Sergio Otálora
[email protected]
@sergiootalora
No sólo hay disputas constitucionales entre el Estado y algunos municipios, sino, además, saltan a la vista gastos millonarios públicos innecesarios
Sergio Otálora
[email protected]
@sergiootalora
Retomar su cargo le llevó al hoy alcalde en funciones de Miami Lakes, Michael Pizzi, cerca de ocho meses de un costosísimo litigio que pagarán los contribuyentes. Si se hubiera seguido y respetado la constitución de la Florida –dicen algunos especialistas- Pizzi habría regresado a su puesto de máxima autoridad de la ciudad en un lapso no mayor de dos días. Y sin ningún costo para el erario público.
En la ciudad de Sweetwater el alcalde provisional, José M. Díaz, se presentó como candidato a la alcaldía sin tener en cuenta que, como lo dice la constitución del estado, ha debido renunciar a su cargo previo de comisionado. Pero no lo hizo bajo el argumento de que la carta constitutiva de la ciudad estaba de su parte. Una juez, en cuestión de días, le dio la razón al demandante, Orlando López, y después una corte de apelaciones, también en un tiempo muy corto, falló en contra del alcalde.
En los dos ejemplos anteriores, los jueces o la Corte Suprema de la Florida determinaron que la constitución del Estado prevalecía sobre las cartas constitutivas locales. Eso, a simple vista, suena casi de sentido común, pero entonces por qué tan a menudo funcionarios de elección popular, locales o estatales, quieren torcer la ley y ponerla a su favor a sabiendas de que es muy probable que sean derrotados en las cortes y, además, sus litigios vayan en detrimento de las finanzas públicas.
El abogado Benedict Kuehne, quien defendió a Michael Pizzi, y es uno de los criminalistas más respetados del país, (también representó a Al Gore en su pelea durante la batalla legal que generó las reñidísimas elecciones presidenciales del año 2000) cree que a veces la constitución de Estados Unidos, o la de los estados –en este caso la de la Florida- está en peligro: “Las cortes han tenido que decir que la carta constitutiva local está en un lado y la constitución en el otro, que es la que controla. Sucede que las constituciones municipales o condales tratan de hacer algo distinto que viola la ley federal.”
Pero el abogado especializado en asuntos electorales y excongresista estatal, Juan Carlos Planas, (quien ha representado al alcalde de Sweetwater en la demanda interpuesta por el candidato Orlando López contra las aspiraciones electorales del edil en ejercicio) tiene una opinión diferente en relación con las últimas decisiones de las cortes.
No estuvo de acuerdo con el fallo dado por la Corte Suprema en el caso de Pizzi porque, según Planas, al ganar las elecciones Wayne Slaton (el alcalde que debió dejar su cargo por orden de la Corte) los derechos de Pizzi fueron reemplazados por los derechos de los votantes. “La Corte dijo que Miami Lakes no ha debido hacer una elección, pero cuando los votantes toman una decisión, ésta debe prevalecer”.
Jugando con el dinero ajeno
Una primera lectura que podría darse del aparente conflicto entre las cartas constitutivas locales y los estatutos de la Florida, es que los políticos estarían jugando con las leyes a expensas de los contribuyentes.
Según Kuehne, el caso Pizzi es un buen ejemplo que ilustra cómo una batalla legal puede estar inspirada en motivaciones políticas.
Cuando el hoy alcalde de Miami Lakes se postuló para la reelección, Slaton (su oponente) sufrió una aplastante derrota por parte de Pizzi, quien obtuvo el 70% de los votos. “Uno se puede imaginar que si las personas no son fuertes o seguras de sí mismas, podrían sentir que fueron humilladas. Y estoy seguro de que todo esto se convirtió en algo político. Slaton había sido el primer alcalde de Miami Lakes y, en compañía de Pizzi y de otros ciudadanos, escribió la carta constitutiva del municipio”, recordó Kuehne.
Al presentarse en una elección especial y con Pizzi suspendido, ganó con una reducida votación, según recuento del abogado defensor del hoy alcalde. “Pero después alegó, basado en su propia interpretación de la constitución local, que la pequeña cantidad de votos que sacó estaba por encima de todos los demás sufragios que obtuvo Pizzi en la elección normal”, acotó Kuehne, quien se preguntó si Slaton hubiera peleado ese caso en la corte de circuito y de apelaciones de haber tenido que pagar de su propio bolsillo todos los costos legales del litigio.
Aún el equipo defensor no sabe cuánto le cobrará a Miami Lakes por la defensa de Michael Pizzi, (puede ser una cifra bastante abultada) para Kuehne es claro que ese gasto en el que incurrió el municipio no habría sido necesario si “la ciudad hubiera hecho lo que todo el mundo sabía que debía hacer”.
Para verlo de una manera más general, los funcionarios electos utilizan más los recursos de los demás que los de su propio bolsillo para sus ambiciones electorales. “Y después, para ejercer el poder, usan el dinero de los contribuyentes”, aclara Kuehne.
¿Hay solución?
Ejemplos como el de Miami Lakes o el de Sweetwater no serán ni los primeros ni los últimos que ilustren el choque entre las constituciones locales y estatales.
Los estatutos municipales no se han escrito a partir de cero, sino que obedecen a una matriz utilizada en varias ciudades. “Pero hay funcionarios con intereses políticos que toman la constitución local -que debiera ser clara- y tratan de que diga otra cosa que entra en conflicto con la ley y con el sentido común”, afirma Kuehne, quien, por otra parte, ve como un asunto de pesos y contra pesos que sean las cortes, al final, las que sean el muro de contención de esos intentos de violar la constitución.
Reconoce, sin embargo, que “hay una tendencia a usar mal el poder que hace que la gente desconfíe en el Gobierno. Pero éste será confiable solo si tenemos gente que respete y siga la ley y no trate de torcerla para sus propios intereses”.
Planas ve este aparente conflicto entre constituciones de una manera muy distinta. En principio, cree que la constitución federal da poderes amplios a las constituciones estatales y, de la misma manera, éstas seden importantes funciones a los estatutos municipales y condales.
Un ejemplo de lo anterior es el tema de las elecciones. En ese aspecto, según Planas, “hay algunas leyes que van más adelante que los estatutos del estado. Y ciertas cartas constitutivas pueden tener leyes un poco más fuertes por el mismo poder que les da la constitución”.
Para este abogado y congresista estatal hay de todas maneras un terreno muy amplio que es el de las interpretaciones: “Diferentes jueces y abogados van a tener una interpretación distinta. Lo bonito aquí es que podemos estar en desacuerdo de manera pacífica”.