BRUSELAS.-dpa
Las investigaciones demostraron que los atentados terroristas fueron planificados en ese país, lo que desató reprimendas desde Francia por aparentes negligencias del Gobierno
BRUSELAS.-dpa
La indignación fue grande. Tras los atentados terroristas de París con 130 muertos, el reconocido diario francés Le Monde advirtió que, debido a algunas negligencias en Bélgica, el país vecino podría convertirse en una "nación sin Estado".
En el transcurso de las investigaciones quedó demostrado que los atentados terroristas fueron preparados desde Bélgica. Sin embargo, las "reprimendas" de Francia, ya fueran por parte de políticos o de los medios comunicación, no cayeron bien en el pequeño pero orgulloso reino.
La relación París-Bruselas en relación a la lucha antiterrorista sigue siendo tensa, a pesar de que líderes políticos de los dos países subrayan la amistad entre las naciones.
Después de que islamistas atentaran hace una semana también en Bruselas, el "Belgium-bashing" (es decir, las críticas a las autoridades e instituciones de Bélgica) volvió a cobrar fuerza. En vista de las brechas comunicacionales, las disputas por competencias y deficiencias existentes en el manejo de crisis, esto no es ninguna sorpresa.
En el extranjero hay poca comprensión para Bélgica. Sin embargo, también crece el enojo en el país, donde hubo 35 muertos. El diario en francés Le Soir habló de un "fracaso en la organización estatal" y añadió: "Algo debe cambiar en el país". Una y otra vez, se habla de "dysfonctionnement" (disfuncionalidad) en el aparato estatal.
Dimisión rechazada
El ministro de Justicia, Koen Geens, que quiso renunciar tras los atentados -lo que fue rechazado por el primer ministro- intenta con esfuerzo calmar las aguas: "Este no es el momento para pelearnos entre nosotros. El enemigo está en Siria", dijo el cristianodemócrata flamenco en vistas de la milicia terrorista Estado Islámico (EI), que se atribuyó los ataques.
Es incierto si este tipo de llamamientos funcionan. Una comisión investigadora del Parlamento belga tratará de lograr más claridad a partir de mediados de abril. La investigación se centrará en el criminal condenado Ibrahim El Bakraoui, uno de los atacantes suicidas del aeropuerto de Bruselas, quien había sido deportado el año pasado de Turquía pero que vivía libremente en Bélgica.
También la más bien lacónica fiscalía de Bruselas tendrá que responder a algunas preguntas. El balance es, después de una semana, bastante pobre. Uno de los mayores errores hasta ahora podría haber sido la detención y posterior liberación del sospechoso de terrorismo Fayçal C.
Los medios lo describieron como el "tercer hombre" del aeropuerto, al que se ve en las imágenes de las cámaras de vigilancia con sombrero y una chaqueta clara al lado de los atacantes suicidas El Bakraoui y Najim Laachraoui.
La acusación se basó en la declaración de un taxista que llevó a los tres hombres el martes pasado del barrio de Schaerbeek al aeropuerto. De acuerdo con su abogado, Olivier Martins, el periodista Fayçal C. pudo demostrar que estaba en su casa durante los atentados.
Críticas a medidas tomadas
Martins expresó al canal público RTBF cierta comprensión para la actuación del juez de instrucción el fin de semana pasado, aunque señaló ciertas inconsistencias. El "hombre del sombrero", uno de los más buscados actualmente en Bélgica, es de gran estatura, mientras que su defendido mide 1,66 metros y es "más bien esmirriado".
La crisis por los atentados terroristas también arrojó luz sobre varias instituciones de seguridad estatales que suelen trabajar en las penumbras. Entre ellas figura "el órgano coordinador para el análisis de amenazas" (Ocam), con sede en la Rue de la Loi 22, es decir, directamente en el barrio gubernamental de Bruselas.
Muchos se preguntan por qué este misterioso organismo, subordinado a los ministerios de Interior y Justicia, subió la alarma terrorista a cuatro, el valor máximo, recién tras los atentados y no tras la espectacular detención de Salah Abdeslam, uno de los principales sospechosos de los atentados de París, el 18 de marzo, días antes. Esta pregunta podría incluso llegar al comité parlamentario.
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