miércoles 15  de  enero 2025
DEVOCIÓN

Peruanos de Miami celebran al Señor de los Milagros

Los feligreses del sur de Florida manifiestan su devoción al Santo Cristo de Pachacamilla
Por HUGO TOBI

MIAMI.- Los feligreses católicos y miembros de la Hermandad del Señor de los Milagros de Kendall recordaron este domingo al también llamado Cristo Morado, protector de los peruanos, en la iglesia Good Shepard, localizada al suroeste del condado Miami-Dade, durante una misa celebrada por el reverendo Alejandro Flores, en la cual participó como invitado especial al cónsul del Perú en Miami, Enrique Bustamante.

Misa por el Cristo Morado

Luego de la solemne misa, la hermandad dejó humear el incienso mientras que la banda tocaba el himno nacional del Perú y los devotos revelaban una réplica del Señor de los Milagros, cuya imagen original se encuentra en Lima, Perú.

Los asistentes fueron testigos de la procesión del Señor de los Milagros, por los alrededores del templo. Mientras que otros visitantes hacen degustaciones lo mejor de la gastronomía peruana, como ceviches, anticuchos, picarones, y entre otros platillos típicos del país Inca.

La devoción al Señor de los Milagros se remonta al año 1651, cuando un esclavo de la raza negra, traído de Angola, pintó un rudimentario Jesucristo crucificado, sobre una tosca pared de adobe en la cofradía o pre-cofradía de la sede localizada a las afueras de Lima, en Pachacamilla.

En 1655 hubo un gran terremoto que afectó a Lima y Callao, inclusive en las afueras de Lima, que destruyó todo a su paso, menos el mural pintado por el esclavo angolano que no sufrió ni siquiera una rasgadura a pesar de lo endeble del material en que fue plasmado.

Años más tarde, específicamente la madrugada del 20 de octubre de 1687, otro gran terremoto sacudió Lima, según cronistas de la época durante más de 15 minutos, destruyendo todo a su paso, y horas más tarde, una réplica hacia colapsar la ermita edificada en honor al Cristo, una vez más, la pared de la imagen del humilde angolés quedó intacta para sorpresa de todos.

Fue tras este segundo hecho que se ordenó hacer una réplica en óleo de la imagen para sacarla en procesión, por las calles de Pachacamilla, como confirmación de la enorme devoción de los peruanos por la sagrada imagen del Señor de los Milagros, también conocido como el Cristo Morado.

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