MIAMI. - Decenas de maestros, miembros de la junta escolar de Miami-Dade y padres se congregaron durante la noche de este jueves en una iglesia de Miami Gardens para participar de un foro sobre los nuevos estándares de Florida en relación con la enseñanza de la historia afroamericana, que han generado una intensa polémica y, al decir de no pocos, están siendo objeto de la manipulación política.
Por un lado, los nuevos protocolos en materia educativa reciben críticas porque, en opinión de personal del sector, el gobierno de Tallahassee se estaría “entrometiendo demasiado en las aulas” y, en el caso específico de la historia afroamericana, los programas de estudio estarían, según alegan, “lavando el rostro a la esclavización” a la que fueron sometidos los ancestros de estas personas.
Sin embargo, lo que prometía ser un debate donde se encontraran cara a cara la comunidad académica afroamericana y los políticos, terminó comportándose, ante la ausencia del comisionado de Educación de Florida, Manny Díaz Jr., como un encuentro catártico para solo una de las partes.
Por más de tres horas, la discusión abordó las fisuras de la esclavitud y la necesaria enseñanza de la herencia de esos hombres y mujeres que fueron forzados al abandono de su tierra y al trabajo en plantaciones de América, a la vez que sirvió para capitalizar e instrumentalizar la causa, a favor de la agenda demócrata. La ausencia del comisionado fue como arrojar leña al fuego.
"El gobernador y el comisionado son lo suficientemente audaces como para presentar estas políticas, pero no lo suficientemente audaces como para enfrentar a estas personas", dijo el senador estatal demócrata Shevrin Jones.
Un dato relevante es que el propio Jones, la senadora estatal demócrata Rosalind Osgood y el miembro de la junta escolar de Miami-Dade Steve Gallon III (Distrito 1) organizaron el foro y convocaron al ayuntamiento.
"Después de confirmar personalmente su asistencia, es profundamente decepcionante que el Comisionado Díaz ahora carezca de la voluntad y el coraje para defender los cambios curriculares de su Departamento, a los que calificó de "equivocados". En cambio -añadió-, el Comisionado y la administración de DeSantis una vez más les han dado la espalda a la ciudad negra más grande del estado", añadió.
Por la misma cuerda, Karla Hernández-Matz, presidenta del sindicato United Teacher of Dade, dijo que la ausencia del comisionado demostró exactamente lo que el Estado está haciendo. “El Estado lo está utilizando a él como un juguete. La líder sindical calificó al estado de "racista", que no le interesa lo que es la comunidad afroamericana y por eso que estamos viendo que están discriminando a través de los estándares dentro de las escuelas”, dijo en declaraciones exclusiva a DIARIO LAS AMÉRICAS.
“Hay muchas familias que están muy frustradas sobre lo que está pasando y claro está ya va a empezar el año escolar y hay muchos padres también que quieren saber cuáles son sus derechos porque ellos sí quieren que sus hijos tengan acceso a una educación que es auténtica y que es entera para que ellos puedan aprender una historia real”, apuntó.
Hernández-Matz insistió en que, lo que avalúa como "adoctrinamiento" que está sucediendo ahora es de parte del gobernador De Santis. “Nunca hemos visto cómo se ha metido la política dentro de nuestras aulas hasta este momento, con él como gobernador, cuando él elimina libros, rechaza y censura.
Aunque un portavoz del comisionado de educación de Florida dice que los estándares son profundos y completos, los críticos dicen que los estándares están suprimiendo las partes malas de la historia afroamericana y exagerando las partes buenas, señalando una actualización que requiere que los maestros hablen sobre las habilidades que los afroamericanos adquirieron mientras estaban esclavizados que podrían haber llevado a su beneficio personal.
No obstante, como se apunta en un artículo publicado por este diario bajo la firma de César Menéndez, al leer las 216 páginas de los nuevos estándares Florida´s State Academic Standards - Social Studies, 2023, lo más parecido que encontramos al origen de la indignación por las referencias a cómo enseñar la historia afroamericana fue el párrafo en el cual se lee que “la instrucción incluye cómo los esclavos desarrollaron habilidades que, en algunos casos, podrían ser aplicadas -could be applied- para su beneficio personal”.
Ello fue interpretado por detractores como Gerren Keith Gaynor de TheGrio como que el plan de estudios de historia estatal "enseñaría a los estudiantes de secundaria que los negros esclavizados se beneficiaron de la esclavitud porque aprendieron nuevas habilidades y que los estadounidenses negros cometieron violencia durante las masacres raciales", si bien, la recomendación de los nuevos estándares surge en un contexto de una hipotética clase de Historia cuyo objetivo sea examinar los diversos trabajos y oficios realizados por los esclavos (por ejemplo, agricultura, pintura, carpintería, sastrería, servicios domésticos, herrería y transporte).
Menéndez defiende en su artículo que el documento aconseja que se aborde la esclavitud de múltiples ángulos, desde el punto de vista histórico, social, económico y, también, desde el punto de vista racial, sin intentar justificarla. Tomando en cuenta los diversos contextos en que ha proliferado la esclavitud, los nuevos estándares no solo llaman a abordar el tráfico de esclavos en África -Benin, Dahomey-, sino a hablar además sobre los piratas que secuestraban europeos y los vendían como esclavos en los países musulmanes, la esclavitud en Asia, así como los Códigos Sumerios -2.000 años antes de la Era Cristiana y el Sistema de castas indio. También aborde la esclavitud entre los indígenas americanos.
Igualmente, los estándares -creados por un grupo de trabajo compuesto por 13 educadores y académicos, incluidas las nominaciones del Grupo de Trabajo de Historia Afroamericana del Comisionado- recomienda a los educadores a instruir a sus alumnos sobre las duras condiciones de las plantaciones, por ejemplo, desnutrición, condiciones climáticas, tasas de mortalidad infantil y los niños esclavos e impulsa el diálogo la influencia positiva y la contribución de los afroamericanos en la sociedad.
Aun así los estándares están siendo impugnados por parte de los demócratas. Baste decir que, además de que el evento fue organizado por prominentes figuras de esa denominación partidista, la propia vicepresidenta de la actual administración demócrata, Kamala Harris viajó a finales de julio, con urgencia, a Jacksonville, para acusar a funcionarios de Educación de Florida de pretender reemplazar la Historia con lo que califica de “mentiras”.
Así, la vicepresidenta Kamala Harris se unió a líderes de derechos civiles, educadores y funcionarios electos en Jacksonville, Florida, para condenar a los líderes republicanos sobre cómo los estudiantes aprenderán sobre la esclavitud y el racismo en Estados Unidos.
Más allá de partidos, la que debe salir airosa en todo este complejo debate, es la causa que se intenta instrumentalizar: el derecho de los niños y jóvenes a recibir una educación de calidad, que analice la Historia de manera holística, sin pretensiones de adoctrinar.