Ataques, muertes y respuestas rápidas militares caldean aún más la inquietante situación de guerra que vive el Medio Oriente, en un entorno de fuerzas que reniega la existencia de la nación hebrea
Soldados israelíes vigilan la frontera norte del país.
AFPMIAMI.- Cada día que transcurre, la situación político-militar en torno a Israel se complica más. Si preocupantes eran la respuesta del país hebreo al despiadado ataque terrorista del 6 de octubre y los atentados sistemáticos a territorio israelí de Irán y Hezbolá, ahora suman los golpes y muertes de altos líderes de grupos terroristas.
Al cierre de esta edición, Israel no reconoce haber ejecutado al jefe político del grupo terrorista Hamás, Ismail Haniyeh, en Irán, pero sí a la segunda cabeza de Hezbolá, Fuad Shukr, en el Líbano y a la tercera de Hamás, Mohammed Deif, en Gaza.
Haniyeh, que guiaba a Hamás desde Qatar, fue pulverizado por una bomba o misil en Teherán mientras dormía.
Irán y países árabes acusan a la fuerza israelí de haber lanzado el proyectil o colocado la bomba en territorio iraní para acabar con la vida del muy buscado personaje.
Incluso imploran venganza, lo que anticipa una respuesta militar contra Israel y la probable escalada del conflicto bélico regional que pudiera arrastrar a otros ejércitos, como el estadounidense, el de países europeos, el ruso e inclusive el chino.
Sin embargo, hay quienes creen que ataque no fue lanzado desde Israel, sino desde territorio iraní dadas las características del suceso.
“Es obvio de que, si fue un misil, fue lanzado desde territorio iraní”, señaló el especialista en asuntos del Medio Oriente y exfiscal de Israel Mookie Tenembaum.
“Tal vez fue obra de operativos israelíes, con fuerte apoyo local. La minoría azerí [grupo étnico que aboga por autonomía regional dentro de Irán] sería una buena candidata (para ejecutar la operación)”, comentó Tenembaum.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, con sede en Cisjordania, Mahmoud Abbas, que no comulga con Hamás en Gaza, condenó el asesinato del jefe terrorista y lo calificó de "acto despreciable".
Irán acusa a Israel y reúne al Consejo Nacional de Seguridad en la residencia del líder supremo del país, el clérigo Alí Jamenei, que rige las pautas del Gobierno iraní.
Por otra parte, Hamás clama “venganza”, según declaró el alto oficial del grupo terrorista Moussa Abu Marzouk.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea denotan preocupación por la posibilidad de una escalada militar, pero ambos “trabajan” para evitar que suceda.
El analista Tenembaum no cree que esta nueva situación conduzca a “una guerra mayor a poco tiempo de las elecciones en Estados Unidos, cuando el presidente Joe Biden y la aspirante a la Presidencia Kamala Harris deben demostrar que no son débiles. Washington entraría en una confrontación militar que le costaría a Irán un precio más alto del que puede pagar”.
Por otra parte, Tenembaum anticipó que el grupo terrorista Hezbolá, desde Líbano, “podría atacar (la zona norte de Israel), con el apoyo de Irán. Pero los hutíes (en Yemen), no creo hagan más porque ya están perdiendo el apetito de meterse con Israel, después de la respuesta militar que recibieron tras el ataque a territorio israelí el 19 de julio”.
Entretanto, el grupo proiraní Hezbolá, que ataca sistemáticamente la zona rural del norte de Israel y ocasiona la muerte a civiles en la zona, como la matanza de 12 niños y jóvenes que jugaban fútbol el sábado 27 de julio, sufrió una contundente pérdida con la muerte de Shukr.
El Ejército israelí confirmó, en un comunicado de prensa, que sus aviones de combate "eliminaron al comandante militar de mayor rango de la organización terrorista Hezbolá (Shukr)" en Beirut, la capital del Líbano.
“Era responsable de la mayoría del armamento más avanzado de Hezbolá, incluidos misiles guiados con precisión, misiles de crucero, misiles antibuque, cohetes de largo alcance y vehículos aéreos no tripulados", amplió el comunicado.
El terrorista, también conocido como Hajj Mohsin, era además buscado por Estados Unidos por su conexión con el atentado suicida que ocasionó la muerte de 241 soldados estadounidenses en un cuartel en Beirut en 1983, donde prestaban servicio a las Naciones Unidas.
“Israel volvió a vivir una tragedia, cuando un cohete, fabricado en Irán y lanzado por Hezbolá, irrumpió en el campo de fútbol”, recordó el comunicador y cofundador de Conexión Israel Gabriel Chocron.
“Ningún país podría dejar un crimen de esa envergadura impune. Vivimos en un vecindario donde la falta de respuesta ante la agresión se ve como una señal de debilidad”, resaltó.
En realidad, la inteligencia y el ejército israelíes han vigilado la frontera norte del país por años, tal como lo ha hecho el Alma Research & Education Center.
“Hemos monitoreado, documentado con fotos y videos e informado al Ejército israelí de los movimientos de Hezbolá en la frontera. Incursiones sistemáticas que anticipan una agresión mayor”, declaró la teniente coronel retirada Sarit Zehavi y presidenta fundadora de Alma, durante la visita de DIARIO LAS AMÉRICAS a la frontera de Israel con Líbano en abril.
Chocron argumentó que Israel “lleva meses en una especie de guerra de desgaste con Hezbolá, quienes desde el 8 de octubre atacan a Israel de forma casi diaria, asesinando a decenas de civiles y obligando a miles a evacuar de sus casas”.
Y subrayó}: “Estaba claro que Hezbolá estaba jugando con fuego y con esta masacre cruzaron la línea roja”, recalcó.
“Responder es la única forma de luchar contra el terrorismo asesino y atroz que nos ataca constantemente”, concluyó Chocron.
La vida en Israel continúa con aparente calma, a la espera de una respuesta de Irán y otra de Hezbolá.
El ministro israelí de Relaciones Internacionales, Israel Katz, recordó a homólogos de varias naciones que la única manera de evitar la guerra con Hezbolá “es implementar inmediatamente la Resolución 1701 de la ONU”, fechada el 11 de agosto de 2006, que pide “el despliegue de fuerzas libanesas en el sur del Líbano” que facilitarían el fortalecimiento de la fuerza de la ONU y el establecimiento de una zona desmilitarizada.
Pero el Líbano no es capaz de aplicar la medida ante las presiones de Hezbolá e Irán.
Entretanto, la batalla contra Hamás en Gaza continúa, tras la brutal matanza del grupo terrorista gazatí el 6 de octubre, al igual que las grandes penurias y las muertes que la guerra ocasiona.
Según la autoridad de Salud en Gaza, dirigida por Hamás, cerca de 40.000 personas han muerto en 10 meses de guerra, de los que Israel afirma unos 20.000 eran soldados terroristas.
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