Desde 1939 inició el ingreso a Venezuela de una numerosa comunidad de inmigrantes españoles, que han representado un significativo aporte al desarrollo económico y empresarial de la nación sudamericana, según lo señala la historiadora Catalina Banko, en un artículo publicado en la revista Espacio Abierto, de la facultad de Humanidades de Educación de la Universidad del estado Zulia, en el noroeste de Venezuela.
En el siglo XIX se dio la primera oleada de inmigrantes españoles que decidieron abandonar su tierra en búsqueda de una vida digna en el continente americano, tras el estallido de la Guerra Civil española.
La tragedia ocasionada por este conflicto que dejó más de 40 millones de muertos y regiones completamente devastadas, generó una segunda ola de migrantes españoles que se registró a partir de 1948 debido a los problemas socioeconómicos ocasionados por la crisis que estaba atravesando la población durante la posguerra.
A esta profunda debacle económica se sumaron las tendencias totalitarias con su expresión más notable en el fascismo y el nazismo. Mientras que la Unión Soviética buscaba convertirse en una potencia hegemónica en Europa oriental, y pretendía extenderse hacia el mundo occidental.
Los obstáculos para reconstruir la economía española se intensificaron durante estos años de posguerra, con la decisión de distintas naciones europeas y los Estados Unidos de declarar un bloqueo a España, que se hallaba sometida bajo la tiranía de Francisco Franco.
Mientras tanto, el continente americano ofrecía muchas posibilidades para esa población que ansiaba obtener un trabajo productivo y tener un mejor futuro. En Venezuela, que se encontraba en un proceso de transición política después de la conclusión de 27 años de la dictadura de Juan Vicente Gómez, se respiraban aires de renovación, con el inicio de proyectos destinados al desarrollo de la agricultura e industria con miras a materializar la modernización económica e institucional.
La llegada de españoles a Venezuela
En el mencionado artículo, Banko analizó las políticas de fomento a la inmigración desde la segunda mitad de los años treinta y el desarrollo de las colonias agrícolas y de otras actividades económicas, con el objetivo de reconstruir el proceso de inserción de los inmigrantes españoles en Venezuela.
En aquella época, surgió un gran interés por el recibimiento de inmigrantes vascos tomando en consideración que se trataría de profesionales que podrían contribuir al desarrollo venezolano. Este fue reconocido por el expresidente Eleazar López Contreras, al plantear la imperiosa necesidad de poblar el territorio venezolano, para lo cual se requería del aporte de inmigrantes que pudieran contribuir al crecimiento económico del país.
De acuerdo con el escrito, una de las voces más contundentes en favor de los vascos fue la del doctor Simón Gonzalo Salas, quien redactó en 1938 un folleto titulado "Inmigración Vasca para Venezuela", en el que manifestó su respaldo a estos inmigrantes que habían sido descalificados por sus opiniones políticas.
Esta posición fue compartida por el periodista y escritor Arturo Uslar Pietri, quien también apoyó las negociaciones y acuerdos entablados para la entrada de exiliados vascos en Francia a Venezuela.
A mediados del mismo año se efectuó el viaje de 274 españoles a Venezuela, entre quienes destacaban profesionales universitarios, constructores, proyectistas y dibujantes, que significarían la transformación social iniciada por la inmigración española en Venezuela.
Aporte económico de la emigración española en Venezuela
Al respecto, el texto citado hace referencia a una serie de hechos representativos de la inmigración española a Venezuela que comenzó desde finales del siglo XIX hasta la segunda mitad del siglo XX, y a juicio de la historiadora Banko representa una significativa dimensión del rol fundamental que desempeñaron estas personas en el desarrollo industrial y empresarial del país sudamericano.
La experta destaca que los inmigrantes españoles ocuparon a su llegada a Venezuela la mayoría de los empleos de baja calificación, sin embargo, con el tiempo ascendieron en sus puestos de trabajo o crearon negocios propios, que luego se convirtieron en exitosas empresas que ayudaron a fortalecer la productividad económica en esa nación.
De acuerdo con Banko, la integración de la comunidad española en la sociedad venezolana, la formación de redes comunitarias y asociaciones, su influencia en la cultura, la educación y las tradiciones venezolanas fueron factores muy importantes. No solo se adaptaron a un nuevo país, sino que también contribuyeron al crecimiento económico de Venezuela, creando importantes empresas e industrias en diversos sectores.
La diáspora española en Venezuela y su legado perdurable sirven para recordar el poder que tiene la migración en la transformación de las sociedades y el forjamiento de lazos duraderos entre naciones, expone el artículo.
Este flujo migratorio se fue deteniendo a partir de los años sesenta, a medida en que la situación económica de España logró estabilidad, luego de restablecer relaciones con Estados Unidos y algunos países europeos, cuando se dio por terminado el bloqueo a la nación española.
@Lydr05
FUENTE: Con información de El Nacional y la revista Espacio Abierto