MIAMI.- Dicen que la historia se repite, en España. Tal como le sucedió a Pedro Sánchez, cuando tuvo la tarea de unir al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que encontró piedras en el camino y tuvo que renunciar, Pablo Casado deja la jefatura del Partido Popular (PP) tras un lamentable incidente con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por una supuesta compra de mascarillas que arrojó beneficios para un hermano y un presunto espionaje a la familia de la presidenta madrileña.
Aclarada la situación, al menos en público, mientras la Fiscalía española continúa investigando el asunto, la elite de los populares propuso remover a Casado y convocar un congreso que elija un nuevo dirigente.
La selección, que debe realizarse el 1 y 2 de abril, cuenta con la figura de Alberto Núñez Feijóo, muy popular sobre todo en la región de Galicia donde ha sido presidente del gobierno regional por 13 años.
De hecho, Feijóo fue uno de los que propulsó la salida de Casado, y aunque dijo que no tenía intención de ocupar el puesto de líder del PP, resulta ser el favorito y ahora acepta optar por la jefatura.
Divisiones
Todo esto sucede mientras España vive una fuerte división política que tiene a más de 12 agrupaciones en el Congreso de Diputados, donde se ventilan los apoyos y las oposiciones a quien preside el gobierno nacional.
Hoy es imposible gobernar, ser presidente del Gobierno español, sin coaliciones, ante la falta de una mayoría absoluta de un mismo partido en el Congreso.
Para tener una idea, tengamos en cuenta el sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), correspondiente a marzo, sobre la intensión de votos entre los principales partidos: PSOE 31.5%, PP 23.8%, VOX 16.3%, Unidas Podemos 11.8% y Ciudadanos 3.2%.
Esto significa que ninguno alcanza ni tan siquiera el 32%, muy lejos del 50% que tal vez diera la victoria necesaria para gobernar en solitario.
Algo similar sucede en la mayoría de las regiones, donde ninguna agrupación logra mayoría y debe pactar con otras menores.
A Feijóo, que sería el próximo aspirante del PP a la presidencia del Gobierno español, no le gustan las coaliciones, y tal vez lo dice porque gobierna en Galicia sin necesidad de apoyos.
Es aquí cuando surge la disyuntiva sobre si aceptara pactar, en el hipotético caso que el PP gane las próximas elecciones generales, con el partido que más votos pudiera darle en el Congreso, el de Santiago Abascal, VOX, del que el PP ha tratado de marcar distancia, aunque acaba de aceptar pactar con ellos para forman gobierno en Castilla y León.
Entretanto, Casado, que aún funge como líder del PP hasta principios de abril, rechazó el pacto con VOX, según informaron a la agencia de prensa Europa Press fuentes presentes en un encuentro de conservadores europeos en París.
Días entes, en un emotivo discurso de despedida en el Congreso español, Casado reivindicó su legado, marcando distancias con la extrema derecha y defendiendo su prioridad de luchar contra la corrupción.
"Nuestros principios son nuestras condiciones. Repito nuestros principios son nuestras condiciones. Y no vamos a renunciar a ellos. Nunca. Y quien quiera pactar con nosotros tendrá que aceptarlos y respetarlos, como siempre (...)", afirmó Casado.
Allí aseguró también que para el PP "la igualdad no es negociable, ni la cohesión territorial, ni la integridad autonómica, ni la integración en Europa".
Entendimiento
Entretanto, el líder de VOX, Santiago Abascal, parece cortejar al próximo líder del PP, después de protagonizar enconados encontronazos con Casado en el Congreso de la nación.
Casado rompió relaciones con Abascal en pleno debate de la moción de censura que VOX lideró contra Pedro Sánchez en el otoño de 2021. Abascal apenas recabó los votos de los suyos. Y el PP votó en contra de suspender a Sánchez porque la solicitud venía del otro frente.
“No queremos ser como usted”, señaló Casado al líder de VOX desde el podio del Congreso español.
No obstante, ambos partidos coincidir en acabar con el Gobierno de coalición del PSOE y de Unidas Podemos y tal vez crear otro liderado por PP y Vox, aunque lo nieguen, porque por sí solos no podrán.
Por ello, Abascal acaba de señalar que espera tener una "relación cordial" con Feijóo, y "llegar a acuerdos" con él para "echar" al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Para Abascal, Feijóo puede "sacar de la abstención a votantes muy convencidos del programa del PP", pero, ha avisado, "no a los votantes que están convencidos del programa de VOX", por lo que no está "preocupado" por la llegada del también presidente de la Xunta de Galicia a la Presidencia de los 'populares'.
Abascal aseguró que no quiere “hacer cambiar” las ideas del PP, sino “pactar sobre las cosas que sean comunes”.