domingo 19  de  enero 2025
DESDE WASHINGTON

Evitemos que tiranos como Castro y Maduro manipulen el sistema judicial

La administración de Obama y las naciones responsables del Hemisferio deben unirse para garantizar que estas acciones antidemocráticas y destructivas no queden impunes

Diario las Américas | ILEANA ROS-LEHTINEN
Por ILEANA ROS-LEHTINEN

Estos últimos días se han llenado con opresores de América Latina tratando de justificar su conducta ilegal. Ya sea a través de la defensa de la espía convicta Ana Belén Montes o la anulación de la Ley de Amnistía en Venezuela, ni los reprimidos por Castro en Cuba, ni Venezuela oprimida por Maduro, han visto ningún progreso a la triste situación de sus derechos humanos.

En un concierto en España, el apologista del régimen Silvio Rodríguez abogó en favor de la orden para la liberación de la espía convicta Ana Belén Montes, quien actualmente cumple una condena de 25 años en una penitenciaría de Estados Unidos, en Texas. Rodríguez dijo que Montes haría saber a sus controladores castristas cuándo los Estados Unidos iban a herir a Cuba, en risible falsedad. En cambio, Montes hizo todo lo que pudo para lastimar a nuestra nación cuando se desempeñó como analista de alto rango en la Agencia de Inteligencia de Defensa. Montes cometió traición para impulsar su agenda ideológica e hizo grave daño a nuestra seguridad nacional al compartir información confidencial con el régimen de Castro. Con gran acierto, personal policial de Estados Unidos arrestó rápidamente a Montes inmediatamente después del 11 de septiembre de 2001, para evitar que siguiera dañando la seguridad de nuestra nación.

En Venezuela, el autoritario tirano Nicolás Maduro esta semana está nuevamente tratando de manipular las palancas del gobierno. Su Corte Suprema llena de infiltrados maduristas, hizo su propuesta para declarar inconstitucional la Ley de Amnistía. Maduro está manipulando el sistema judicial para anular la voluntad del pueblo venezolano. Este es el mismo sistema judicial corrupto que llevó a cabo la conveniencia de Maduro al condenar a muchos inocentes activistas políticos, como Leopoldo López, a la cárcel en primer lugar y ahora, Maduro está manejando una vez más este cuerpo corrupto para hacer caso omiso del estado de derecho y la voz del pueblo, al anular las acciones de la Asamblea Nacional de Venezuela.

La administración de Obama y las naciones responsables del Hemisferio deben unirse para garantizar que estas acciones antidemocráticas y destructivas de Maduro no queden impunes. Urjo a la Casa Blanca sancionar a los individuos de la Corte Suprema y del sistema judicial que ayudaron a realizar este aborto de la justicia y violación de los derechos humanos. Tampoco hay que inclinarse ante ningún tipo de presión para liberar a un espía convicto que perjudicó los intereses de nuestra nación. Sólo cuando defendemos el estado de derecho en Estados Unidos y en el extranjero podemos ser fieles a nuestros valores.

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