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MIAMI.- Para paliar el eterno dilema del tráfico, el insuficiente transporte público y el alto coste de la vivienda, el Gobierno condal de Miami-Dade aboga por construir edificaciones en terrenos públicos adyacentes al Metrorail, pero vecinos de la estación Vizcaya se oponen porque atentaría contra la calidad de vida de la zona residencial e incumpliría lo que les fue prometido.
“Cuando se planteó la construcción del Vizcaya Station (a finales de los años 1970), nos dijeron que ese terreno sería utilizado para construir y operar una estación del Metrorail y habilitar estacionamiento para los viajeros, y hoy vemos que quieren construir un edificio”, declaró a DIARIO LAS AMÉRICAS Luis Herrera, vecino de la zona por 61 años y presidente de Vizcaya Roads Homeowners Association, que representa a medio millar de vecinos del área.
De hecho, el Condado Miami-Dade adoptó el Transit Oriented Development (TOD) hace un par de años, en el que plantea ‘arrendar esos terrenos por 90 años’, lo que representaría un ahorro millonario para urbanizadores, con el requerimiento de proveer una media del 12.5% de las viviendas con valores asequibles, sin costo para el fondo público, acorde al promedio de salarios existentes.
En otras palabras, si el precio regular de ‘mercado’ de un condo es 300.000 dólares, un número de viviendas sería puesto a la venta por la mitad del precio o menos.
“No solo sería un incumplimiento de lo que nos prometieron hace 40 años, sino, además, incrementaría el flujo de personas y el tráfico que afectaría la zona residencial donde vivimos”, recalcó Herrera.
Para tal efecto, siete proyectos de construcción han sido presentados, con 10 plantas, conforme a la norma de construcción en el área, aunque uno de ellos apuesta por 25 niveles, con una cantidad de apartamentos que oscila entre 209 y 392 unidades, además de espacios comerciales y estacionamiento para residentes y viajeros del Metrorail.
De las propuestas, una debe ser seleccionada como ‘mejor postor’, según las reglas de licitación, para ser construida en los 2.62 acres, unos 10.062 metros cuadrados, que actualmente ocupa el estacionamiento de la estación para 98 vehículos.
“No estoy en contra que faciliten la vivienda, ni el crecimiento de Miami, pero no podemos ayudar a unos y perjudicar a otros”, señaló el presidente de la asociación de vecinos.
En efecto, la zona en cuestión es un área residencial, una especie de oasis urbano con arboleda y casas muy bien cuidadas, de apenas cinco cuadras de ancho, que está comprendida entre la siempre congestionada US-1 y la no menos transitada Coral Way, sin acceso directo a esa vía que conecta Kendall con el centro de Miami.
“El edificio traería unos mil vecinos y automóviles y no solo afectaría la tranquilidad del área, sino también el valor de las viviendas. Hay que contar con los vecinos. Tenemos derecho a opinar”, subrayó Herrera.
Firmas
La asociación de vecinos reunió firmas y las presenta al Gobierno condal, específicamente a la Comisión, que debe decidir qué hacer.
Y entre ellos está Virgilio Sánchez, vecino de la calle SW 22 Terrace por 60 años, a una cuadra del Metrorail, que se opone a la construcción porque “aumentaría el tráfico, el trasiego de personas y la inseguridad, porque no sabemos quiénes vendrán a vivir aquí”.
Por otra parte, Luis Gustavo Morales, también vecino de la zona, desde 1986, expone preocupaciones similares. “Pregunto”, cuestiona, “puede el Condado cambiar el uso del terreno, de estacionamiento público a edificio privado, sin contar con la opinión de los vecinos, en contra o en favor”.
El Condado alega que la opinión de los vecinos es tomada en cuenta y que, tan pronto la Comisión, compuesta por 13 miembros, estudie las recomendaciones del equipo asignado y apruebe o no la sugerencia, estaría en manos de la alcaldesa, Daniella Levine Cava, fallar el veredicto final.
“La presencia de vecinos será convocada”, en la prensa o correo regular, por ley, anticipó la abogada Leah E. Weston, asistente del jefe de Operaciones de Miami-Dade, Jimmy Morales.
“Que nos tengan en cuenta o no, dependerá de ellos”, alegó Morales.
Herrera recuerda que “esto puede suceder en cualquier otro lugar”, en cualquier otra estación del Metrorail, como es el caso de la terminal Coconut Grove, en US-1 y la avenida 27, donde se construyó un edificio de 13 plantas y los vecinos comienzan a sentir el efecto del incremento de residentes en el sector.
A Mirta Morales, también vecina de la zona de Vizcaya, le preocupa que la barriada residencial “tiene calles estrechas y que un edificio de 200 o 300 apartamentos traería un volumen alto de personas y vehículos”.
Construcción
La edificación, si finalmente se construye, contará con estacionamiento para viajeros del Metrorail, incluso más de lo que ofrece la estación actualmente, pero la señora Morales no confía en eso.
“Hoy ya sufrimos la presencia de automóviles de personas que estacionan frente a nuestras casas para no pagar el estacionamiento de la estación”, argumentó.
“Estas calles fueron construidas en los años 1930 y no están preparadas para tanto tráfico”, añadió.
Miami crece a pasos agigantados. Ninguna otra urbe ha aumentado su capacidad urbanística, como la llamada Ciudad del Sol, en apenas 30 años.
“Tal como sucedió con Nueva York y otras localidades, Miami afronta crecimiento poblacional, tráfico de vehículos, insuficiencia de transporte público y alto coste de la vivienda”, resumió el consultor político Andrés Sánchez, de la firma Sánchez & Associates.
“Depende de los políticos, los oficiales electos por el pueblo, acordar las medidas adecuadas para solucionar problemas sin afectar calidad de vida de quienes vivimos aquí”, concluyó.