El egoísmo y el dinero aparecen como móviles en la muerte de la menor Asunta Basterra, de 13 años, quien presuntamente fue drogada por sus padres
u201cDrogaron durante tres meses a su hija hasta que el 21 de septiembre acabaron con su vida por asfixia u201d. Así de contundente es el auto en el que José Antonio Vázquez Taín, juez que investiga el crimen de Asunta Basterra, pretende que se vislumbren los detalles de un plan que él mismo califica como u201cperverso u201d y que mantiene en prisión a dos padres acusados del asesinato de su hija.
Hace dos meses que la encontraron muerta en una carretera de montaña en el norte de España. u201cParecía un ángel u201d, dijeron quienes la encontraron. Ahora que las investigaciones acaban de dejar de ser secretas podemos darle explicación a todos los cabos sueltos que dejó éste crimen en familia. Pero antes de conocer el cómo y quién asesinó a la pequeña Asunta hay que hacerse una pregunta: u00bfpor qué?
","En el año 2000 la abogada Rosario Porto y el periodista Alfonso Basterra regresaron a Santiago de Compostela, Galicia, de un viaje muy especial. El matrimonio traía consigo a la pequeña Asunta, la hija que ambos acababan de adoptar en China y que tan felices les hacía.
A Rosario los doctores le habían diagnosticado lupus, una enfermedad que hacía muy poco recomendable que se quedara embarazada. Con Asunta en España al parecer todo era perfecto, pero no duró siempre. Asunta fue creciendo y la relación con sus padres iba cambiando hasta que en 2009 dio un giro. El matrimonio entre Rosario y Alfonso pasaba uno de sus peores momentos.
Para colmo el abuelo de Asunta, padre de su madre, D. Francisco Porto, famoso abogado como su hija, empezó a ver en Asunta todo lo que nunca vio en Rosario y por eso además empezó a dedicarle a la niña la atención que él creía que merecía, en detrimento de su propia hija. Algo similar ocurría con la abuela, Rosario Villaronga. Ambos habían convertido a su nieta Asunta en el centro de sus vidas y su hija Rosario lo vio y tomó nota. A ella sólo le quedaba Alfonso, más bien blandengue, algo pusilánime y nada emprendedor.
Con este panorama Rosario acabó ingresada en un sanatorio mental por depresión u2026 y allí pronunció estas palabras: u201cNo tengo ganas de nada, no tengo ganas ni de cuidar a mi hija. Asunta en este momento me estorba u201d. Los investigadores están convencidos de que esas palabras fueron el preludio del asesinato que ahora están investigando.
El inicio
"," El 21 de septiembre de 2013, mediodía, comienza el crimen. u201cPreparar una coartada durante meses para que sea perfecta el día de autos es tan incriminatorio como estar al lado del cadáver u201d. Quien pronuncia estas palabras es un viejo investigador que sabe dónde buscar y que no se deja llevar por falsas apariencias. u201cLos padres eran sospechosos desde el primer momento y se lo ganaron a pulso u201d.
Ese día, el 21, Asunta come con sus padres. El matrimonio hace tiempo que vive separado, las cosas no funcionaban, o más bien, quien no funcionaba para Rosario era Alfonso. Ella lo tenía todo: con sus padres fallecidos su posición económica era buena, su profesión le daba éxito profesional y en los últimos meses visitaba la cama de un empresario gallego con el que al parecer veía colmadas todas sus demás necesidades.
En medio de éste panorama Alfonso Basterra simplemente sobraba y de él se deshizo Rosario mediante sentencia que rubricaba el divorcio. Él dice que se quedó cerca del domicilio de su mujer para no estar lejos de su hija. Los investigadores creen que de quien no se quería alejar era de Rosario, pero no se lleven a engaño. No era amor o necesidad sentimental. Alfonso Basterra necesitaba a su exmujer para sobrevivir económicamente. El dinero y el egoísmo se perfilan ya aquí como los móviles del asesinato de una niña de 13 años.
u201cNos sorprendió mucho el resultado del análisis del cabello de la víctima, pero también nos enfocó el caso u201d. Los investigadores tomaron una muestra del cabello de Asunta, concretamente unos mechones del que nace en la zona de la nuca. Ese tipo de pelo tiene una característica muy especial: no sólo delata si la persona en cuestión ha consumido algún tipo de droga, sino que cada centímetro de cabello analizado se corresponde con un mes de consumo de esa sustancia.
Con todos estos datos, u00bfqué demonios hacía una niña de apenas 13 años consumiendo Lorazepam desde hacía al menos tres meses? Eso es lo que encontraron en Asunta, un potente sedante que en dosis suficientes puede conducir a la muerte, un sedante que los investigadores descubrieron que los padres de Asunta le administraban desde meses antes del crimen. Hecho del que el juez del caso hace responsable a Alfonso Basterra, el padre.
El instructor de la causa pinta un panorama horrible en sus autos: Alfonso tuvo la idea, necesitaba obedecer a las necesidades de su mujer a cambio de dinero, de supervivencia económica. El problema es que él no se atrevía a matar a su hija, y la investigación no descarta que ya lo hubiera intentado.
Cuando aquel 21 de septiembre Asunta come con sus padres el juez del caso cree que recibió la última gran dosis de calmantes, una dosis letal que poco a poco la iría matando. Los forenses determinaron que Asunta falleció entre las 16 y las 20 horas de aquel día, y a esa hora ella estaba con su madre.
Las cámaras de video vigilancia han sido de especial ayuda en este caso. Entre las colocadas para el control del tráfico y las de los comercios particulares se puede establecer un mapa de movimientos que desmontaron la versión original de Rosario.
Según el juez, el plan pasaba porque Alfonso drogara a la niña y Rosario se la llevara a la casa de campo propiedad de su familia. Las cámaras las graban a ambas saliendo del domicilio y subiendo al coche de la madre. Otras cámaras las graban a ambas a bordo del mismo vehículo, un Mercedes 190 verde oliva, único en Santiago de Compostela. El coche fue detectado camino de Teo, una pequeña localidad cercana a la ciudad en la que los Porto tenían una preciosa hacienda donde pasaban las vacaciones.
Rosario juró que fue allí para recoger ropa de baño. Había planeado ir a la playa a pasar unos días en compañía de Asunta. De hecho sí estuvo en la casa. Los investigadores comprobaron que la alarma de la vivienda fue desactivada sobre las 18 horas de aquel día. Además, un vecino vio salir a Rosario con su coche, y lo recordó ante los agentes de la Guardia Civil porque tras saludar a Rosario le advirtió que llevaba los faros del vehículo apagados y la noche iba cayendo sobre la zona. Rosario le dijo al juez que sí, que estuvo en Teo, que sí, que estuvo con su hija, pero que cuando acabaron regresó a Santiago. Mentira: otra cámara la grabó a ella regresando sola. Asunta estaba muerta en mitad del bosque.
u00bfQué cree el juez? Que Rosario aceleró la muerte de su hija drogada colocando su mano en su boca para que Asunta dejara de respirar, que la colocó en el bosque y que si u201cparecía un ángel u201d era porque cuando la víctima es un ser querido o cercano el cuerpo siempre es tratado con extremo cuidado. Y por todo lo anterior y más, dos padres llevan dos meses presos. Ellos lo niegan todo pero tampoco ayudan a la investigación, no al menos mientras sea secreta. Ahora que no lo es, el juez les invita a colaborar. Si ellos no asesinaron a su hija, es el momento de demostrarlo.