MIAMI. - Empatía es ponerse en la piel de los demás para comprender sentimientos, valores y las actuaciones de otros. Es la capacidad de asimilar o aproximarse a una realidad ajena y desentrañarla desde una perspectiva diferente. Algo similar experimentamos un grupo de reporteros locales invitados por el Ayuntamiento de Hialeah, no solo para ataviarnos con la indumentaria de los bomberos, sino para experimentar lo que estos servidores públicos sienten en su labor cotidiana cuando entran en acción en una casa desconocida, envuelta en llamas, abarrotada de escombros, a oscuras, con la misión de salvar la vida de un residente de la comunidad que prometieron proteger.
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Nueva estructura para entrenar a los bomberos.
CESAR MENENDEZ DLA
Casa incendiada
“La Casa en llamas” es una nueva instalación de entrenamiento agregada al polígono de la Estación de Bomberos No. 7, 7590 W 24 Ave de Hialeah. Se terminó de construir a principios de marzo, con un costo para el contribuyente de 400.000 dólares.
En ella, los socorristas practican no solo la entrada a un incendio, también entrenan el trabajo en condiciones hostiles de una manera muy realista. La estructura la conforman cuatro contenedores de metal. En su interior se recrean distintos ambientes: habitaciones, pasillos, escaleras y sótanos. Existen techos de madera que deben romper, puertas metálicas que deben forzar, prácticamente a ciegas, envueltos en una densa nube de humo y fuego. Los bomberos acceden a la estructura de entrenamiento con su traje protector especial y tanque de oxígeno que, en su conjunto, supera las 60 libras de peso; dentro deben soportar más de 300 grados Fahrenheit.
La nueva “casa en llamas” aventaja a las anteriores existentes en el polígono de prácticas de la Estación 7, "porque puede reconfigurarse, cambiar la ubicación de las paredes y puertas. El objetivo es que quien entrene habitualmente no se aprenda el escenario donde debe operar y cada entrenamiento sea una sorpresa, como en la vida real", explicó Eric Johnson, instructor, con 25 años de experiencia y presidente del sindicato de bomberos de Hialeah.
Puertas abiertas
“Es importante participar en eventos como este para tener la oportunidad de apreciar el trabajo de los bomberos y el riguroso entrenamiento al que tienen que someterse para estar aptos para salvar vidas”, apuntó el alcalde Esteban Bovo, quien dijo estar muy contento con la inversión realizada “a fin de ayudar a formar buenos profesionales que servirán mejor a nuestra comunidad”.
La seguridad es una de las prioridades del alcalde. Hialeah dedica el 24.7 por ciento de su presupuesto al Departamento de Bomberos, es decir, unos 50.9 millones de dólares se destinan para proteger la vida de sus 230.000 residentes y los más de 80.000 inmuebles de la ciudad. Uno de los primeros movimientos de Bovo al llegar a la ciudad fue negociar las condiciones laborales con los bomberos. “Hemos visto cambios, indudablemente nuestras condiciones han mejorado, afirmó el sindicalista Johnson.
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Bomberos de Hialeah durante el entrenamiento.
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Uno de los mejores
Recientemente, Hialeah obtuvo, por 40 años consecutivos, la calificación de protección pública ISO, Clase 1, que coloca al Departamento en el privilegiado 1%, entre los mejores, de los más de 30.000 departamentos de bomberos del país.
Esta profesión requiere una gran preparación; además de apagar fuegos, ellos son los encargados de dar los primeros auxilios en los accidentes, son rescatistas, buzos, paramédicos y especialistas en materias peligrosas.
Para obtener la calificación ISO Clase 1, supervisan varios sistemas: aguas, comunicaciones, prevención y fuego. Dentro del sistema de fuego, evalúan los entrenamientos y las instalaciones que dispone el cuerpo de bomberos. “Con la nueva estructura, podemos traer a las distintas unidades muchas más veces al polígono de entrenamiento y siempre se van a encontrar con un escenario diferente", explicó Williams Guerra, jefe del Departamento de Bomberos de Hialeah.
“‘La casa en llamas’ utiliza un sistema novedoso. Luce como una propiedad normal de la ciudad, tiene garaje, puertas, ventanas, un segundo piso y escaleras. Los socorristas se pueden entrenar en cómo forzar puertas, con distintos instrumentos. Pueden practicar cómo perforar los techos en un incendio para extraer los gases, trabajar con las distintas inclinaciones que pueden tener los techos de una casa. Todo es muy real”, sostuvo Guerra y reconoció que los departamentos de varias ciudades del sur de Florida han solicitado entrenar en las nuevas instalaciones.
“Construir esta casa con concreto nos hubiera costado unos dos millones de dólares y no alcanzaríamos la versatilidad que tiene esta”, indicó el jefe Guerra.
Hace unos años, la reconstrucción de la torre de concreto de cinco pisos existente en ese polígono costó ocho millones de dólares. En ella, entrenan los bomberos a subir con sus mangueras a cuesta y bajar por las escaleras unos maniquís que pesan 176 libras “para salvarlos del fuego”.
Puertas abiertas
También asisten a estas jornadas de puertas abiertas de entrenamiento los concejales y algunos empleados de la ciudad. “Agradecemos lo que hacen los bomberos por nosotros. Yo, en particular, trato de influir para que tengan mejores condiciones en sus puestos de trabajo. Venir aquí te da una pequeña visión del rigor al que se someten regularmente y cuando enfrentan un fuego de verdad”, afirmó la concejala Jacqueline García-Roves, acabada de salir de la casa incendiada, donde según reconoció estuvo muy nerviosa.
El cuerpo de bomberos de Hialeah atiende más de 43.000 llamadas al año. Es el equivalente a 200 llamadas por bombero, siendo unos de los cuerpos más activos de toda Florida.
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Jonatan Martínez y Jonatan Sánchez, jóvenes inspectores de incendio de la ciudad.
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Anhelo de los niños
La respuesta más común de un niño de tres o cuatro años a la pregunta de qué quieres ser cuando seas grande, es bombero, policía o doctor. Pero no todos logran cumplir este sueño. Quienes están a punto de realizarlo son Jonatan Martínez y Jonatan Sánchez, ambos jóvenes inspectores de incendio de la ciudad que ahora se preparan en la academia para convertirse en bomberos. Un trabajo muy sacrificado, nada lucrativo, porque un bombero recién graduado puede ingresar unos 50.000 dólares al año. Además, necesitan mantenerse en forma física y les exige una preparación constante para poder ejercerlo.
Jonatan Sánchez confiesa que le seduce la idea de poder salvar vidas. “Al estar en contacto con los bomberos de la ciudad, ese fuego que uno tiene dentro desde niño se volvió a encender”.
Según Martínez, lo que más le gusta de ser bombero es ayudar a la comunidad, ser un ejemplo y salvar vidas. “Al trabajar por dos años como inspector de incendio, he constatado que la hermandad que ellos tienen hace la diferencia y eso me inspiró”. Pudo también influir que la hermana y el padre de la novia de Martínez son bomberos.
El año pasado, Hialeah contrató a 19 nuevos socorristas para sustituir a aquellos que se retiraron.
En fin, la experiencia vivida por los reporteros no se puede simplificar al hecho de vestir un disfraz y entrar a una especie de caja china a sufrir calor; nos pusimos por un instante en la piel de estos hombres para entender de qué pasta están hechos quienes corren decididamente hacia el lugar del cual huye todo el mundo para poner a salvo su vida.
@menendezpryce