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MIAMI.- Pocos políticos logran demostrar cuán astutos son. Pedro Sánchez, el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), logra ser presidente del Gobierno de España tras casi cuatro años de intensos oficios, contradicciones y muchas preguntas por responder.
Tanto el Partido Popular como Vox y Ciudadanos se opusieron a la candidatura de Sánchez en el Congreso, pero esos votos, que sumaron 150, más 15 de grupos menores que también lo objetaron, no fueron suficientes para superar los 167 que obtuvo a favor.
Y es que, a diferencia de las elecciones en Estados Unidos y muchos otros países, la fórmula para elegir presidente en España pasa por el Congreso de la nación: allí existen más de 20 agrupaciones políticas y la que más escaños logre ganar o agrupar nombra el mandatario.
De esta manera, Sánchez logró primero sacar del poder a Mariano Rajoy y ahora ser investido presidente por sólo dos votos, la más reñida de la historia democrática de España; luego de pactar con el secretario general de la agrupación política de izquierdas Podemos, Pablo Iglesias, y “convencer” al partido catalán Esquerra Republicana y los regionalistas vascos Bildu que habría “diálogo” respecto a la compleja situación territorial de Cataluña.
Salvo esas dos menucias que han saltado a la luz, nada más se sabe de las conversaciones y asuntos acordados entre ellos. Si se pone en juego o no el futuro de la unidad de regiones de España y cuánto podría afectar la entrada de Podemos e Izquierda Unida al Gobierno por el bienestar socioeconómico y democrático del país.
Antecedentes
A Sánchez “lo motiva el deseo de gobernar”, dicen analistas en el país ibérico.
“Tendrá sus ideas y puntos de vista acerca de lo que él crea sea mejor para gobernar el país, pero lo motiva más gobernar. Si no, no habría pactado con Podemos como dijo que no haría”, resumió a DIARIO LAS AMÉRICAS el profesor de Derecho de la Universidad de Lleida, la más antigua de Cataluña, Ferran Espaser.
Hace apenas cuatro meses, a raíz del fallido intento de investidura en septiembre pasado, Sánchez declaró a la prensa española que “no dormiría tranquilo” si hubiese aceptado la coalición de Unidas Podemos y hubiera incluido a ministros “sin experiencia de gestión pública” en su gabinete.
De haberlo aceptado, ello le llevaría a tener “dos gobiernos en uno”.
No obstante, “solo bastó un par de horas para cambiar de opinión, cuando se dio cuenta que no obtuvo más escaños en la repetición de elecciones de noviembre y que su presidencia estaba a punto de zozobrar si convocaba unos terceros comicios”, argumentó el académico.
“Hay que tener ganar de gobernar para pactar con un personaje como Iglesias, en la antesala del fracaso, luego de haber perdido más de la mitad de los diputados”, resaltó.
Y además cuestionó la funcionalidad de ciertos incisos de la Constitución española respecto al proceso electoral: “el voto por listas partidistas y el poder absoluto del Congreso para investir presidente es y ha sido manipulado por muchos, no solo por Sánchez”.
Perspectivas
El nuevo Gobierno de Pedro Sánchez tendrá hasta cuatro vicepresidencias, una de ellas está reservada para Iglesias: la vicepresidencia segunda de Derechos Sociales y Agenda 2030, que supervisará la gestión de los ministerios de Igualdad, Trabajo, Universidades y Consumo.
De esta manera, el líder de Podemos abandona oficialmente su puesto de profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense.
Resalta la entrada de Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida, (léase Partido Comunista, Izquierda republicana, etc.), que ya estaba destinado al fracaso tras perder su propia representación parlamentaria en 2015.
Garzón tendrá en sus manos, aunque vigilado probablemente por Sánchez, la nueva cartera de Consumo, que a su vez dirige las casas de apuestas y la defensa de consumidores y usuarios.
También está Irene Montero, esposa de Iglesias y número dos de Podemos, que se convertirá en ministra de Igualdad, desde donde impulsará las políticas de igualdad y desarrollo de la mujer y la juventud.
También de Izquierda Unida es Yolanda Díaz, la próxima ministra de Trabajo, que como el título indica supervisará los derechos de los trabajadores y las probabilidades de empleos.
También está Manuel Castells, que aunque no sea miembro pleno de Unidas Podemos fue nominado por ellos y tendrá a su cargo el ministerio de Universidades, que ejecuta la política gubernamental en materia de universidades.
“Un gobierno con esas características quita el sueño a cualquiera”, reflexionó el académico Espaser.
“Al final, creo que se va a cumplir lo que dijo Sánchez, que no dormiría tranquilo. Pero conociendo su trayectoria, me atrevería a decir que se trata de otra de sus estrategias para ganar tiempo y fuerza y convocar a nuevas elecciones tan pronto se sienta más seguro, para gobernar sin Iglesias”, dictaminó.