ROMA.- El 11 de enero The Wall Street Journal desempolvó los datos de una encuesta del Pew Research Center, publicada en 2014, para poner en evidencia que cada vez son menos los católicos en América Latina.
ROMA.- El 11 de enero The Wall Street Journal desempolvó los datos de una encuesta del Pew Research Center, publicada en 2014, para poner en evidencia que cada vez son menos los católicos en América Latina.
En la búsqueda de datos más recientes, se puede constatar que las estimaciones de cuántos latinoamericanos siguen siendo católicos hoy en día no son precisas, pero existe el consenso de que la región, que tradicionalmente contenía la mayor cantidad de fieles de esta religión en el mundo, tiene una tendencia a la baja, mientras es evidente el crecimiento de otros credos.
Estos son los datos que saltan a la vista en el artículo del WSJ: según el Pew Research Center, el 69% de los latinoamericanos eran católicos en 2014, aunque el 84% se había criado en la Iglesia católica. Entre 1970 y 2020, el número de pentecostales en Brasil creció de 6,8 millones a 46,7 millones, según World Christian Database. Y en Guatemala, un país de marcada tradición católica, crecieron más de 10 veces, de 196.00 a 2,9 millones.
El WSJ también menciona el estudio Latinobarómetro, que fue publicado en el 2018, poco antes de la visita del papa Francisco a Chile y Perú: en siete países de la región la religión católica representa menos de la mitad de la población (República Dominicana 48 %, Chile 45 %, Guatemala 43 %, Nicaragua 40 %, El Salvador 39 %, Uruguay 38 % y Honduras 37 %).
En fin, “en un hito simbólico, se espera que Brasil, que tiene la mayor cantidad de católicos de todos los países del mundo, se convierta en una minoría católica este año, según estimaciones de académicos que rastrean la afiliación religiosa. En el estado de Río, ya sucedió. Los católicos constituyen el 46% de la población, según el último censo nacional de 2010”, se lee en el artículo.
Pero ¿Qué está sucediendo realmente con los católicos en América Latina? Para saberlo, DIARIO LAS AMÉRICAS conversó en exclusiva con el profesor Rodrigo Guerra López, teólogo mexicano y secretario de la Comisión Pontificia para América Latina de la Santa Sede. “Año con año se reporta que la Iglesia católica se encuentra en un momento en donde tiene una perdida constante de fieles. El fenómeno no es homogéneo”, afirmó.
Hay países con pérdida de fieles muy aceleradas, como Brasil o el caso chileno, en donde si uno analiza la adscripción a la Iglesia católica en los últimos 15 años, tenemos una caída vertical. Para nadie es un secreto que los casos de abuso sexual que se dieron en este país han hecho que muchas personas, si bien siguen creyendo, se retiren de la cercanía con la Iglesia católica de manera institucional.
No debe ser interpretado a la luz de las teorías clásicas de la secularización, muy de corte europeo, que afirman que la educación nos aleja de las creencias religiosas. Al contrario, justamente el clima postmoderno en el que nos encontramos nos muestra lo que los sociólogos llaman el reencantamiento del mundo, es decir el que realmente el ser humano es un ser que tiende a creer… Lo que, sí es importante reconocer es que muchas personas quedan desencantadas y se alejan de la fe católica cuando no encuentran una experiencia afectiva y comunitaria que los acoja, cuando no encuentran por ejemplo un modo de vida que combine dos cosas, misericordia y al mismo tiempo una propuesta clara y exigente de transformación de la propia vida. Por eso, hoy vemos fugas por ejemplo hacia los pentecostales, que por una parte tienen muy claro el momento emotivo de la experiencia cristiana y lo usan como metodología muchas veces de proselitismo.
En México, de acuerdo con los resultados del recientísimo censo 2020, hay una pérdida de adscripción a la Iglesia católica de medio punto porcentual cada año. Esto significa que sí hay un deterioro, pero no es pronunciado. Y en México también hemos tenido graves casos de abuso sexual, como el de Marcial Maciel; en otras palabras, podríamos haber imaginado que se presentaría un fenómeno parecido al chileno y no se presentó. La repuesta la podemos encontrar en un estudio que presentaron dos sociólogas (Renée de la Torre y Cristina Gutiérrez Zuñiga) a finales del año pasado en la revista Nexos y en donde descubren que no son las estrategias pastorales de los Obispos las que mantienen la adscripción a la Iglesia católica, sino que el deterioro es mitigado por la piedad popular, principalmente por la Virgen de Guadalupe.
Tal vez lo que tenemos que mirar es que el papa Francisco providencialmente es latinoamericano, conoce estas realidades de frente, nunca las oculta. El pontífice es sumamente resistente a ocultar los datos que nos ofrece la realidad, habla de ellos desparpajadamente. Por eso, (la Exhortación Apostólica) Evangelii Gaudium es la gran denuncia que hace el propio papa Francisco de que necesitamos regresar realmente a un cristianismo más auténtico, más sencillo, porque muchas veces las cosas que se nos han ido adhiriendo en el camino de la historia de la Iglesia y que parecen muy ortodoxas, muchas veces dificultan el anuncio vigoroso del cristianismo en el contexto actual. Por eso, nos insiste mucho en que, en vez de atemorizarnos, avergonzarnos o esconder esto, debemos recibirlo como una fuerte llamada de atención y tomar la decisión de una vez por todas de abandonar formas clericalitas que tanto daño han generado al interior de la Iglesia y han deformado el verdadero rostro del cristianismo que es necesario corregir urgentemente.
@Marinellys