices de su actuar al permitir que negociaciones de paz se conviertan más bien en la rendición del pueblo colombiano ante estos sujetos indeseables. Es claro que la guerrilla no lucha por el pueblo, sin embargo este gobierno le ha dado todo para que firme un acuerdo que lo único que hace es brindar beneficios a quienes rompen la ley, pero ningún beneficio al pueblo que financia el acuerdo y que tendrá que sufragar el costo del post-conflicto ya que los criminales, según ellos, son unos pobres angelitos sin recursos económicos. Sin embargo, trafican con droga en un negocio que les arroja casi 600 millones de dólares al año, pero para reparar a las víctimas no tienen un solo peso. Irónico, ¿no?

Finalmente, ya veremos que trae el acuerdo, pero lo único cierto es que nada bueno puede traer un acuerdo en donde hay impunidad, se silencia a los medios, y peor aún, en donde no se incluye al ELN que sin duda seguirá las riendas del negocio de las FARC. Un acuerdo como este es una gran burla al país y una apología al delito. ¡No más Santos y sus acuerdos mentirosos!

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