jueves 28  de  marzo 2024
SOLIDARIDAD

Enrique Flor: un periodista que enfrenta la asignación más importante de su vida

Nuestro colega y amigo enfrenta un gran reto en su vida desde el pasado 20 de enero, cuando sufrió un derrame cerebral. Presentamos un breve perfil
Por ILIANA LAVASTIDA y SERGIO OTÁLORA

MIAMI.- Cuando Enrique Flor hacía su maestría de periodismo en la Universidad de Miami, entre 2004 y 2005, tenía un tema que era una obsesión para él, porque esa era también la obsesión en su país de origen, Perú: las denuncias sobre corrupción contra Vladimiro Montesinos, el poder en la sombra del Gobierno autoritario de Alberto Fujimori.

A Kike, como lo llamamos sus amigos y colegas, le ofende, le irrita, lo estremece a fondo, la corrupción porque sabe que sus víctimas son personas de carne y hueso, como él, y por eso enfrenta las denuncias y las investigaciones como un asunto personal.

Puede pasar horas enteras frente a documentos y testimonios, descifrando los intríngulis de un hecho torcido, quiénes están detrás de ellos, cómo se puede llegar a la verdad para que las autoridades tomen cartas en el asunto.

Quienes hemos tenido el privilegio de compartir en una redacción con Kike sabemos de sus destrezas para el oficio, pero también de su lado humano, que quizás sea la clave para marcar la diferencia.

Un colega solidario, pendiente de las preocupaciones o contratiempos que puede estar enfrentando alguno de sus compañeros, así podemos describir a este soldado del oficio cuyo rasgo más palpable y espontáneo es la humildad.

Se ha convertido en el ojo avizor de nuestro colega competidor, El Nuevo Herald, medio al que ha entregado lo mejor de sus talentos de periodista de investigación. Uno de los últimos temas al que dedicó todos sus esfuerzos, en medio de horas y horas de trabajo, fue el de las empresas de administración de condominios y las irregularidades cometidas contra los propietarios.

Sus denuncias abrieron los ojos de la fiscalía estatal del condado Miami-Dade y en estos momentos hay proyectos de ley que buscan remediar una situación de gran injusticia para los dueños de casas y apartamentos.

Una dura prueba

El pasado 20 de enero Kike sufrió un derrame cerebral que le paralizó el lado izquierdo de su cuerpo.

Dos días antes lo habíamos visto en el discurso del estado del condado Miami-Dade, a cargo de su alcalde, Carlos Giménez.

Y lo volvimos a ver ya en la clínica, en medio de una lucha sin cuartel para recuperar la movilidad en manos y piernas. No ha perdido su sentido del humor, su amabilidad de siempre, la fuerza interior que lo lleva a entender que esta es la prueba más intensa de su vida, que quiere ganar para volver a lo que le apasiona.

Cada día trae su afán, su reto por superar. Su rehabilitación es una tarea física y anímica de todos los días.

Durante estas semanas Kike ha recibido muestras de cariño y solidaridad por parte de sus amigos, de sus colegas y del público que lo reconoce y admira. Y a su lado ha estado su hija Mariana, de apenas 12 años, con una fortaleza y fe increíbles en que su padre se recuperará y los dos grabarán esos divertidos videos que Kike acostumbra a subir a su página en Facebook, como una muestra de su entrega a esa niña.

El tratamiento para volver a la calle, como siempre, es largo y costoso. En estos momentos, hay una cuenta abierta en gofundme.com (http://bit.ly/2nHoLnW) con la meta de recolectar 20.000 dólares para Kike.

Porque la batalla sigue: terapias, transporte para trasladar a Kike al sitio donde se las realizan, citas médicas y la adaptación de su casa para la recuperación.

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