MIAMI.- REDACCIÓN
El Gobierno griego ha estado luchando desde febrero por llegar a un acuerdo con los acreedores internacionales de la Comisión Europea, el BCE y el Fondo.
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El nuevo Gobierno griego ha estado en el centro de atención internacional en los últimos días, rodeado por presiones externas tanto de los países de la Unión Europea (UE), como del Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI). La tensión en torno a las negociaciones entre el país y sus acreedores llegó incluso al ámbito bursátil, marcando pérdidas en las bolsas como en Wall Street.
Sin embargo, a pesar de la seguidilla de reuniones y llamados de atención para que se alinee con las medidas que imponen sus acreedores, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, se ha mantenido firme en su postura y ha priorizado por los intereses nacionales.
Tsipras reiteró este jueves que su país no aceptará "propuestas extremas" para lograr un acuerdo con las instituciones, después de los sacrificios que los ciudadanos han tenido que hacer estos años. El mandatario solicitó comprensión teniendo en cuenta que “el pueblo griego ha sufrido mucho en los últimos cinco años”, y señaló que “algunos tienen que dejar de jugar a sus espaldas”.
Sin embargo, parece que finalmente se consiguieron algunos acercamientos. El FMI informó hoy en un comunicado que el Gobierno griego pagará los cuatro vencimientos de deuda de junio de una vez a fin de mes, un día antes de que venciera el plazo del primer pago, de 300 millones de euros (335 millones de dólares).
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El importe total vence el 30 de junio. Un pago único de estas características está permitido desde fines de los 70, de acuerdo con las normativas del FMI. "Los países miembro pueden pedir unir distintos pagos que caen dentro de un mismo mes calendario", indica el comunicado del FMI.
Jugando al límite
A principios de esta semana, Tsipras esperaba conseguir un acuerdo, pero bajo sus condiciones. "Creo que en cualquier caso el acuerdo está a la vista pero necesitamos concluir las discusiones desde un punto de vista realista", dijo e insistió en que el pacto debe basarse en los planes presentados por su Gobierno.
Después de varias reuniones en Berlín con los acreedores, Tsipras afirmó que “Grecia ha presentado propuestas concretas en las que hemos hecho concesiones, como es normal en una negociación, pero hemos presentado un plan realista para sacar al país de la crisis”. El Gobierno griego entregó a las instituciones una amplia propuesta de acuerdo de 47 páginas y esperaba una respuesta en estos días.
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Según fuentes gubernamentales citadas por la agencia griega de noticias AMNA, la propuesta contempla un superávit primario del 0,8% para este año y del 1,5% para 2016, así como una reforma del impuesto sobre el valor añadido (IVA) que incluiría tres tipos, el 6%, el 11% y el 23%.
Más allá de eso, Atenas debía pagar los 300 millones de euros al FMI el viernes y luego realizar más pagos que ascienden a 1.300 millones de euros para fines de junio, en medio de temores de que Grecia no pudiera cumplir con estas deudas a menos que reciba nuevo financiamiento.
El Gobierno griego ha estado luchando desde febrero por llegar a un acuerdo con los acreedores internacionales de la Comisión Europea, el BCE y el FMI que liberará los 7.200 millones de euros restantes (8.200 millones de dólares) del rescate existente a cambio de duras reformas.
Que pasa si no paga
Si el FMI no recibe los fondos, no es el fin de todo, según un análisis de dpa. El FMI intimaría primero a Atenas a que realice el pago. En un próximo paso, la jefa del FMI, Christine Lagarde, informaría a la cúpula del fondo sobre la demora en el pago. Después de varias semanas, Atenas sería apartada del todo del financiamiento del FMI. A largo plazo, Grecia podría perder su voto y ser excluida del FMI.
Los fondos de rescate Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) deberían analizar las consecuencias de ello, a pesar de que los créditos de ayuda deban devolverse recién a partir de 2023.
En teoría, se podría exigir el pago inmediato de los créditos otorgados a Grecia por 130.900 millones de euros. Sin embargo, esto se considera improbable. También se podría renunciar al reembolso, lo que no caería bien entre los contribuyentes europeos.
En caso de no cumplirse con el pago al FMI, el Banco Central Europeo (BCE) debería debatir cómo seguir adelante con el financiamiento de emergencia a bancos griegos. Se evaluaría si seguir con las ayudas y por qué monto.
El no pago en fecha al FMI no sería considerado inmediatamente como una cesación de pagos por las agencias de calificación que evalúan la solvencia de un país.
En Grecia habría consecuencias inmediatas: si se difundiera la falta de pago, lo más probable es que los griegos se dirigirían a los bancos para sacar los últimos euros de sus cuentas. Los bancos deberían cerrar temporalmente y el Estado debería decidir controles para el tránsito de capitales.