lunes 10  de  febrero 2025
ANÁLISIS

2016, el año decisivo para la lucha contra el Estado Islámico

La evolución de los hechos en los próximos meses será clave para saber si los estados implicados en la lucha contra el EI son capaces de diseñar un plan de acción conjunto y aplicarlo

TÚNEZ.- RICARD GONZÁLEZ
Especial

La irrupción fulgurante del autodenominado Estado Islámico (EI) en 2014 cogió por sorpresa a todos los servicios secretos occidentales, el más grave de sus errores en los últimos años. Ante un Medio Oriente en estado de implosión, unos gobiernos occidentales presos por la confusión reaccionaron tímidamente.

Sin embargo, los brutales atentados de París del año pasado sirvieron de punto de inflexión, y ahora sí se observa una voluntad política firme de hacer caer el "califato" creado en una franja de Siria e Irak. La evolución de los acontecimientos en el año 2016 será clave para saber si los Estados implicados en la lucha contra el EI son capaces de diseñar un plan de acción conjunto y aplicarlo.

El grupo yihadista comenzó el 2015 en una posición de fortaleza. Los bombardeos de la coalición liderada por Estados Unidos no parecían haber debilitado sus instituciones, y el mes de mayo aún fue capaz de expandirse capturando la ciudad de Ramadi, capital de la provincia del Anbar.

Ahora bien, últimamente, la suerte de la guerra parece haber dado un giro. Finalmente, el apoyo a los peshmergas kurdos y los esfuerzos en reformar el Ejército iraquí empezaron a dar sus frutos. Desde el inicio, ésta fue la estrategia para enfrentar al EI de un Barack Obama reacio a volver a enviar unidades de combate a Irak. En verano, los peshmergas recuperaron el estratégico Mont Sinjar, y a finales de diciembre, el Ejército iraquí reocupó Ramadi en un serio golpe a la moral de los yihadistas.

Contrataque yihadista

Las derrotas del Estado Islámico en el frente de batalla coincidieron con un incremento de las operaciones terroristas fuera de Siria e Irak, siendo la masacre de París la más espectacular. Según el analista francés Olivier Roy, la coincidencia de ambos fenómenos no es casualidad.

El EI habría querido contrarrestar la pérdida de fuelle de su ejército con una exhibición de músculo más allá de sus fronteras. Si tiene Roy razón, la amenaza de nuevos atentados terroristas en Occidente es la más seria que presenta la organización yihadista de cara al 2016, una vez frenada su capacidad de expansión.

En Siria, las expectativas para el EI no son mucho más favorables que en Irak. De acuerdo a los expertos, los bombardeos occidentales y rusos debilitaron seriamente su industria petrolífera, una de sus principales fuentes de financiación. Además, el régimen de Bashar Al-Assad y la oposición nunca estuvo tan cerca de iniciar unas conversaciones de paz serias para poner fin al conflicto bélico iniciado en 2011.

Sin embargo, la distancia que todavía separa las posiciones de ambas partes, sobre todo en cuanto al futuro de Al-Assad, sigue siendo enorme. El Gobierno sirio sugiere que la identidad del próximo presidente debería salir de unas elecciones a las que podría concurrir el actual raïs sirio.

En cambio, la oposición y las milicias rebeldes sólo aceptarán una transición si existe la garantía de que Al-Assad abandonará el poder. En todo caso, Washington y Moscú presionarán con fuerza a unos y otros para que hagan las paces y redirijan sus energías a combatir al Estado Islámico. Si lo consiguen, el final del "califato" será una cuestión de tiempo.

Libia, en la mira del EI

El tercer escenario en importancia para el EI es Libia, un país sumergido en un caos absoluto desde la caída de Gadafi a finales de 2011. Actualmente, dos parlamentos y dos gobiernos paralelos luchan por ser considerados los legítimos representantes del pueblo libio.

Según un completo reportaje de The New York Times, el grupo yihadista pretende convertir el país magrebí en su bastión si se hunde su Estado en Oriente Próximo. Poco a poco, el EI fue implantándose en este país vasto pero poco poblado del Norte de África. Actualmente, controla una franja de más de 100 km en la costa alrededor de la ciudad de Sirte.

Para neutralizar sus ambiciones expansionistas, la comunidad internacional logró que representantes de los dos parlamentos en litigio firmen un acuerdo de paz basado en la creación de un Gobierno de unidad nacional.

El nuevo Ejecutivo sería el socio fiable que los países occidentales buscan para luchar contra el grupo yihadista. Ahora bien, como sucede en Siria, aún no está claro que el plan funcione pues no cuenta con el respaldo de algunas facciones. Los próximos meses serán decisivos para el futuro del EI.

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