MIAMI.- Son pocos los que lo dicen pero todos saben que España atraviesa una seria crisis política por falta de liderazgo que logre agrupar suficientes españoles para gobernar. Y eso es lo que precisamente opinan académicos del país europeo, que miran con escepticismo el proceso de envestidura que daría a Pedro Sánchez, o cualquier otro, el mando del Gobierno español.
Tres meses después de las elecciones generales, en las que el Partido Socialista Español (PSOE), que preside Sánchez, resultó la agrupación más votada, con 28,7%, los españoles continúan sin tener un Gobierno definido, ni un Congreso que pueda legislar, a falta de apoyos de otros partidos para crear acuerdos o coalición.
Otra negociación
Consciente del fracaso de la investidura el pasado mes de julio, cuando no logró convencer a Podemos de apoyarle sin formar parte de su gabinete, Sánchez apuesta ahora ‘volver a conversar’ con ellos y con los grupos independentistas además, de los que antes mantuvo distancia a la espera de ‘otro tipo’ de acuerdo.
“Si antes la tuvo difícil, creo que ahora la tiene peor”, opinó a DIARIO LAS AMÉRICAS el profesor de derecho de la Universidad de Lleida, la más antigua de Cataluña, Ferran Espaser.
Sánchez ha dicho que a finales de agosto o principios de septiembre iniciará conversaciones con los partidos políticos
"susceptibles de apoyar" su investidura y la formación de un gobierno que llama “progresista”, en alusión a las fuerzas de centro izquierda.
“Creo que ahí radica el problema principal”, señaló el decano catalán. “Podemos es algo más que progresista y Sánchez lo sabe. Por eso no le ha dado el espacio que su líder (Pablo Iglesias) pide. No confía en ellos, de la misma manera que ellos no confían en él”, subrayó.
"Hablaremos con los distintos partidos susceptibles de apoyar mi investidura, con el PNV (País Vasco), con las fuerzas nacionalistas de Cataluña y también con Podemos, para ver si podemos llegar a un acuerdo que materialice un gobierno progresista", dijo Sánchez.
Apenas 48 horas después de haber manifestado su "desconfianza recíproca" con Podemos, Sánchez se ha mostrado conciliador con los de Pablo Iglesias, al afirmar que a la posible "negociación" el PSOE no va "con un programa cerrado", sino "abierto" y "susceptible de poderse negociar", como reportó la agencia de noticias Europa Press.
Y a esto añadió que se trata de hablar "no tanto del continente sino del contenido", en una posible alusión que no se negociará un gobierno, sino un programa. O sea, que no compartiría gabinete con otro partido.
Sorpresas
“Cualquier cosa es posible. Sánchez nos ha sorprendido una y tres veces, así que no me asombraría que nos sorprenda por cuarta vez y salte al ruedo con un acuerdo inesperado con los nacionalistas”, destacó el profesor, que no son precisamente los partidos que apoyan la Constitución y con los que Sánchez dijo varias veces que no negociaría.
“Aquí lo que impera es el deseo de gobernar, sea de un lado o el otro, y eso se impone a la responsabilidad de Estado que los españoles reclaman”, recalcó.
Y a esto suman la intransigencia del Partido Popular y la agrupación Ciudadanos, que conforman la segunda y tercera fuerza política del país, con 16,7 % y 15,9% en las pasadas elecciones.
“Seguiremos votando no”, y más aún ahora, indicó tanto uno como el otro, que Sánchez anunció que volvería a conversar con los nacionalistas.
“El plan de Sánchez consiste en permanecer en el poder, tenga que negociar con quien tenga que negociar”, resaltó el profesor.
Entretanto, la cuenta atrás para nuevas elecciones está activada. Si no se logra una alternativa antes del 23 de septiembre, España tendrá que volver a votar el 10 de noviembre.
“Como están las cosas, es muy probable que salgamos igual”, concluyó el académico.
