viernes 23  de  mayo 2025
FLORIDA

La educación de menores no admite tintes políticos

La ley de Florida sobre Derechos de los Padres en la Educación provocó manifestaciones frente al Congreso, estuvo presente en la ceremonia de los Oscar e incluso Disney afirmó que ayudaría para derogarla, ¿por qué toda esta polémica?
Diario las Américas | CÉSAR MENÉNDEZ
Por CÉSAR MENÉNDEZ

MIAMI. - La reciente ratificación por parte del gobernador republicano de Florida Ron DeSantis de la Ley de Derechos de los Padres en la Educación, a la que han dado en llamar Don´t say gay, movilizó en su contra a medios, la comunidad LGBTQ, estrellas de Hollywood y grandes empresas como Disney.

Con el propósito de arrojar algo de luz a esta polémica, cuyos hechos parecen estar cargados de ideología, DIARIO LAS AMÉRICAS conversó con los senadores estatales Annette Taddeo -demócrata- y Manny Díaz -republicano- para que nos compartieran sus puntos de vista acerca de la norma.

La ley

Esta noma se basa en cuatro puntos fundamentales, establece que los distritos escolares deben informar a los padres de todo lo que acontezca con su hijo en el centro educativo, ya sea problemas mentales, emocionales o de salud física, asimismo sobre cualquier ayuda que la escuela considere necesaria para el niño.

El segundo aspecto importante es que la ley prohíbe que se “impartan clases sobre orientación sexual o identidad de género, desde kindergarten hasta tercer grado de primaria, o de manera que no sea apropiada para la edad o el desarrollo de los estudiantes, en conformidad con las normas estatales”.

Más adelante establece que cualquier servicio que dispense el personal escolar debe ceñirse a las pautas establecidas por el Departamento de Educación. Por último, obliga a los centros educativos a informar a los padres, al principio de cada curso, sobre todos los servicios médicos que la escuela preste a los alumnos y solicitar el consentimiento de los progenitores para poder dispensarlos.

La polémica

Es muy difícil encontrar a alguien en desacuerdo con la idea de que es inapropiado impartir clases de educación sexual, o relacionadas con identidad de género, a niños menores de cuarto grado. Sin embargo, la senadora Taddeo sostuvo que los demócratas “demostraron en el pleno que esto no tenía nada que ver con proteger a los niños chiquitos, porque la ley de Florida no permite [que en las escuelas ocurra] nada de lo que sugiere esta ley”.

“En el pleno [de la Cámara] se preguntó cuál era la razón por la que se necesitaba esta ley. Entonces fue cuando salió a relucir que era porque [los patrocinadores] pensaban que muchos jóvenes estaban saliendo del closet y había que parar esto. Tal respuesta ratificó lo que sabíamos, que era algo anti-gay”.

Por su parte, el senador Díaz considera que “la ley beneficia a todos los padres porque, sean lo que sean [heterosexuales u homosexuales], debería importarles estar involucrados en la educación de sus hijos. Además, protege a nuestros niños de materias que no deben recibir en ciertas edades. En ninguno de sus acápites la ley discrimina a persona alguna”, subrayó.

Don’t say gay

Según Díaz, es una polémica absurda cuyo origen tiene lugar en la agenda política de la izquierda a nivel nacional. Le cambiaron el nombre [a la ley] a Don´t say gay con ese propósito. Sin embargo, la ley en ninguna de sus partes hace referencia a los gay. Los de izquierda buscan darle seguimiento a esa agenda en la que se le dice a un niño de cinco años que, si no está contento como niño, puede ser hembra. Es la misma agenda que sostiene la existencia del racismo sistémico y todas esas ideas contrarias a la base sobre la que se fundó este país”.

Al respecto, Taddeo considera que “la manera en que la ley fue escrita demostró que no solo iba dirigida a los niños, sino también al resto de estudiantes hasta que se gradúen de bachillerato. Por eso se le puso el sobrenombre de Don´t say gay. Era una manera de sentir a las personas gay, aquellas no aceptadas, no queridas y no amadas”.

“Deberíamos estar trabajando en cómo apoyar y cuidar [a los estudiantes LGBTQ]. Tenemos muchísimos de estos jóvenes que, por razones de falta de aceptación, terminan suicidándose. Existe un alto índice de suicidio entre estos jóvenes. En vez de tratar de arreglar eso, estamos haciéndolos sentir peor”, opina la aspirante demócrata a la gobernación del estado.

Mi hijo, mi derecho

El senador republicano Díaz expresó que “el trabajo de los maestros es educar a los niños, enseñarles las materias, pero no deben imponerles una perspectiva, ni una filosofía, ni una agenda. Eso es responsabilidad de los padres. Las personas reciben sus valores y sus credos en su hogar. Claramente, son afectados por sus experiencias en las escuelas, pero en un país democrático no es deber del gobierno, ni de las escuelas imponerle a un estudiante ninguna perspectiva, ni de derechas ni de izquierdas. Eso es lo que estamos tratando de proteger con esta ley”.

Sin embargo, Taddeo aboga por tener confianza en los educadores: “Cuando voy a hacerme una cirugía, yo no le digo al entrenado doctor cómo debe operar. Estoy segura de que voy a encontrar alguien con la certificación adecuada, con estudios, capaz de hacer la cirugía. Con esta ley, lo que estamos diciendo a estos maestros es que no confiamos en ellos, después de toda la formación que reciben y todos los exámenes que tiene que aprobar”.

Bandera LGBTQ

Díaz niega que el Partido Republicano haya abandonado a la comunidad LGBTQ, “Todos somos ciudadanos y residentes de este estado, sea uno LGBTQ o familia tradicional. Los derechos de las personas son individuales. Somos individuos, cada uno cree en su propia filosofía de vida. Muchas personas de la comunidad LGBTQ han dicho estar de acuerdo con la ley, comprenden que hay asuntos que no deben ser tocados a esas edades. Muchos de ellos han adoptados niños y tienen la misma opinión. La ley no es un ataque a ninguna comunidad, es una protección a las mentes de nuestra juventud”.

Según la publicación First Costa News, el pasado mes de enero unos padres del distrito escolar Clay County en Florida, demandaron al distrito después de que su hija de 12 años intentara suicidarse, al sufrir una crisis de confusión con su identidad de género. Los padres alegaron que el consejero de la escuela, a espalda de los progenitores, animó a los estudiantes a llamar a la niña con un nombre masculino, “fomentando el marco perfecto para que la niña fuera víctima de bully”.

En cualquier caso, un maestro incapaz de establecer un nexo fluido con la casa del educando habrá fallado en su empeño como educador. Si trata de solucionar por su cuenta, de espaldas al hogar, un problema de índole emocional estaría contribuyendo al desarrollo de este, al convertir lo que debería ser el entorno más seguro del niño en un lugar hostil del cual, supuestamente, debería ser rescatado. Una situación emocional límite que puede tener consecuencias terribles. La manera adecuada de intervenir en los conflictos emocionales de los menores de edad es acompañarlos a la realidad de su hogar. Actuar de otra forma, además de irresponsable, es traicionar a la institución educativa, a la familia y al propio infante.

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@menendezpryce

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