sábado 12  de  octubre 2024
ANALISTA COLOMBIANO

Me la juego por el fin del conflicto armado en Colombia

MIAMI.- Hoy por hoy sabemos que se está negociando con un grupo terrorista mentiroso sin escrúpulo alguno. Entonces hasta no ver un acuerdo real y concreto no se puede cantar victoria

Diario las Américas | CRISTHIAN MANCERA MEJÍA
Por CRISTHIAN MANCERA MEJÍA

MIAMI.- ¡Me la juego por la paz! Esta frase surge como consecuencia del pedido del Presidente Santos de que Colombia se la juegue por la paz y también a las declaraciones del Presidente de que Colombia lograra la paz muy pronto con las FARC, y, según él, con esa paz Colombia lograra la tan anhelada reconciliación después de 50 años de conflicto armado. Lo irónico es que mientras el Gobierno afirma que el proceso de paz va por buen camino, los hechos muestran una cosa muy distinta. Un país con huelgas de transporte, la inseguridad rampante en las ciudades de Colombia, población civil afectada por actos terroristas y victimas sin reparar. Según el Presidente Colombiano la paz está muy cerca, ¿pero acaso si será verdad? La verdad es que no entiendo como se piensa pacificar un país cuando solo se negocia con un solo grupo al margen de la ley. Mientras tanto existen otros fenómenos de violencia que no están en la mesa, haciendo el fin del conflicto armado un sueño inalcanzable.

Hoy por hoy sabemos que se está negociando con un grupo terrorista mentiroso sin escrúpulo alguno. Entonces hasta no ver un acuerdo real y concreto no se puede cantar victoria. Sin embargo, el proceso de paz, en mi opinión, está condenado al fracaso porque aun se firme la paz con las FARC, seguramente surgirán otros grupos que heredaran las riendas del negocio del narcotráfico, secuestro y extorsión y seguramente muchos miembros de las FARC se va a reusar a dejar las armas, y sobre todo, el negocio del narcotráfico que sin duda es el eje del problema del conflicto armado en Colombia. ¿Entonces a que estamos jugando? ¿Qué tan sólido puede ser un proceso que no tiene bases solidas para durar en el tiempo? O ¿será que estamos jugando a un proceso para legalizar las actividades y bienes ilícitos de los miembros de las Farc en donde brille la impunidad? Lo único cierto es que este proceso le brindara a los jefes de las FARC impunidad, y a los colombianos una paz mentirosa que solo beneficiara a unos pocos y no a la mayoría.

Soy amigo de la paz y me la juego por la paz señor Presidente, pero no comparto una paz al costo que sea, y tampoco comparto una paz sin que se logre reconciliar a todos los grupos armados en Colombia, incluido el ELN. El ELN se le debe incluir cuanto antes en las negociaciones para poder reconciliar a todos estos grupos irregulares al mismo tiempo. La idea de lograr un acuerdo global permite una paz solida, seria, y real para Colombia ya que después de un acuerdo más amplio se puede perseguir a quienes no se unan a él, pero bajo un escenario totalmente distinto al de hoy en donde se pueda perseguir de fondo delitos de lesa humanidad sin impunidad. Quiero la paz para Colombia, y seré vigilante de lo que suceda de aquí en adelante, aunque por lo mostrado por las Farc, no veo que el acuerdo le brinde nada positivo a Colombia.

La guerra en Colombia debe terminar y para hacerlo se debe conseguir incluir a todos los fenómenos de violencia, pero está claro que eso no sucederá, lo cual nos lleva a concluir que el conflicto nunca terminara. Después del proceso de las FARC vendrá otro gobierno para hacer el show con el ELN, si el gobierno no capitaliza la oportunidad de lograr un acuerdo con tanto Farc y ELN. De lo contrario, habrá otra Habana para legalizar al ELN, y así, no la pasaremos toda la vida vendiéndole mentiras al pueblo colombiano de una paz que nunca llegara.

Yo prefiero un proceso de paz en donde los enemigos de la patria se rindan como consecuencia de un Estado fuerte, solido y legitimo en donde impere la ley y no la impunidad. Un proceso de paz o entrega de las armas que surja como consecuencia de un debilitamiento de estos grupos al margen de la ley y no como consecuencia de un proceso en donde los colombianos le demos prebendas a delincuentes como si estuviéramos premiando su actuar delictivo.

Finalmente, Santos vende el proceso de paz y su cristalización como un gran logro, pero es más bien un gran logro para las FARC que para Colombia. Eso se ve desde ahora y se verá al final del camino. Lo único cierto es que mientras el Gobierno Santos quiere que todos no la jugamos por la paz, “habrá que ver dijo el ciego”, y ojala no suceda como diría el refrán, “y como nunca amaneció” nunca alcanzaremos una paz solida y verdadera mientras se entregue todo a cambio de nada. Todos queremos la paz incluido este servidor, el tema es como se alcanza, y que se haga coherentemente sin dejar cabos sueltos para después no estar arrepentidos de haber entregado todo para entregarle el país a un grupo de delincuentes que de revolucionarios políticos no tienen nada. El fin del conflicto armado en Colombia está cerca, pero lo que está más cerca es una paz mentirosa con impunidad  y sin reparación alguna para las víctimas.

 

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