Este domingo, Día de Resurreción para la Iglesia Católica y sus fieles devotos, también es conocido como Pascua. Por un lado, se trata de una fiesta en la que los cristianos celebran el regreso de Jesucristo, luego de ser crucificado y haber muerto. Por otro lado, quienes no son devotos celebran el comienzo de la primavera.
Una de las preguntas que probablemente afloran al hablar de huevos de pascuas es ¿Qué tiene que ver la resurreción del Hijo de Dios con conejos que dejan huevos de chocolates? Pues, la tradición resulta de la prohibición de consumir huevos y lácteos durante la Cuaresma y el domingo de Resurrección pone fin a este período. Por ello, se utiliza de manera simbólica los trozos de chocolates.
En un principio, las personas preservaban algunos huevos hervidos y cubiertos en cera y los regalaban el Día de Pascua. Para que fueran más atractivos, los pintaban. Con los años, se remplazaron los huevos de gallina por los de chocolate, decorados con confituras.
¿Y el conejo? Esta tradición, aunque ahora está ligada al cristianismo, en su origen no responde a la religión. Más bien, viene a representar una fiesta anglosajona. La introdujeron a Estados Unidos los imigrantes alemanes y holandeses; el mes de abril se asociaba con Ostern (Easter, en inglés), diosa de la fertilidad y representada por este animal.
FUENTE: REDACCIÓN