lunes 25  de  marzo 2024
FLORIDA

En Hialeah, "si llega el dinero será un alivio para seguir soportando la pandemia"

Cierre de negocios, despido de empleados, falta de clientes y acumulación de deudas reflejan fielmente la situación de pequeñas empresas de Hialeah que podrían optar por ayuda financiera de la municipalidad
Diario las Américas | CÉSAR MENÉNDEZ
Por CÉSAR MENÉNDEZ

MIAMI.- Las pequeñas empresas constituyen la columna vertebral de la economía en cualquier ciudad. Son la principal fuente de generación de empleo y, a través de su variada oferta de bienes y servicios, absorben una importante porción de la población económicamente activa.

Pero existe una estrecha relación entre el tamaño de la empresa y su capacidad de supervivencia. Una crisis económica de la magnitud originada por la pandemia del nuevo coronavirus puede ser mortal para los casi dos millones de pequeñas empresas de Florida y, por consiguiente, lanzar al desempleo a un número insospechado de personas.

Es por ello que desde la Ciudad de Hialeah se mueve ficha y se anuncia un programa de ayuda financiera para echarle una mano a la pequeña empresa con el pago de sus alquileres.

Dos millones

El programa, financiado por el Gobierno federal, está dotado de dos millones de dólares que la Ciudad de Hialeah destinará a las pequeñas empresas que lo soliciten a partir del 4 de mayo a través de la página web del ayuntamiento.

La Ciudad destinará a las empresas necesitadas 5.000 dólares o el monto de tres meses de alquiler, la cantidad que sea menor. DIARIO LAS AMERICAS, recorrió algunos negocios de Hialeah para conocer de primera mano lo que piensan los afectados por esta iniciativa.

Iris Álvarez es la propietaria de un bar restaurante que paga 2.556 dólares de alquiler. Desde que comenzó la crisis, solo puede hacer comida para llevar y sostuvo que no sabía nada sobre la ayuda financiera, “no han mandado ninguna carta, ni han dicho nada a ningún dueño”.

Antes de comenzar la crisis, Álvarez tenía ocho camareros. “Todos han sido despedidos. Esto es un restaurante bar y por la orden actual nadie puede entrar. Toda la atención es por la ventana. ¿Cómo se puede pagar a un empleado cuando no hay plata?” argumentó.

Ahora lleva el negocio con una sobrina, pero aun así solo están ingresando de 50 a 100 dólares diarios.

“Si la Ciudad le hace llegar el dinero directamente al dueño del lugar, a quien yo le debo pagar, me viene muy bien. Una preocupación menos, porque este mes no tengo plata para pagar, ya que el negocio lleva parado cinco semanas”, argumentó.

“Si nos ayudan con esos dos pagos, a nosotros nos es suficiente para seguir soportando”, dijo con cierto optimismo.

Por otra parte, Félix Díaz, propietario de un Dry Cleaner de Hialeah, sostuvo que la clientela ha bajado un 99%. “Un negocio no se puede mantener así”, reclamó.

En esta tintorería, que paga 1.500 dólares al mes de alquiler, trabajaban Félix Diaz, su mujer y un empleado. Este último ha sido despedido.

Díaz, que sí había oído hablar sobre la ayuda, no tenía claro todos los elementos del programa y desconocía cómo podía beneficiarse. Incluso no la pensaba solicitar porque pensaba que se trataba de un préstamo.

“Nosotros estamos viniendo a trabajar por venir. Realmente aquí no entra nadie. Antes trabajábamos de 7 am a 6 pm y ahora solo de 9 am a 3 pm. No hay movimiento”.

Lento, lento

Masy González desde hace 14 años es la propietaria de un taller automotriz en Hialeah que paga 3.200 dólares en alquiler. Sostiene que el coronavirus ha influido bastante en el negocio, ha bajado mucho la asistencia de los clientes. “Todo está muy lento”.

Sin embargo, González no ha despedido a ninguno de sus cuatro empleados. “Hice el compromiso de no hacerlo, pero vamos a ver hasta cuánto podemos soportar”.

Sobre la ayuda, González pensaba también que se trataba de un préstamo y no quería solicitarla porque ya estaban comprometidos con un préstamo del Gobierno federal al pequeño negocio que aún no han recibido. Y no se querían endeudar más. “Pero si es una ayuda financiera, claro que la vamos a pedir”, asintió.

“Hialeah está llena de pequeños negocios. Si no llega ayuda pronto, ¿qué va a pasar con los que vivimos aquí?, se preguntó.

Ivón Rodríguez es copropietaria de una farmacia familiar, ubicada en Palm Avenue, que paga 2.100 dólares en alquiler y lleva 20 años trabajando. Ella sí conocía el programa Save our Business.

“Aquí nos mantenemos todos los trabajadores hasta hoy”, explicó. “Hemos solicitado un préstamo para pagar a los empleados y poderlos mantener en el puesto de trabajo”, señaló.

Rodríguez cree que lo fundamental es que el dinero llegue de verdad al pequeño negocio. “Que no suceda lo mismo que con el paquete de ayuda federal que se acabó en las primeras cuatro semanas, porque los grandes negocios fueron los que se beneficiaron”.

“Se clasifica como pequeño negocio cuando tiene 500 trabajadores o menos, pero con 500 empleados no se es realmente un pequeño negocio”, reclamó.

A la pregunta de cómo le ha afectado a la farmacia el coronavirus, Rodríguez respondió: “Desde que usted está aquí conversando conmigo, ¿cuántas personas han entrado por esa puerta? No hay dinero en la calles. No hay trabajo, y eso también se refleja en nuestras cuentas”.

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