MIAMI.- Un solicitante de asilo afgano confesó que fue un hecho intencionado el atropello que tuvo lugar en Munich, Alemania, esta semana en donde quedaron gravemente heridas una madre con su hija de dos años y fallecieron este sábado.
Una madre y su hija de dos años fallecieron debido a la gravedad de las heridas sufridas en el atropello contra una multitud en el centro de Múnich
MIAMI.- Un solicitante de asilo afgano confesó que fue un hecho intencionado el atropello que tuvo lugar en Munich, Alemania, esta semana en donde quedaron gravemente heridas una madre con su hija de dos años y fallecieron este sábado.
La Policía Criminal de Baviera informó de la muerte de una mujer de 37 años y su hija, de dos años, dos de los 39 heridos por un afgano de 24 años que embistió a una manifestación convocada por el Sindicato Unido de Servicios.
De los heridos que se habían contabilizado, madre e hija eran las únicas que se hallaban en estado crítico a raíz del atropello, que dejó además ocho lesionados graves y diez de gravedad mediana.
El responsable, que está detenido, tendría motivaciones islamistas, según recoge la televisión pública alemana ARD.
Una portavoz de la Oficina Central para el Combate del Extremismo y el Terrorismo de la Fiscalía de Múnich, Gabriele Tilmann, ha revelado que el atacante gritó "Allahu Akbar", "Alá es el más grande" tras el ataque y habría reconocido en el interrogatorio que fue un ataque intencionado.
El autor, un ciudadano afgano de 24 años, que fue detenido en el momento, reconoció en el interrogatorio que había embestido de forma deliberada contra la manifestación de empleados públicos convocada por el sindicato Verdi y adujo para ello una "explicación religiosa", según dijeron los investigadores en una rueda de prensa en Múnich.
De acuerdo con el tabloide Bild, durante el interrogatorio el sospechoso afirmó que Dios le había ordenado arrollar a la gente "para enviarlos a todos al paraíso".
El sospechoso, que condujo un vehículo blanco contra la multitud de miles de personas, fue arrestado por 36 cargos de intento de asesinato, así como de lesiones corporales graves y conducción temeraria.
El ataque, que tuvo lugar el jueves durante una manifestación sindical, hirió a decenas de personas de entre 2 y 60 años, ocho de ellas gravemente heridas, dijo la policía.
Ya se investigan las conversaciones en las aplicaciones de mensajería instantánea del teléfono del detenido. "El acto tiene motivos religiosos y se trata de un ataque contra el orden democrático básico libre", indicó la Fiscalía Federal alemana en un comunicado emitido en el que informa de que asume la investigación.
El detenido se hallaba legalmente en Alemania -aunque su solicitud de asilo había sido rechazada en 2016- y no contaba con antecedentes penales, pero según algunos medios padecía alucinaciones y se había comportado de forma llamativa en los últimos tiempos.
El mes pasado, otro ciudadano afgano fue detenido como sospechoso de un ataque con cuchillo en Aschaffenburg -igual que Múnich, en la región meridional de Baviera- en el que fueron asesinados un niño de dos años y un hombre de 41 que acudió a ayudarle, lo que conmocionó al país y dio un vuelco a la campaña de cara a las elecciones del 23 de febrero.
FUENTE: EUROPA PRESS /