miércoles 20  de  marzo 2024
FLORIDA

¿De qué depende el alimento de 4.000 familias del sur de Florida?

Feeding South Florida reclama fondos para continuar alimentando al creciente número de familias necesitadas que afloran por la pandemia en el sur de la Florida
Diario las Américas | CÉSAR MENÉNDEZ
Por CÉSAR MENÉNDEZ

MIAMI.- Feeding South Florida (FSF) es un banco de alimentos que diariamente reparte comida a 4.000 familias necesitadas del sur de Florida, como resultado de triplicar sus esfuerzos desde que comenzó la crisis del coronavirus. Es por ello que su presidente, Paco Vélez, reclama más fondos para continuar la labor de la organización caritativa, que lleva 40 años asistiendo a personas menesterosas a través de centros ubicados en Palm Beach, Broward, Miami-Dade y Monroe. Condados muy golpeados por la pandemia del COVID-19.

“De repente se ha incrementado el número de la gente necesitada. Muchos de quienes solicitan alimentos han perdido recientemente su empleo y tienen hijos que no están yendo a la escuela por la pandemia”, explicó Vélez.

Según el directivo, solo en el año 2019 el banco alimentario repartió 61 millones de libras de alimentos y en 2020 tenía planificado distribuir unas 80 millones libras. Pero, “todo hace indicar que dichas cifras se quedarán pequeñas”.

En tiempos de coronavirus

“Esos cálculos se hicieron cuando asistíamos a 706.000 personas al año, una cifra que vamos a triplicar. Hoy día, solo en el parqueo de nuestra sede, atendemos a más de 700 familias diariamente”, especificó el presidente de la institución caritativa que también envía alimentos a 300 instituciones (iglesias y organizaciones que reparten comida sin ánimo de lucro), ubicadas en los diferentes condados del sur de la Florida.

Vélez se mostró muy preocupado por la tendencia que observa en los centros de distribución. “Tenemos una amplia experiencia en trabajar con personas de pocos recursos. Pero lo que es verdaderamente preocupante es ver que familias enteras han perdido su empleo. Trabajaban en hoteles, restaurantes, en la industria de turismo, y todos han sido enviados a sus casas. Uno puede prescindir de muchas cosas durante un tiempo, pero no se puede prescindir de la comida”, dijo con cierta alarma el joven director.

FSF recibe sus alimentos del departamento de emergencia, de tiendas, supermercados, de diferentes granjas y fincas agrícolas de Palm Beach, Broward y Miami-Dade. “Estos últimos sitios nos proveen productos perecederos. Gracias a ellos hemos recibido suficiente habichuelas, calabacines, calabazas y vegetales frescos”.

Pero su preocupación es que, “desde que comenzó la crisis del coronavirus, la gente está acaparando todo lo que puede en los mercados, especialmente la carne y productos envasados. Y por lo tanto en FSF no estamos recibiendo estos productos de las tiendas. Algo que para nosotros es una rareza y nos preocupa bastante”.

El trabajo del banco alimentario es crucial para muchas familias. “Este tema es más grave de lo que podamos imaginar”, señaló. “La gente que tiene recursos puede ir a una tienda y, si está vacía, se va a sentir contrariada, pero puede regresar a su casa y volver al otro día o simplemente ir a otra tienda a comprar. No sucede lo mismo con las personas que buscan nuestra ayuda. Si FSF no tiene alimentos, esa gente no come, no tienen otra alternativa, vienen aquí como última opción”, sostuvo el directivo.

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Fondos

El banco alimentario puede llevar a cabo su labor caritativa gracias a los productos y financiamiento que recibe de diferentes instituciones y personas. “Necesitamos fondos para mantener nuestras ayudas”, dijo Vélez sin ambages.

“FSF recibe alimentos perecederos de diferentes granjas y fincas. Pero, cuando se acaben sus cosechas, tendremos que comprar alimentos envasados”, vaticinó.

A Vélez le preocupa los próximos meses. “Cuando el clima se haga más templado, los agricultores que nos proveen se van a Carolina, Nueva York y Canadá. Solo regresarán a Florida en septiembre y octubre para volver a sembrar. Por ello necesitamos fondos de inmediato, para adquirir alimentos no perecederos y mantener la asistencia a toda esa gente necesitada”.

“FSF no puede quedarse sin comida. Le pedimos a la comunidad y a todos aquellos que tienen la suerte y la capacidad de ayudar que nos ayuden en estos tiempos de pandemia. Pueden donar fondos a nuestra organización. Todas la indicaciones están en nuestra página web feedingsouthflorida.org/covid19" en Internet.

Distribución

El reparto de alimentos se realiza por el método de servicio directo a automóvil o Drive-Thru. “Ponemos las bolsas directamente en el maletero del auto de la familia”.

“Usualmente la gente viene a nuestras dependencias y toman lo que necesitan, pero desde que comenzó la pandemia del coronavirus, tuvimos que cambiar el método para cumplir con el distanciamiento social y proteger a nuestros voluntarios”, explicó Vélez.

Las bolsas que repartían en los momentos de la entrevista contenían carne de res, pollo congelado, masas de cerdo, huevos, unas latas, manzanas y naranjas.

Cada centro de distribución tiene su propio horario de reparto, se puede buscar en la página web www.feedingsouthflorida.org. El centro de distribución que se encuentra en la sede de Feeding South Florida abre de lunes a sábado de 8.00am a 4.00pm.

Feeding South Florida
Paco Vélez, presidente de Feeding South Florida .

Paco Vélez, presidente de Feeding South Florida .

Testimonios

Las personas no dejaron de llegar al centro de repartición, un vehículo tras otro, y se repetía el mismo patrón. Una planilla, unas firmas, abren el maletero, los voluntarios colocan unas cuantas bolsas y vuelta a empezar.

Gloria, vecina de Miami Gardens, casada y con dos hijos, declaró a DIARIO LAS AMÉRICAS: “Me enteré de este centro hace poco por una vecina. Como todos estamos sin trabajo a raíz de la pandemia, nos estamos ayudando. Esta comida nos hace mucha falta”.

“Yo comparto casa con una amiga y ella me dijo que encontró este servicio público por Internet”, señaló.

Así fue como Margery supo de Feeding South Florida. “Yo vine ayer y hoy he vuelto a acompañar a mi hija, que tampoco tiene trabajo. Lo que están haciendo estas personas es muy grande”, sostuvo Margery.

“Hay mucha gente necesitada”, dijo Katiuska, que es cubana, madre de dos niños y vive en Miramar, al noroeste de Miami. “Muchos se han quedado sin trabajo y a otros no nos dan las horas suficientes por lo que está pasando. “Gracias a esta ayuda podemos poner un plato de comida en la mesa”, expresó agradecida.

Lena, que es ucraniana y vive con su madre y dos hijos, confesó que nadie en su casa trabaja. “Esta ayuda es fundamental para nosotros”, dijo con un marcado acento eslavo.

Antes de la llegada de la pandemia, seis de cada diez residentes del condado Miami-Dade tenía dificultades para vivir dignamente, según el informe United Way 2018 ALICE.

Ese estudio sostenía que eran necesarios 61.000 dólares de ingresos para que una familia, de cuatro miembros, cubriera sus necesidades básicas. Sin embargo, el ingreso promedio de esos hogares era de 45.935 dólares, o sea el 19 % de los residentes del condado más poblado de la Florida vivía en la pobreza, acorde al estándar de vida estadounidense.

Dicho informe concluía: “muchas familias viven justo de cheque en cheque y, a menudo, una factura inesperada, una enfermedad o un desastre natural les puede hacer caer en la pobreza”.

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